Cuando se menciona el nombre de Disal Perú, automáticamente se tiende a imaginar los sanitarios portátiles comúnmente vistos en espacios como vacunatorios, centros de votación o conciertos. Sin embargo, esta empresa lleva 28 años operando en el Perú y cuenta con otras tres líneas de negocio.
Desde su absorción a mediados del 2021 por la multinacional Ambipar Group, líder en el sector medioambiental con presencia en 18 países, Disal Perú tiene US$ 10 millones para invertir este año en proyectos. Gracias a ello, esperan comenzar a operar una planta de valorización de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) este año.
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Día 1 conversó con Pablo Miranda, gerente general de Disal Perú, quien nos comentó sobre la nueva situación de la empresa, la apuesta por una planta de reciclaje RAEE y proyecciones a futuro.
—Algunos no conocen realmente la amplitud de soluciones que tiene Disal en su portafolio, los conocen más por los sanitarios y equipos portátiles, sin embargo, Disal Perú tiene en su portafolio el tratamiento de aguas, ¿con quiénes y donde operan este servicio?
Cuando uno conversa sobre Disal Perú, todos se acuerdan de los conciertos, [pero] la verdad es que nosotros buscamos dar soluciones integrales de manejo de residuos, tanto sólidos como líquidos. En nuestro ámbito de acción están los residuos que generan las empresas. Nosotros nos enfocamos en tratar de darles soluciones integrales. Esto va desde el manejo o la segregación de los residuos que genera cada uno de nuestros clientes hasta la valorización y, si no es posible valorizar el residuo, la disposición final en una infraestructura habilitada y aprobada por el Ministerio del Ambiente.
Hoy, con mucha fuerza y mucho foco, nuestro esfuerzo está en valorizar para que los residuos no terminen en una infraestructura de disposición final [y generar una economía circular]. Un buen ejemplo es el agua, un recurso tan escaso. Nosotros diseñamos, fabricamos e implementos las plantas de tratamiento de aguas donde somos capaces de recuperar el agua, por ejemplo, del agro luego del lavado de los productos y de los baños, para reutilizarla ya sea en riego, para que vuelva a su caudal natural o para que regrese al proceso productivo.
—En cuanto a los equipos portátiles, han colocado lavamanos aquí en Perú, por ejemplo en centros de vacunación y de votación. Ahora que se planea regresar a clases presenciales, ¿se está conversando con el Estado para tener alguna presencia en los colegios emblemáticos?
Nosotros tenemos constante comunicación con los distintos estamentos tanto públicos como privados, para poder dar soluciones a las brechas de infraestructura que se generen. Nuestras soluciones son temporales y se usan cuando se necesita poner la infraestructura a la capacidad deseada. El siguiente desafío tiene que ver con los colegios y tenemos ya conversaciones de disponibilidad para que, si en algún caso no se llega con infraestructura, nosotros podamos dar las soluciones temporales necesarias.
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—¿Tener esta infraestructura e implementarla es una inversión muy grande, o no necesariamente?
En nuestro caso, el crecimiento ha sido importante. El tema del lavamanos ha sido un desafío durante todo el año 2021. Para poder mantener stock frente a toda la dificultad que hubo, y hay, por la falta de contenedores y las importaciones, decidimos hacer la producción de manera local con tecnología peruana utilizando material reciclado.
Esto nos ha servido para dar un paso más para incorporar, como en el resto de nuestras soluciones, la minimización del impacto ambiental.
Hemos tenido que invertir en los moldes y la ingeniería, pero nuestra capacidad de respuesta es mucho mayor [ahora] para los distintos clientes que necesitan, en este caos, los lavamanos portátiles.
—¿Cuál es el porcentaje de material reciclado de estos productos?
Depende del tamaño, pero va en el orden de un 50% aproximadamente.
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—¿Cuál es el monto de inversión de Disal Perú para este tipo de proyectos?
Como compañía, nosotros estamos todos los años haciendo inversiones importantes ligadas a la incorporación de tecnología en nuestros productos y servicios. [Actualmente], tenemos órdenes de inversión anual cercanos a los US$10 millones [para proyectos sostenibles]. Esto incluye la tecnología de nuestros productos y la renovación de flota que incorporen tecnología que minimizan el impacto ambiental.
Nosotros somos parte del programa del Ministerio del Ambiente para la reducción de huella de carbono y eso hace que todos los años estemos generando proyectos de inversión para poder reducir nuestra huella de carbono. Por ejemplo, la matriz energética de nuestros camiones. El año pasado hicimos un cambio de tecnología y pasamos de desempeñarnos con Diesel Euro 3 a Disel Euro 5; y donde tenemos la capacidad de crecimiento estamos pasando a una matriz de gas.
Entonces, todos los años invertimos para poder reducir nuestra emisión y cumplir con todas las metas que tenemos con el Ministerio del Ambiente. En este caso el programa Huella de Carbono y el acuerdo que tenemos firmado sobre producción limpia.
—En cuanto a la valorización de residuos, ustedes ya han trabajado antes con esto. Sin embargo, ahora apuestan al desarrollo de la primera planta de valorización de residuos RAEE a nivel corporativo en Villa El Salvador. ¿A qué se debe, cuál ha sido la inversión y cuál es la capacidad de esta planta?
Nuestro primer desafío es como hacemos realidad la economía circular. Todo el mundo habla de ello y de que debemos reutilizar, pero hay un eslabón del cual se conversa poco, pero que es fundamental: la necesidad de poner a disposición un residuo para que alguien lo utilice como materia prima.
En nuestro caso, lo que buscamos es justamente ubicarnos ahí, ser ese eslabón. Es por eso que estamos en pleno proceso de implementación de una planta de valorización de residuos, principalmente electrónicos. De esta manera, tomamos los residuos, clasificamos sus partes, las separamos y entregamos las distintas materias primas a distintas industrias [para que retorne al ciclo productivo].
—¿Cuál será la capacidad de esta planta?
Esperamos tenerla lista este año y poder procesar, en un inicio, alrededor de 3 mil toneladas al año. Esperamos un crecimiento rápido, por el tipo de industria [la tecnológica], que puede llegar hasta 15.000 toneladas anuales de aquí a tres años.
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—¿Se planea generar otros puntos de valorización como éste en otras zonas del Perú, no necesariamente en Lima?
Sí, hoy nuestro plan de inversión para el 2022 es bien agresivo. Tenemos la orden de US$10 millones de dólares para invertir [en proyectos de sostenibilidad] para hacer realidad esta visión de economía circular. Por lo tanto, durante el año esperamos darles buenas noticias a distintas zonas del Perú, tanto en el norte como en el sur.
—Disal ha sido comprado por Ambipar Group, ¿a qué se debe que una empresa con tantos años en el mercado tenga esta fusión?
Normalmente cuando vienen estas adquisiciones de grandes grupos internacionales la primera reacción es: ¿cómo es esto? ¿Bueno o malo? Pues nosotros estamos muy contentos porque Ambipar es una compañía líder en el tema medioambiental con presencia en 18 países. Además, es una empresa que tiene proyectos muy profundos en economía circular y, por lo tanto, la intensión que hubo en este tema de comprar Disal fue: ¿cómo llevar todo ese conocimiento a los países donde Disal tiene una presencia muy importante?
En el caso de Perú, tenemos cobertura en todo el país, por lo tanto, tenemos la oportunidad de traer nuevas tecnologías y formas de gestionar los residuos con el conocimiento que tiene Ambipar. Además, todo nuestro plan de crecimiento y de inversión se multiplica por 5 y vamos a poder avanzar mucho más rápido en nuestros proyectos de inversión en Lima, en el sur y en el norte.
—¿La pandemia los ha afectado?
La pandemia puso a prueba al equipo. Nuestros clientes son las grandes empresas en el Perú y, por lo tanto, las grandes empresas necesitaban también reaccionar rápido porque tenían que seguir operando con estándares de seguridad mucho más altos. Les pudimos presentar nuestro plan de manejo del Covid, lo que nos permitió nunca parar. En el tema de desinfección incorporamos distintas metodologías y tecnologías para la desinfección tanto en el sector industrial como en el agro y minería. Si bien el golpe existió se pudo amortiguar y nos permitió mantener a todos nuestros trabajadores y clientes.
—¿Cuál ha sido el desempeño de Disal Perú el último año?
Hemos tratado de resolver los problemas de nuestros clientes y eso nos ha permitido incorporar nuevos servicios y crecer ante situaciones complejas.
—¿Cuáles son las proyecciones de Disal Perú para este 2022 en Perú y en la región?
Primero, vamos a seguir apostando por el tema de la seguridad de nuestros trabajadores. Segundo, buscamos poder seguir creciendo con una mirada muy clara hacia la valorización del residuo. El enfoque del crecimiento es llevar todo lo aprendido acá y en Brasil por el grupo Ambipar, para hacerlo realidad tanto en Perú como en Chile y seguir creciendo a nivel latinoamericano. Esperamos pronto estar en Colombia y en otros países con los que todavía estamos cerrando negociaciones.
El crecimiento viene del convencimiento que tenemos en la compañía de que el mundo necesita hacer realidad esto [la valorización de residuos y la economía circular] y, por lo tanto, nuestra visión es ser el eslabón que facilite hacer realidad la economía circular.