Aún no queda tan claro cómo empezó. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha afirmado que la fuente primaria podría haber sido un animal. Más de un estudio asocia su origen a murciélagos (que antes han sido transmisores de enfermedades respiratorias en Asia) y las autoridades chinas creen que el primer contagio se dio en un mercado de mariscos en Wuhan, en la zona central del país de Xi Jinping.
Lo cierto es que en diciembre empezaron a reportarse los primeros casos del nuevo coronavirus. Luego de casi dos meses, la enfermedad ha cobrado más de 1.300 víctimas en China continental (además de otras en Hong Kong, Japón y Filipinas) y los contagios superan los 60 mil en 27 países.
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En el Perú, a pesar de las múltiples amenazas, casos sospechosos y ciudadanos aislados al pisar territorio nacional, no se ha reportado aún un solo caso confirmado de coronavirus. Sí existen, sin embargo, algunos afectados directos por la enfermedad en el panorama local. Y no, no son necesariamente personas.
El primero ha sido la moneda local, cuyo valor ha caído considerablemente en comparación al dólar. Si a finales de enero la moneda estadounidense se cotizaba en S/3,33, la semana pasada llegó a los S/3,40. Uno de los motivos sería la volatilidad de los mercados financieros ante la amenaza de una pandemia global.
No es que el sol esté necesariamente más débil (en el último mes su cotización se ha mantenido relativamente estable, comparado con otras monedas de la región). Lo que ocurre es que los inversionistas apuestan a que la economía del país liderado por Trump se mantendrá fuerte en caso ocurriera una propagación del virus.
El segundo afectado es el sector minero. Y es que, con la producción china con un pie en el freno, de prolongarse la situación, la demanda por el cobre y otros metales industriales se vería comprometida (el país asiático es el mayor comprador de cobre y hierro peruano). Esto se empieza a reflejar ligeramente en el precio. En diciembre, el metal rojo se cotizaba a aproximadamente US$2,80 la libra, pero en los últimos días el precio estuvo más cerca a los US$2,50.
De hecho, ciertas empresas estarían apuntando a diferir cargamentos. Aunque, como han comentado diversos especialistas, mientras el coronavirus se mantenga como un problema de corto plazo no tendría por qué afectar la producción anual.
Otros peruanos contagiados serían el sector pesquero y el agroexportador. Sobre el primero, la semana pasada representantes de la Sociedad Nacional de Industrias anunciaron que las empresas pesqueras del país detendrán temporalmente la exportación de productos para consumo humano a China y otros países asiáticos.
Sobre el segundo, en un país tan cercano como Chile se han hecho públicas algunas consecuencias económicas del virus para el sector agroexportador. Según informaron representantes de ProChile (que equivaldría a PromPerú), el número de contenedores diarios ingresando a China con productos chilenos ha caído de 200 a “50 o 40” este mes.
Los motivos son varios. Por un lado, la demanda interna en China registra una reducción de entre 40% y 60% (la gente sale menos de sus casas y el consumo de alimentos perecibles ha caído). Por el otro, la reducción en la producción también afecta la disponibilidad de mano de obra y el cierre de puertos (hay menos personas en los puertos chinos, por lo que la descarga de contenedores se ha visto bastante retrasada).
En tiempos de cine posapocalíptico, ‘fake news’ y posverdades, los especuladores están esperando una contracción de la demanda mundial por una propagación pandémica de la enfermedad. Por suerte la semana pasada el ritmo de contagio habría empezado a caer en ciertas zonas. No obstante, la realidad es que mientras más se prolongue la incertidumbre actual, más cara será la factura que se tendrá que pagar al final.