Los ingresos por este servicio pueden llegar al 10% de lo que capta un centro comercial, en algunos casos. Pero en otros, como el de Plaza San Miguel, no existen. El mercado define las tarifas, dicen los especialistas.
Los ingresos por este servicio pueden llegar al 10% de lo que capta un centro comercial, en algunos casos. Pero en otros, como el de Plaza San Miguel, no existen. El mercado define las tarifas, dicen los especialistas.

No son días felices para los administradores de ni para los . No lo son desde la semana pasada, cuando la Comisión de Descentralización del Congreso aprobó –por mayoría– la gratuidad del servicio de estacionamiento en los ‘malls’.

Desde entonces, y probablemente durante los próximos días, hasta que el dictamen correspondiente sea aprobado en el pleno, se hablará sobre las implicancias de esta medida y cómo los jugadores del sector replantearán sus estrategias ante el nuevo escenario.

Y lo cierto es que habrá muchos cambios de prosperar esta iniciativa (que modifica la Ley 29461) y que en concreto libera de pago durante las tres primeras horas a las personas que parquean sus autos en los centros comerciales, siempre que acrediten un consumo mínimo en el ‘mall’. “Los cambios se darán a todo nivel”, adelanta a Día1 Juan José Calle, gerente general del Jockey Plaza.

El ejecutivo explica que por lo menos cuatro ‘stakeholders’ asumirán las consecuencias de esta medida. Además de los centros comerciales y los estacionamientos, los locatarios y los consumidores (los que llegarán en auto y los de a pie), acusarán recibo de la reformulada ley, según Calle.

“Es una iniciativa populista, demagógica y poco seria”, critica la cabeza del Jockey Plaza, a contrapelo de lo que ha señalado el presidente de la Asociación Peruana de Consumidores (ASPEC), quien ha felicitado la propuesta, aduciendo que los centros comerciales no deberían cobrar por sus prestaciones accesorias, como los servicios higiénicos o los estacionamientos.

Calle precisa que, en el caso del Jockey, ellos han invertido US$60 millones en 5.276 ‘parkings’, y que, ahora mismo, el cobro que el operador Los Portales realiza por su uso (S/5 por las primeras tres horas) les deja una rentabilidad baja (8%). “El parking es un negocio que deja muy poco o nada, pero que la autoridad exige sin mayor análisis”, comenta.

Considerando ello, el economista chileno y socio de F&K Consultores, Jorge Fantuzzi, proyecta que los centros comerciales y los estacionamientos podrían pensar dos veces antes de ejecutar su expansión, como ha ocurrido en su país, donde una norma similar, promulgada hace un año, desincentivó las nuevas apuestas.

CAMBIOS EN EL NEGOCIO

Precisamente, en el operador Control Parking (que trabaja en 45 centros comerciales, entre ellos el Real Plaza), refieren que reevaluarán sus planes de crecimiento, de prosperar la norma.

“Tendríamos que analizar si seguirá siendo rentable operar en centros comerciales con las reglas de juego cambiadas, porque nosotros hemos hecho nuestro presupuesto con otro escenario”, cuenta a nuestro suplemento el gerente general de la firma, Eduardo Morales.

El empresario añade que el Congreso debería invitar a los centros comerciales y a los operadores de estacionamientos, “para que vean el otro lado de la moneda y conozcan la estructura de costos”, antes de la discusión en el pleno. Por ejemplo, comenta, la iniciativa no distingue entre ‘malls’ grandes y pequeños, lo que es un aspecto fundamental, debido a que sus tráficos son muy distintos.

El replanteo del negocio, sin embargo, no se agotará en decidir si se hacen o no más inversiones. A juicio de David Kuroiwa, asociado del área de Competencia del estudio Payet, Rey, Cauvi, Pérez Abogados, los efectos colaterales alcanzarán a los consumidores a través de dos caminos: los locatarios y directamente.

“La cuestión es que todos vamos a tener que subsidiar la gratuidad que disfrutarán los que tienen auto”, reseña.

En el caso de los locatarios, apunta, estos tendrán que pagar mayores precios de alquiler, debido a que los centros comerciales tratarán de recuperar por esa vía lo que perderán por los estacionamientos.

“Al tener que pagar más alquiler, trasladarán esos sobrecostos a los consumidores, con precios más altos de sus productos”, prosigue Kuroiwa. De esta forma, indica, los consumidores de a pie terminarán subvencionando a los que llegarán en auto al ‘mall’, a pesar de que estos últimos son los que suelen tener mayor poder adquisitivo, “un contrasentido de la norma”.

Por otro lado, los propios operadores de estacionamiento elevarán sus tarifas cuando los usuarios deban pagar parqueo. Recordemos que solo sería gratuito si es que justifican un gasto mínimo en el centro comercial. De no ser así, la iniciativa estipula que solo serían libres los primeros 45 minutos, luego los usuarios tendrían que pagar una tarifa acordada por el centro comercial y el operador.

AUTORREGULACIÓN

Las aguas están movidas en el sector. De todas formas, vale la pena señalar que hoy algunos centros comerciales no cobran por parqueo, como es el caso de Megaplaza, Plaza Norte y Plaza San Miguel (que figuran, por cierto, en el top 5 de los que más venden al año), y que el propio Jockey Plaza redujo sus tarifas de parqueo hace poco.

Al respecto, Kuroiwa apunta que es una cuestión de competitividad y que otros podrían seguir esa estrategia, sin intervención del Estado. “En libre competencia, el mercado se autorregula”, explica. En esa línea, el presidente de la Asociación de Centros Comerciales (ACCEP), José Antonio Contreras, le ha pedido al Congreso que archive el proyecto. ¿Lo escucharán?

ESTADO BAJO LA LUPA: ¿INTERVENIR O NO INTERVENIR?
Para algunos especialistas, el Estado no debería intervenir ni fijar tarifas a negocios como el del parqueo en los centros comerciales, “porque no es un servicio público”, como refiere David Kuroiwa, del Estudio Payet.

Y el hecho es que, tras las medidas impuestas por el Indecopi para que las salas de cine dejen ingresar a sus clientes con ciertos alimentos, el empresariado toma con preocupación la nueva propuesta congresal.

“El cielo es el límite para el intervencionismo”, dice Kuroiwa. Luego de los centros comerciales, podrían venir otros negocios, como las clínicas, apunta.

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