Para mejorar la situación y la gestión de PetroPerú será necesario un gobierno que esté decidido a dejar fuera de la ecuación a personajes como Oscar Vera, Pedro Chira y Enrique Bisetti, todos ex funcionarios del Minem y/o Petro-Perú que animaron e impulsaron el status quo en la petrolera. Los acontecimientos de los últimos días dejan claro que no será esta gestión gubernamental la que apueste por la reforma integral de la petrolera estatal.
La discusión sobre Petro-Perú no es solamente una conversación local, pues tiene implicancias concretas en el ámbito internacional. Así quedó corroborado la primera semana de setiembre, cuando inversionistas extranjeros -también tenedores de bonos de la estatal-, consultaron a la delegación peruana sobre el futuro de la petrolera durante el ‘roadshow’ de inversiones inPerú realizado en Nueva York.
La ausencia de los ministros de Estado y los inminentes cambios en el Gabinete ministerial esa misma semana generaron expectativa, la cual fue mitigada por los organizadores y miembros de la delegación, que se encargaron de posicionar al Perú como destino de inversión a pesar de las dificultades.
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Ahora que la economía comienza a mostrar signos de recuperación, el país no puede darse el lujo de tomar decisiones equívocas, esquivas y/o erróneas en un tema tan importante como Petro-Perú, una empresa que desde el 2013 ha perdido alrededor de S/20 mil millones y que al primer trimestre del 2024, según reportó el Instituto Peruano de Economía hace apenas una semana, tenía una deuda financiera cercana a los US$6.200 millones, 10 veces más que hace 10 años.
La decisión tomada por el Ejecutivo y plasmada en el Decreto de Urgencia publicado este sábado es cuestionable. Los US$750 millones de capital otorgados a la petrolera y la nueva deuda por US$1.000 millones con el Banco de la Nación no pueden correr por un camino separado al cumplimiento de las medidas de austeridad (incluidas en el decreto) ni habilitar la contratación de personajes que abonaron al descarrilamiento financiero de la estatal. Tan importante como los objetivos, es el ‘due diligence’.