La responsabilidad por el desastre ambiental derivado del derrame de seis mil barriles de petróleo en el mar de Ventanilla debe ser atribuido no solo a Repsol, sino también al Estado peruano, pues uno y otro “han revelado un gran desconocimiento y negligencia para actuar desde el primer momento en la forma más conveniente”.
Así lo señalan los profesionales petroleros agrupados en el Instituto Peruano de Ingenieros de Gas y Petróleo (IPIGP).
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El gremio advierte que la petrolera española debió comprometer desde el primer momento la participación de empresas transnacionales especializadas en remediación de derrames petroleros en el mar, a fin de “aislar la capa flotante de petróleo y controlar la invasión de las playas”.
“Es difícil entender cómo una empresa transnacional como Repsol no haya actuado con la prontitud que se recomienda para hacer frente a la remediación de este tipo de accidentes comunes en muchas regiones petroleras del mundo”, indica.
Llaman la atención también sobre la ausencia de explicaciones racionales por parte de la petrolera española y la “manera como enfrenta la remediación del derrame de petróleo”.
En cuanto al Estado peruano, el IPIGP advierte la ausencia de personal técnico calificado para afrontar este tipo de emergencias, tanto en la cartera de Energía y Minas como en la de Medio Ambiente.
Aún más, teniendo presente que existen varios puntos en nuestro litoral, entre Moquegua y Piura, que “presentan situaciones parecidas a La Pampilla, donde se embarca y desembarca petróleo y combustibles”.
“Debemos destacar que los accidentes relacionados con las actividades petroleras, muchas veces, son difíciles de controlar. Lo importante son las acciones de seguridad y prevención de estos accidentes, y luego la remediación que se debe de planificar y cumplir de inmediato para lograr que los daños que se presenten sean los menos posibles”, remarca el gremio petrolero.
IPIPG concluye advirtiendo que este difícil trance puede ser “tergiversado tendenciosamente por grupos de interés anti inversión o anti petróleo”, para desalentar o dificultar las inversiones en exploración y producción de petróleo y gas.
De hecho, la Sociedad Peruana de Hidrocaburos (SPH) señaló días atrás que el derrame de petróleo en Ventanilla significa un duro golpe para la industria petrolera y para las posibilidades de explorar el mar peruano.
La Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) ha iniciado, por su parte, un proceso interno contra Repsol y ha convocado a sus representantes para que brinden un detallado informe sobre este desastre ambiental.