Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas -establecidos en el 2015- señalan el camino a los gobiernos y diferentes grupos de interés para lograr un ideal, que desde los orígenes del concepto supone cubrir las necesidades de la población actual sin comprometer las del futuro.
La carrera comenzó hace cuatro años. ¿Cuánto ha avanzado (o retrocedido) el Perú y -en el marco de este suplemento especial dedicado al CADE Ejecutivos-, cuánto y cómo puede involucrarse el sector privado?
En efecto, según el análisis anual del estado de transformación de los 17 ODS realizado por la fundación alemana Bertelsmann Stiftung y la iniciativa global Sustainable Development Solutions Network (SDSN), en el Perú, el ODS 13 -Acción por el Clima- destaca entre todos, pues registra todavía “significativos” retos pendientes, además de ser el único que tiende a desacelerar el ritmo de avance ya alcanzado.
Para este ODS, el análisis incluye cuatro indicadores en el caso peruano. El primero (emisiones totales de CO2 por fuente de energía), el tercero (gente afectada por desastres asociados al clima) y, el cuarto (emisiones de CO2 incorporadas en las exportaciones) aún enfrentan desafíos. En tanto, el segundo (emisiones de dióxido de carbono importadas) ya fue alcanzado. ¿A qué se debe esta situación y, sobre todo, por qué el retroceso?
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El primero y el cuarto indicador están conectados, analiza Manuel Pulgar Vidal, quien fuera presidente de la vigésima Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP20), celebrada en Lima en diciembre del 2014. Según explica, a medida que la economía del país crece -apalancando su desarrollo en fuentes de energías no renovables como el gas natural-, las emisiones de CO2 aumentan y así lo hacen las exportaciones de CO2.
“Todos los productos que exportes, que en su mayoría son metales, van a representar ese incremento. Por eso, lo que te está diciendo (el análisis) es, ‘estamos exportando más CO2, porque hemos subido (el consumo) de energía’”, detalla. En ese sentido, opina que el país debería retomar la realización de subastas de energía renovable no convencional (solar, eólica, fotovoltaica) e incrementar su participación en la matriz energética. Hoy suponen menos del 5% fijado.
El asunto preocupa a Micaela Rizo Patrón, gerenta general de la asociación Perú 2021, quien reconoce en la diversidad biológica unas de las ventajas competitivas del Perú. “Esta biodiversidad también nos hace de los países más vulnerables frente al cambio climático y si no actuamos con medidas de adaptación y mitigación adecuadas nuestro futuro no va a ser tan positivo y los costos de inacción serán más altos”, sentencia.
EN STAND-BY: ODS 11 y 16
Los otros dos ODS que aletargan el paso hacia el 2030 son el de Ciudades y Comunidades Sostenibles (ODS 11) y el Paz, Justicia e Instituciones Sólidas (ODS 16). En ambos casos, la consecución de sus metas, o bien está estancada o creciendo a menos del 50% de la tasa necesaria para que sean considerados “objetivos alcanzados”.
Sobre el primero, el reporte demuestra que el acceso a agua potable o canalizada, y la satisfacción con el transporte público no registran mejoría. En tanto, en el segundo, tres son los indicadores en rojo (con grandes desafíos pendientes). Entre estas, uno está en retroceso: el "índice de percepción de la corrupción”. Esta variable -junto al “índice de la lista roja de supervivencia de especies” (ODS15), con la que comparte el nivel de avance- es la que está más lejos de ser alcanzada.
¿QUÉ PUEDEN HACER LAS EMPRESAS?
El sector privado empresarial es un actor clave en el marco de los ODS, recuerda María Ángela Prialé, profesora de administración de la Universidad del Pacífico. “Las Naciones Unidas de esta manera (a través de los Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible) cambian el concepto de ‘empresa’, ya no como entidades que generan ganancias, sino como entidades que generan desarrollo”, define. En efecto, no son pocas las compañías en el Perú, en particular aquellas listadas en Bolsa, las que desde que se lanzaron los ODS han alineado su estrategia de sostenibilidad a los mismos. Es más que una tendencia en un escenario en el que los inversionistas exigen más información sobre los criterios “ASG” (Ambiente, Sociedad y Gobierno corporativo).
Pero junto a las acciones reportadas año a año en materia de gobierno corporativo y de responsabilidad social, el aporte de las compañías podría ir más allá.
Nadia Malpartida, gerente de Sostenibilidad y Cambio Climático de EY, plantea la necesidad de que los empresarios pongan foco en su cadena de abastecimiento, pues es allí donde la sostenibilidad suele escarpárseles de las manos. “Si tú vas y le preguntas a una empresa grande cómo está gestionando estos riesgos (socioambientales), te pueden decir que ya los tienen controlados. El siguiente paso es ver cómo está tu cadena de valor y qué tan responsable eres tú para hacer que esos proveedores pequeños o medianos empiecen a gestionarlos”, invita.
Para que dar ese paso es clave el “convencimiento de los directorios” respecto a la necesidad de interiorizar la sostenibilidad en la estrategia del negocio, desde lo operativo hasta las finanzas, opina la abogada Sandra Alencastre, especializada en legislación ambiental con enfoque en desarrollo sostenible y actual directora de asuntos públicos y comunicaciones en The Coca-Cola Company.
Es con esa mentalidad holística que las empresas puede contribuir a empujar los ODS hacia el 2030, coinciden las fuentes. Por ejemplo, un sector donde su colaboración marcaría la diferencia es el acceso a agua potable.
Así lo planteaba la ex ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Carolina Trivelli, en el evento anual del Programa de Inversión Responsable (PIR) el miércoles 13 de noviembre pasado. Según la economista, hoy el 55% de la población urbana y el 97% de la rural no acceden a agua con suficiente nivel de cloro, pese al avance significativo en construcción de infraestructura de saneamiento. “El agua que les estamos dando está sucia”, alertaba.
“La pregunta es si hay un espacio para que el sector privado haga algo. Esta inversión tendría un enorme impacto porque rentabilizaría inversiones que ha hecho el sector público desde siglos y ha movilizado millones de soles y hoy no tiene ningún efecto en anemia, desnutrición y prevención de enfermedades”, agregaba.
“El problema es que aquí la rentabilidad para el sector privado es compleja. Pero este es este tipo de desafíos en los que el impacto que puede tener una articulación entre el sector privado - incluso así sea sólo para identificar un modelo que permita llevar agua limpia- sería fundamental", enfatizaba, frente a representantes de los principales financiadores del país reunidos en el evento.
En lo que respecta al ODS16 (Paz, Justicia e Instituciones Sólidas), una oportunidad radica en que los gremios incidan en la creación de políticas públicas, tales como el fortalecimiento de las instituciones y la mejora de los servicios públicos, porque esto termina afectando la actividad productiva, los empleos o ingresos de los trabajadores, sostiene Omar Narrea, profesor de la Escuela de Gestión Pública de la UP. “Los gremios tienen un trabajo importante de advocacy para favorecer las alianzas y para liderar la generación de consensos, sin los cuales no va a haber políticas”, opina.
¿Y en Acción Climática? En este caso, es posible -dice Rizo Patrón- dar el salto a la economía circular, una señal de “madurez” en sostenibilidad-agrega, citando al experto del Instituto de Liderazgo de Sostenibilidad de la Universidad de Cambridge, Wayne Visser.
Aún así, más temprano que tarde, anota Pulgar Vidal, dicha ventana de oportunidad se cerrará. “Si el mundo se conduce a ser carbono neutral al 2050, queda claro que los mercados y las economías globales van a cambiar. El empresario que no es consciente de entender esta realidad, va a salir. Va a encontrar limitaciones en la exportación de sus productos. Eso es una realidad que nadie puede negar”, advierte. ¿Lo lograremos?
DATO
►A buen ritmo. Según el reporte, aunque mantienen retos aún, el ODS 4 - Educación de calidad - y el ODS 7 - Energía Asequible y no contaminante- (que mide el acceso a la electricidad y fuentes limpias de energía), están camino a alcanzar las metas planteadas hacia el 2030.
►En estos 12 indicadores sí vamos bien. Según el análisis, las siguientes variables de análisis ya están en verde, es decir, fueron alcanzadas: ODS2 (Hambre Cero): prevalencia de emaciación o peso inferior al correspondido en niños menores de cinco años y rendimiento de cereales; ODS 3 (Salud y Bienestar): mortalidad materna, mortalidad neonatal, mortalidad de menores de cinco años, prevalencia del VIH, tasa de mortalidad por enfermedades no transmisibles (ENT); ODS 5 (Igualdad de género): Participación femenina en la fuerza laboral (sobre el porcentaje de hombres); ODS 8 (Trabajo Decente y Crecimiento Económico): Tasa de desempleo; ODS 14 (Vida Submarina): stocks de peces sobreexplotados o colapsados y stocks de peces sobreexplotados o colapsados; y ODS 15 (Vida de Ecosistemas Terrestres): amenazas de biodiversidad importadas.
FRASE
“Creo que hemos decrecido en voluntad política y acciones concretas (en acción climática), porque probablemente la agenda interna y de corrupción y las dificultades políticas, nos han desvinculado del liderazgo global que el país venía desarrollando en el lustro pasado”. [Manuel Pulgar Vidal]