La reapertura completa de los centros comerciales ha dado un respiro a muchas tiendas al interior que se encontraban imposibilitadas de realizar ventas físicas de productos, pero también ha implicado retos, negociaciones y ajustes ante el impacto de tres meses de para. Javier Postigo, gerente general de Mall Aventura, señala que en los ‘malls’ que opera la compañía -perteneciente al Grupo Ripley- aproximadamente el 80% de comercios se encuentran operativos; mientras que todos los del sector entretenimiento están inactivos luego de que se postergó la fase 4 de reactivación económica. “Desde el 16 de marzo mientras la palabra protocolos no se usaba entre la gente, armamos nuestros protocolos para los negocios de primera necesidad”, cuenta Postigo, y detalla a Día1 en esta entrevista el impacto que viene teniendo la pandemia del COVID-19 en sus operaciones y las expectativas de que la situación pueda mejorar en el mediano plazo.
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¿El COVID-19 ha impactado en sus planes de inversión?
Nosotros teníamos tres proyectos de centros comerciales en construcción [antes del inicio de la pandemia]. El de Chiclayo estaba a punto de inaugurarse; el de San Juan de Lurigancho inauguraba el primer trimestre del 2021; y el proyecto en Iquitos estaba programado para el tercer trimestre del 2021. Los proyectos están paralizados porque no se podía construir por la cuarentena, y a mediados de junio ya se reactivó la construcción. Hemos arrancado la construcción desde el lunes 15 de junio del proyecto de Chiclayo, que le faltan más o menos dos meses [para terminar la etapa de construcción] con estos nuevos protocolos de distanciamiento (tenemos que ser muy cautelosos). Lo que le faltaba era un mes [para estar culminado] y ahora son tres meses más. Debemos tenerlo listo hacía noviembre este año. Para los otros dos proyectos estamos evaluando cuál es el mejor momento para reactivarlos. Tenemos que ver en qué momento los operadores, que son las tiendas, también nos podrán acompañar y están con la estructura financiero económica para poder hacerlo.
Con esto, entonces, la fecha al menos de los últimos dos proyectos que me menciona son inciertas.
Si me preguntas, diría que en el caso de San Juan de Lurigancho debería estar [listo] el primer trimestre del 2022, un tiempo en el que esperamos que los operadores se fortalezcan y la situación esté más estable, e Iquitos debería estar a partir del segundo trimestre del 2022.
En el mejor de los escenarios, ¿a cuánto deberían ascender las ventas del ‘mall’ este año?
El sector, como muchos de la economía, se han visto bien golpeado. En estos tres meses y un poco más ha dejado de vender más o menos S/8 mil millones de soles entre todos los operadores y centros comerciales y son campañas que no se recuperan. Creo que van a haber ventas que este año van a ser, en el mejor de los casos acumulados, la mitad de lo que fue el año pasado.
¿El factor de incertidumbre puede cambiar el escenario?
Hay un aspecto importante. Los centros comerciales, cuando hubo crisis económicas, la de 1998 y el 2009, han sido un lugar de refugio, porque la gente en lugar de comprarse un carro, una casa o viajar, prefiere ahorrar y pasan al centro comercial a disfrutar algo, comprar un rato, tomar un helado o un café. Lo distinto de esta crisis es el factor de salud, porque eso hace que la gente no pueda ir al centro comercial a pasear. Van desde un punto de vista mucho más transaccional, comprar y retirarse. Es una compra mucho más rápida. Si el tiempo de permanencia promedio en un centro comercial era de tres a cuatro horas, seguramente va a bajar a 45 minutos. Vas a la tienda, compras lo que necesitas, miras y te vas. Mientras no se controle la pandemia -y espero que eso sea quizás el primer trimestre del próximo año -ya sea con una vacuna o un tratamiento efectivo-, el sector va a estar muy transaccional y con algunas bajas importantes en lo que vendían comparado en tiempos anteriores. Pasada la crisis de salud, el centro comercial va a pasar a ser lo que era antes, un refugio, y la gente va a volver, con lo cual creo que la recuperación puede ser importante. Veo ahí dos etapas, la primera es que pase la crisis de la pandemia y en la segunda etapa, que va a demorar un poco más y va a estar ligada a la recuperación de esta crisis económica, creemos que los centros comerciales van a ser los refugios en las familias, como siempre lo han sido en las crisis, ya sea para ir a almorzar algo, ir al cine o a pasear; en lugar de asumir gastos como comprarse una casa o irse de viaje.
De cara a un mundo más digital que se ha estado desarrollando, ¿ven que este sea un factor importante para impulsar las ventas en adelante?
De hecho el mundo digital está teniendo un avance importante. No obstante, muchos de los propios operadores que están en el centro comercial mencionan que es lindo, que estos canales de venta han crecido 70%, pero ese 70% de expansión solo representa un 9% o 10% de sus ventas de la tienda. Por más que el crecimiento del canal es gigantesco, no llega a ser todavía algo importante; y en economías donde la logística, la entrega, los domicilios, están mucho más desarrollados como EE.UU., el mundo digital llega a ser del 10% al 12%. Creo que en el Perú va a llegar a eso, pero la venta física va a seguir siendo relevante y va a jugar un rol en la sociedad importantísimo. Son 180 mil empleos directos y más de 500 mil indirectos, es decir que esto llega a más de 2,5 millones de familias.
¿Aquí la cadena logística todavía es un problema?
Sí. Y de hecho nosotros previendo esta situación, sabíamos que en el Perú la gente compra por Internet pero el 70% prefiere ir a recoger sus productos a la tienda. Uno dice ¿por qué? Descubrimos varios motivos, pero entre los más importantes hay dos: que la logística en el Perú no está desarrollada para hacer despachos a domicilio y cumplir con los horarios de entrega, ya sea porque el tráfico en Lima es catastrófico o impredecible. Eso hacía que las ventas por Internet, en lugar de decirte que llegaba un día en un marco horario de tres a cuatro horas, te decían que llegaba entre las 8 a.m. a las 8 p.m. Muchas familias no podían quedarse a esperar a que llegue el paquete en todo el día.
Lo otro es que la gente también prefiere ir a recogerlo al centro comercial porque eso les da más flexibilidad. Yo escojo en qué momento voy y el producto me está esperando.
Ante el COVID-19, ¿qué han implementado para potenciar la omnicanalidad de sus operaciones?
Nosotros tenemos un producto que se llama Mall Aventura Direct, bien interesante, que trabajamos con unos asesores de Estados Unidos, los mismos que vieron los proyectos digitales de Westfield, una de las cadenas de centros comerciales más grandes del mundo. Esta posibilidad la contemplamos ni bien empezó la pandemia. Este producto es un servicio de ‘click & collect’, a través del cual realizas un pedido por Internet y lo recoges en el ‘mall’ en el arco horario y fecha que escojas. Más importante que eso, garantizando el distanciamiento social y evitando la aglomeración del público porque nuestras zonas de recojo están en los estacionamientos del ‘mall’. Atrás de esto hay un algoritmo que dice cuánta gente va a ir a determinada hora en los distintos quioscos de atención que están distribuidos en los estacionamientos. Los malls tienen 30.000 m2 de estacionamiento, así que podemos distanciar cada quiosco o cada centro de entrega de despacho de los clientes 500 metros de distancia uno del otro. Aquí, además, hemos desarrollado una alianza muy importante con Scharff que también son representantes de FedEx en la región para que operen nuestros puntos de retiro de productos.
Además, hemos desarrollado una sinergia con los medios de pago más importantes del país para implementar en conjunto con nuestras tiendas la opción del pago sin contacto para que los clientes puedan pagar sus productos con tan solo escanear unos códigos QR dentro de las tiendas. En este momento somos el primer centro comercial que lo ha implementado y pensamos que será un servicio de valor para el visitante y también para el personal de las tiendas.
¿Estas estrategias de entrega se trabajan de la mano con las tiendas?
Sí, de hecho hicimos una primera encuesta a nuestros operadores y más de 100 estaban dispuestos a participar [con Mall Aventura Direct], ya sea a través de un e-commerce propio o un marketplace. Cuando lo vimos, era atractivo para el operador debido a que en estos primeros meses la gente va a llegar al ‘mall’, pero va a tener cierto temor de permanecer y transitar. Por eso es mejor que tenga la opción de comprar por Internet y como solución brindar el recojo en el centro comercial. Esta es una facilidad para que nuestros operadores puedan seguir vendiendo a más clientes mientras dure la pandemia.
En una encuesta que hizo A&M Gestión y Desarrollo realizada al sector retail, un 53% menciona que se va a reducir significativamente su presupuesto de ventas este año. ¿Ven una reducción similar en el caso de Mall Aventura?
Más que reducir, si comparo las ventas de fin de año con las del año anterior más o menos debemos llegar a que se debe vender el 50% de lo que se vendió el año pasado, no por una reducción sino por los tres meses de para. Es una mezcla entre tres meses parados y un inicio bien moderado, principalmente por la pandemia.
¿Ven que los ‘malls’ también se vean obligados por la pandemia a modificar sus formatos o funcionamiento?
Hay que avizorar de qué plazo es esta crisis. Los centros comerciales están para quedarse 50 a 60 años. Obviamente pueden transformarse, pero hacer giros de negocio no necesariamente. Los expertos dicen que la crisis de salud de la pandemia va a durar un año más, 18 meses más, y luego viene la recuperación de la crisis económica que durará dos años más, pero cuando uno pone en perspectiva estos plazos y los compara con el centro comercial que son de dos a tres años, claramente el negocio va a seguir. Lo que han hecho tiendas o cafeterías de transformarse en pequeños markets, ahí calza. Pero para los centros comerciales las inversiones son largas, seguras y estables.
¿Sus inversiones sí se mantienen de todas formas?
De todas maneras las inversiones se mantienen. Tenemos contratos firmados, financiamiento, todo. Es una pausa temporal y creo que razonable por lo que está sucediendo.
¿Cómo fueron las negociaciones con sus locatarios durante la cuarentena?
Hasta junio no le hemos cobrado arriendo mínimo a ninguna tienda que ha estado cerrada. A las que están abiertas que son de sectores esenciales sí, pero a todo el resto les hemos exonerado el 100% del arriendo, el 100% del fondo de promoción y en el gasto común les hemos dado un descuento del 40%. Hay un gasto común a pagar porque el centro comercial tiene que mantenerse. Se tiene que limpiar, sanear, cuidar, tiene que haber seguridad porque si no ¿quién cuida toda la mercadería de los operadores que están adentro? Nosotros como operadores del centro comercial tenemos que dar esa seguridad.
¿Cuántas tiendas comerciales ya están operando actualmente? ¿Cómo manejaron estas negociaciones?
Actualmente en Mall Aventura Santa Anita tenemos más de 200 establecimientos comerciales operando con toda normalidad con aforos reducidos. Como lo comentamos anteriormente, hemos sido muy conscientes de la realidad actual y como a todos nos ha tocado desarrollar planes flexibles. Luego de la cuarentena hemos aplicado un esquema de rentas razonables revisándolo directamente con cada una de las tiendas que hoy ya se encuentran operando.
¿Han salido algunas tiendas comerciales? De ser el caso ¿Ya están ofreciendo estos nuevos espacios a empresas interesadas?
Hoy tenemos un poco más del 80% de comercios operativos y toda la categoría de entretenimiento aún inactiva. Seguimos conversando con las pocas tiendas consideradas dentro de la fase 1, 2 y 3 que aún no han podido retomar actividades comerciales. Claramente esta pandemia ha sido más agresiva para algunos más que otros en términos económicos pero nuestro rol como centro comercial es encontrar alternativas y ayudar a la mayoría de comercios a que puedan reactivarse mientras sea posible. Esperamos que todos puedan hacerlo.
¿Qué iniciativas tienen planeadas para reactivar su negocio en adelante?
Algo importante son campañas para los emprendedores. Hay muchos jugadores de la economía que no van a poder pasar esta crisis, pero van a aparecer unos nuevos. Los centros comerciales dan la oportunidad a nuevos comerciantes. Un punto concreto es que vamos a abrir el centro comercial de Chiclayo dentro de tres a cuatro meses y eso va a emplear a mucha gente; de hecho con la construcción del centro comercial, según la Cámara Peruana de Construcción (Capeco), la obra está siendo una de las más importantes para la reactivación de empleo de la ciudad. Vamos a inaugurar y traer muchos operadores y emprendedores al centro comercial. Para la ciudad de Chiclayo, después de todo lo que ha pasado, esto va a ser como un apoyo para un nuevo comienzo de la reactivación que tanto necesita, pero siempre con mucha seguridad y cautela. Creo que todavía vamos a vivir con este COVID-19 por algunos meses más.
¿Cuántos empleos más o menos calculan que están generando en esta construcción del centro comercial de Chiclayo?
Un centro comercial en operación te genera más o menos 2.500 empleos directos. Indirectos, se generan como 5.000 empleos más. En la etapa de construcción, sin las medidas de prevención y distanciamiento social, se emplean a 2.000 personas. Hoy no puedes contratar a tantos por el distanciamiento, por lo cual probablemente sean 600 u 800 personas.
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