La Federación de Instituciones Privadas de Educación Superior (Fipes) se suma al pedido que, desde diversos frentes, vienen haciendo varias entidades educativas privadas para que el Estado intervenga y evite que miles de estudiantes abandonen sus estudios, pero también reclama apoyo para que el impacto económico no les impida continuar con su rol de educar. El Comercio conversó con su presidente Manuel Ostoja.
¿Cuál es la situación real de las universidades asociadas a la Fipes tras el estado de emergencia que las ha obligado a educar de manera virtual?
Al igual que los institutos, las universidades también estamos en crisis, tanto las públicas como las privadas. Como sabemos, estudiantes y docentes se han visto obligados a adaptarse a este entorno de educación ‘online’ que ya existía pero hoy hemos pasado al 100%, aunque con algunas limitaciones. Y en el tema de las pensiones, la opinión pública tiene desconfianza porque hay una idea errónea y, de repente, manipulada por algunos grupos que dicen que la educación ‘online’ es más barata que la presencial y eso no es cierto.
¿Por qué no es cierto?
Porque cuando hablamos de educación ‘online’ de calidad, síncrona y en tiempo real, utilizando plataformas de última tecnología que utilizan las mejores universidades en el mundo, esa educación ‘online’ no es necesariamente más barata que la presencial. Y cuando hablamos de ahorros por concepto de agua, luz y otros servicios esenciales, eso no va más allá del 3,5% del costo, por lo tanto no es cierto que la educación online sea más barata. Además, estas mismas universidades ya hemos tenido que pasar por procesos costosos de licenciamiento en los últimos meses y años y, ahora, además de asumir los costos de adquirir plataformas digitales y capacitar a los docentes, también hemos tenido que ayudar a los alumnos con apoyo económico mediante becas de emergencia y facilidades de pago, a pesar de haber tenido una caída significativa de las matrículas y los ingresos por la coyuntura y la morosidad.
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¿Qué tanto se han visto afectadas las matrículas?
Miles de estudiantes no han podido matricularse y ese número va en aumento. Estimamos que del millón de estudiantes en universidades privadas, esta crisis podría afectar a lo largo de este año a 350.000, que dejarían de estudiar y lo más crítico es que no podrían regresar, abandonando de manera permanente sus estudios. Por eso, no es suficiente la ayuda desde la institución educativa porque las universidades van a tener limitaciones y por eso necesitamos que el Estado, en su rol de garante de la educación, también tenga un papel importante en la protección de esos 350.000 jóvenes. Ante este panorama, debemos abordar esta crisis entre todos los actores.
Señalaba que no es cierto que la educación ‘online’ sea más barata que la presencial y mencionaba algunos esfuerzos que están haciendo las universidades pero, siendo sinceros, no es el común denominador.
Hablo por las universidades de Fipes.
De las 11 universidades que forman parte de Fipes, ¿todas están en condiciones de decir que el costo actual que les demanda las clases a distancia es exactamente el mismo o supera el costo de sus clases presenciales?
No puedo precisar si son todas, pero en su mayoría sí, por lo menos aquellas que sí cuentan con plataformas de última tecnología que son las mismas que usan las universidades ‘top’ en el mundo.
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¿Qué porcentaje del total de alumnos en universidades privadas representa la Fipes?
Entre un 40% y 50%.
Entonces, hablamos de una mayoría de alumnos que se encuentra en su legítimo derecho de reclamar porque consideran que el servicio que reciben no es lo que esperaba y tampoco cuesta lo mismo.
No podemos generalizar, existen universidades que hemos empezado las clases en marzo, otras que pudieron retrasarse y otras que todavía no han empezado, y en el caso de las públicas están empezando en mayo porque su problemática con la virtualidad que es más crítica, pero no podemos hablar de manera general y mi precisión es a nombre de Fipes.
¿Qué porcentaje de alumnos ligados a la Fipes no llegó a matricularse este primer semestre?
Recordemos que la cuarentena empezó dos semanas, luego cuatro, después seis semanas y aunque se sabe que en la educación básica sería hasta diciembre, el caso de las universidades no sabemos cuándo arrancará, pero sí te puedo asegurar que ese número [de afectados] seguirá aumentando y se va a incrementar, sobre todo en el segundo semestre y en la medida que la crisis continúe, por eso desde Fipes estimamos que si la situación continúa y no hay un soporte de parte del Estado, del millón de estudiantes universitarios más o menos un tercio podría verse afectado.
Más allá de la afectación en los alumnos que es preocupante, ¿cuál va a ser el efecto en las universidades porque desde la ASUP han advertido que se corre el riesgo de que muchas cierren?
Todo dependerá de cuánto continúe la crisis y como esta situación no solo afecta directamente los ingresos y utilidades de las universidades, no podemos pedirle solamente a ellas, que ya están haciendo su máximo esfuerzo, que resuelvan el problema. Por eso, insistimos en que el Estado, como ente garante de la educación, también tome un rol importante.
¿Han hablado con las autoridades al respecto?
Tuvimos una reunión con el ministro de Educación la semana pasada y, entre otras cosas, le planteamos desarrollar una campaña que eduque a la opinión pública sobre las bondades y la necesidad de la educación ‘online’, no solo por la coyuntura actual sino también a futuro. Recordemos que la Ley Universitaria, positiva en algunos aspectos, también limitaba la educación online.
Efectivamente, una de las críticas a la Ley Universitaria era la condición de segunda categoría que le otorgaba a la educación a distancia, pero esta realidad dice lo contrario.
Lamentablemente, el reto en educación –según dicen– es que tenemos políticos y profesores nacidos y criados en el siglo XX cuando los alumnos son del siglo XXI, y muchos de estos políticos desarrollan reglamentos mirando su experiencia del pasado. Mientras en Asia y EE.UU. las universidades sí estaban preparadas, en el Perú han sido pocas porque –de alguna manera– la regulación iba en un sentido contrario. Y debemos entender que la educación ‘online’ ya no es un tema de futuro sino una realidad y el Perú no puede estar de espaldas, por lo tanto, el marco regulatorio tiene que favorecerla no solamente en una situación de emergencia que es lo que permiten ahora, sino mirando hacia adelante. Y así como las universidades tienen que dar becas, facilidades de pago o financiamiento porque no pueden dejar que sus alumnos trunquen sus estudios, creo que el Estado tiene que fortalecer programas como Beca 18, pero también tiene que implementar préstamos blandos de emergencias, de otra manera los sacrificados van a ser los alumnos. Además, los operadores de telecomunicaciones deberían facilitar tarifas de internet preferenciales para temas de educación, sobre todo para jóvenes que no tengan acceso.
En la reunión con el Minedu, ¿han hablado de la posibilidad de que la presencialidad se retome a pocos y no como sucederá con los colegios?
No tenemos una fecha cierta de retorno para el levantamiento de la cuarentena en la educación superior, pero sí le hemos pedido al Gobierno que se retome de manera limitada y con mayor necesidad aquellos cursos prácticos, sobre todo en programas como ingeniería y medicina con un aforo limitado, guardando las distancias y los controles de seguridad, sobre todo para el uso de laboratorios.
¿Se han comprometido en darles respuesta en alguna fecha o plazo determinado?
Ha sido una primera reunión pero estamos buscando continuar las conversaciones para poder tener certeza respecto de lo que se viene.
En el caso de la inversión que han hecho algunas universidades para brindar ayuda a los estudiantes en este estado de emergencia, la UPC dice haber destinado más de S/7 millones, ¿tienen al cifra de cuánto han invertido sus asociados en ese tema?
Ese monto seguro era de hace algunas semanas, pero estimo que al final van a tener que ser montos mayores y variarán según las posibilidades de cada universidad pero van a incrementarse en la medida que la cuarentena se siga prologando y en la medida que la situación económica de nuestros alumnos se siga complicando.
¿Habían calculado un monto inicial?
El número varía según la universidad, pero sí puedo asegurar que todas están haciendo su máximo esfuerzo para que los estudiantes no dejen de estudiar, y el problema de los descuentos transversales es que necesariamente no se atiende de la misma manera a los que más lo necesitan y, en ocasiones, es mejor ser solidarios con quienes están en una situación más crítica.
¿Qué decirles, entonces, a los padres y estudiantes que mantienen la esperanza de que sus pedidos sean escuchados?
Como decía, las universidades han hecho su máximo esfuerzo y el Estado debe hacer lo mismo porque con la educación no solo está en juego solamente el futuro de estos jóvenes sino que también está en juego el futuro de todo nuestro país. Y por eso me preocupa un poco que dejen que las universidades solucionen los problemas cuando en realidad el problema, por la magnitud que tiene, escapa de sus manos y el hecho de que 350.000 jóvenes dejen de estudiar sería un golpe fatal para el país, el impacto sería enorme en el mediano y largo plazo.
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¿Qué es la Fipes?
La Federación de Instituciones Privadas de Educación Superior (Fipes) fue fundada en el 2009 con el objetivo de promover la inversión privada en educación, pero de calidad.
Actualmente cuenta con 11 universidades asociadas: Científica del Sur, Continental, UCAL, San Martín de Porres, ESAN, Le Cordon Bleu, UPC, UPN, Ricardo Palma, USIL y UTP, todas licenciadas.
Adicionalmente han incorporado a Asiste Perú, que agrupa a más de 20 institutos tecnológicos a nivel nacional.