Durante el viaje oficial que realizaron miembros del Ejecutivo a China, la presidenta Dina Boluarte brindó una entrevista a un medio estatal del gigante asiático. Si bien la conversación abordó diversos temas, lo que más resonó localmente fueron las declaraciones de la mandataria sobre su gusto por el chifa y la presencia de esta comida fusión en los restaurantes más populares de nuestro país.
“No hay una región en el Perú que no tenga sus chifas y a todos nos encanta. ¿Cuál es mi plato favorito? El pollo enrollado con Kam Lu Wantan y, por supuesto, mis wantanes con el dulce de tamarindo [...] Hay una situación media graciosa, pero que es así; si vamos a comer chifa que sea acompañado de nuestra Inca Kola, esa combinación es un almuerzo agradable, asegurado, del que nadie se va a quejar”, mencionó.
Estas declaraciones podrían parecer anecdóticas si no fuera porque, hasta ese momento, la presidenta llevaba más de 90 días sin hablar con la prensa peruana sobre temas relevantes para nuestro país. De hecho, sus comentarios, según las especialistas consultadas para este informe, dejaron un poco de lado otras temáticas importantes abordadas durante el viaje realizado del 26 al 28 de junio.
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Desde el punto de vista comunicacional y de marketing, Ximena Vega, CEO de Claridad Coaching Estratégico, considera que se trató de una “pésima entrevista”. “Con solo un dígito de aprobación en su gestión como presidenta del Perú, y sin haber dado entrevistas previas a la prensa local por 90 días, se trató de una entrevista fuera de lugar, con reacciones aparentemente fingidas, un discurso que muestra una desconexión enorme con la realidad peruana y un claro desconocimiento de la cultura oriental”, asegura.
Para Vega, la presidenta habría intentado caer simpática y mostrar empatía aprovechando el espacio en el medio asiático. “Claramente, en todo lo que respecta a estrategia de comunicación está muy mal asesorada, y necesita una mayor preparación o entrenamiento de medios. La comunicación no es un discurso vacío”, indica sobre la referencia gastronómica, pero haciendo referencia a toda la entrevista.
Por su lado, Eliana Gálvez, profesora de la Pacífico Business School y especialista en marketing estratégico, afirma que hubo errores a nivel comunicacional en toda la entrevista, dado que no se han manejado los códigos correctos para dar un mensaje e introduciendo los temas oportunos en una visita de estado. Pero, además de ello, considera que la presidenta pudo informarse más sobre las inversiones o productos chinos en el país y debió tener una mejor comunicación, porque sus comentarios pudieron generar confusión. Los chifas como tales no existen en la cultura china, resalta. Al igual que la marca de gaseosa Inca Kola, muy conocida en nuestra cultura, pero que “no venía al caso”.
En ello, agrega Vega, ve una desconexión con la realidad, sumada a una falta de conocimiento de la cultura china y sus costumbres. Ella habla desde un aprendizaje peruano, resaltando la estrategia de Inca Kola y su cercanía a la comida, especialmente al chifa. “En China, el término chifa no existe, esta palabra es peruana y se construye a partir de la fusión generada entre China y Perú. Para el resto del mundo, el término es ‘comida china’ ”, explica. La experta anota que si se quería construir un discurso a partir de marcas peruanas y el vínculo con Asia, con China en particular, hay muchos enfoques enormemente interesantes que nos vinculan y tienen mayor sentido.
Y realmente se generó una cierta confusión, según comenta Patricia Castro Obando, periodista y experta en la cultura china, quien reside en el gigante asiático. Obando realizó un relato minucioso de lo que se vio de la entrevista en su cuenta de X (antes Twitter). Castro considera que lo que se produjo fue una pérdida en la traducción durante la mención gastronómica en cuestión. La periodista china le comenta, en la entrevista: “mis colegas en el Perú me han dicho que los peruanos aman la comida china y los restaurantes chinos siempre están llenos”. La entrevistadora, agrega Castro, “cree que chifa es un restaurante netamente chino”.
Ante ello, Boluarte responde lo ya conocido pero no especifica la diferencia entre chifa y comida china. Según señala Castro, la audiencia china cree ahora que la comida china es muy popular y hay muchos restaurantes chinos en el país.
De otro lado, Vega considera que la mención a Inca Kola es anecdótica que toca a la marca de manera positiva, pero no necesariamente por los comentarios de la mandataria, sino porque se trata de una marca cercana, querida y respetada por los peruanos. “Los chinos no deben haber entendido nada en esta parte de la entrevista”, dice. “Más allá de un ‘meme’, no amerita una vinculación ni de la marca mencionada, ni de los chifas. Ya que la presidenta, en este momento, no es una buena asociación ni para Inca Kola, ni para los chifas”, sentencia Vega.
Gálvez resalta que Inca Kola y los chifas no han enlazado lo comentado por Boluarte con alguna acción comunicacional. “Han sido menciones en un contexto equivocado”, asegura.
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Si bien para los chinos los mensajes resultaron confusos o inexactos, estas tuvieron un efecto distinto en el Perú. “Las declaraciones de la presidenta han calado como una burla y han sido blanco de críticas en el país, cuando de por sí la presidenta no tiene una buena imagen para un gran porcentaje de peruanos”, sostiene Gálvez. La especialista remarca que en cuanto al aspecto comunicacional y de marketing, es muy importante que si como país queremos ser tratados como una marca seria, tenemos que enlazar nuestra identidad internacional a mensajes con un tono distinto. “Estas declaraciones y sus efectos no contribuyen en nada”, apunta.