A poco de cerrar la campaña de exportación de mango (empezó en octubre pasado y terminará en abril próximo), el sector agro se prepara para anotar un nuevo récord de envíos, con unas 220 mil toneladas (t) exportadas, según destaca a Día1 Juan Carlos Rivera, gerente general de la Asociación Peruana de Productores y Exportadores de Mango (APEM). Así, este número superará por 31% los volúmenes de la campaña 2018/2019, cuando se exportaron 168 mil t; y por 8% los de la campaña 2017/2018, cuando se alcanzaron las 204 mil t. Pese al buen resultado, este récord no cubrirá el tope estimado por el gremio, que era de 229 mil toneladas.
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El subibaja en los resultados interanuales tiene que ver con una condición propia de los frutales: la alternancia. Un efecto que los mangueros –distribuidos en unas 31 mil hectáreas de los valles costeros entre Piura y Áncash- han sabido sortear. De eso, habla el 5% de crecimiento en promedio de los despachos de mango de la última década y el posicionamiento del Perú como cuarto exportador mundial de la fruta.
¿Qué ha definido la campaña actual de exportación? Aparte del mayor volumen, los calibres menores, es decir, el menor tamaño de la fruta. Lo usual es cosechar mango calibre 7, 8 y 9 (es decir, que en una caja entre ese número de frutas), pero esta vez el promedio ha sido 8,9 y 10. El principal reto que plantea el calibre chico es que no cumple con las expectativas de los compradores, explica Rivera.
“Tiene que ver con la preferencia del público consumidor, pero también con un tema logístico y comercial, pues entran menos mangos en una caja. Si un consumidor ve un mango mas chico va a preferir no comprarlo”, sostiene.
La industria del congelado también lo mira con recelo, pues al tener poca pulpa, mucha pepa, no es atractivo. Aún así, lo aprovecha. En enero pasado, los envíos de esta presentación aumentaron 22%, según Comex. “Es reflejo de la gran producción y que una parte de no se ha comercializado como freso”, analiza Rivera.
El precio por kilo también reaccionó a los mayores volúmenes, según el reporte de la consultora Fresh Fruit del 3 de marzo pasado. En Estados Unidos cayó 4%; y en Países Bajos (la principal puerta de entrada portuaria a Europa), se redujo 8%.
No tuvo solo que ver con el Perú, sino con la dinámica productiva de nuestro vecino Ecuador, pues en lugar de concluir su temporada de exportación a mediados de enero, siguió despachando hasta fines de ese mes. “Esta situación saturó el mercado y arrastró los precios a la baja”, concluye Fresh Fruit.
En general, para Rivera el balance de campaña fue positivo, ya que el precio por la cantidad total exportada es mayor que en campañas anteriores.
A su juicio, es destacable además el esfuerzo del sector en la implementación del llamado “system aproach” (un método por el cual se colocan trampas y se promueven labores culturales favorables a la limpieza), para reducir la incidencia de la mosca de la fruta en el campo, una plaga sobre la cual la Unión Europa subió la valla fitosanitaria el año pasado.
Con S/404,4 millones de inversión en el próximo quinquenio, el Senasa promete erradicar el insecto en plantaciones de cultivos de alto valor como el arándano y la uva de mesa, entre otros, al menos en nueve regiones del país.
UN PEQUEÑO GIGANTE
Aunque hasta ahora solo supone el 3% de los envíos, Asia aparece en el horizonte como el destino más atractivo en precios para el mango. Así lo demuestra Fresh Fruit, que precisa que Corea del Sur, Japón y China pagaron por kilo US$3,41, US$2,65 y US$2,36, respectivamente, hasta la tercera semana de febrero, cuando Estados Unidos pagó US$1,04 y Países Bajos, US$0,93 .
Los exportadores han advertido ese potencial, en particular, en Corea. Según APEM, de las 48 plantas de empaque de la industria a nivel nacional, seis exportan a este destino.
“La inversión en plantas es consecuencia de la demanda de mango en Corea. No ha sido al revés”, explica Rivera y subraya que los envíos a Asia son aún vía área.
¿Por qué no van por mar? El tiempo de traslado (35 días) los desalienta, pues la fruta no resiste la duración del trayecto y pierde calidad. Además, apunta Joaquín Balarezo, gerente general del Sunshine Export, en el caso de China, la oportunidad sería atender la demanda generada por el Año Nuevo Chino, pero dicha época (mediados de enero) es “muy temprana” para el Perú.
“El mango peruano no va a China básicamente porque es un mercado que requiere la fruta ‘lista para comer’ y hay mucho riesgo (sobre la calidad). Además, están acostumbrados a otras variedades”, acota. Al respecto, Fresh Fruit apunta que se trata de las variedades Haden, Cavallini y Palmer. La primera sí se produce en nuestro país.
¿No hay nada que hacer? “Sería cuestión de competir”, responde Rivera. No sería fácil, pero imposibles no existen.
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