El ultimátum del presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, en contra del Consorcio Camisea ha puesto en alerta a todos los actores del proyecto gasífero. Uno de ellos es Perú LNG, empresa encargada de la exportación del gas natural. Al respecto, conversamos con su gerenta general, María Julia Aybar.
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—¿Podría aclararnos si Perú LNG forma parte del Consorcio Camisea?
Perú LNG no forma parte del consorcio. Es un cliente que consume el gas natural que el consorcio produce. Este opera dos lotes, que es donde explotan el gas: el 88, que está dedicado al mercado local, y el 56, dedicado a la exportación. Perú LNG compra el gas natural del lote 56, lo procesa en una planta de licuefacción (Pampa Melchorita) y lo vende a destinos internacionales.
—El primer ministro Guido Bellido pareció referirse a Perú LNG cuando mencionó que convocaba a la ‘empresa comercializadora’ de Camisea. Eso no queda claro.
Eso es verdad. El mensaje no está claro de ninguna manera. Y la forma en la que se ha abordado el tema también es improvisada y sin el conocimiento debido. El proyecto Camisea y su cadena de comercialización es bastante amplia. No es solamente un contrato el que se puede renegociar. Por lo tanto, como no sabemos qué es lo que el Gobierno pretende renegociar, no podemos saber tampoco a que acuerdo o contrato se está refiriendo.
—¿Pero tienen una idea?
Yo entendería que están hablando de los contratos de licencia que permiten explotar el gas de los lotes 88 y 56 [Consorcio Camisea]. Pero, desde mi punto de vista, creo que esos contratos son bastante beneficiosos para el Estado peruano. El Consorcio Camisea paga, entre regalías e Impuesto a la Renta, más del 65% de lo que genera. Entonces, no entendemos cual podría ser el motivo para solicitar una renegociación.
—¿Ustedes no han recibido una comunicación u oficio para iniciar negociaciones?
No. Hasta donde sabemos quién ha recibido un oficio de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) es Pluspetrol, como representante del Consorcio Camisea. Perú LNG no ha recibido ninguno. Pero aprovecho para mencionar que nosotros también tenemos un contrato suscrito con el Estado, que nos otorga un marco de estabilidad jurídica que es necesario para este tipo de inversiones.
—¿La renegociación entre el Gobierno y el Consorcio Camisea pone en riesgo a Perú LNG?
Cualquier renegociación, sugerida en los términos presentados por el Premier, afecta a todas las inversiones que hay en el país, porque genera un marco de inestabilidad e inseguridad. Perú LNG tiene contratos que han sido suscritos dentro de un marco constitucional y legal, que son seguros y estables. Si eso se respeta, no deberíamos sentir algún tipo de riesgo. Sin embargo, eso no es lo que hemos percibido en los mensajes emitidos por el Premier el domingo.
El gas licuado
—¿Qué pasaría si el Gobierno decide limitar o prohibir la exportación de gas natural, como lo prometió el presidente Castillo en la campaña electoral?
Antes que preguntarnos que pasaría con Perú LNG, deberíamos preguntarnos qué pasaría con el Perú. Si el Gobierno decide que no habrá exportación, el país dejará de percibir regalías por la explotación del gas natural y por los líquidos de gas natural del lote 56.
—¿De qué monto hablamos?
Se dice, de manera equivocada, que el precio del gas natural destinado a la exportación es bajísimo e irrisorio, comparado con el que se destina al mercado local. Eso no es cierto. El precio que Perú LNG paga al Consorcio Camisea por el gas destinado a la exportación oscila entre US$7 y US$10 el millón de BTU, mientras que el gas para el mercado local nos cuesta US$2 por millón de BTU. ¿El Estado quiere perder las regalías que genera esa venta? Además, otro impacto que originaría detener la exportación es que tampoco habría producción de líquidos de gas natural [de donde se extrae el gas licuado o GLP].
—¿A qué se refiere con eso?
Eso significa que si se detiene la exportación [del lote 56] no habrá suficiente GLP para el Perú. Ya somos [desde hace unos años] deficitarios en GLP. Hoy, la producción local cubre el 80% de la demanda, pero el otro 20% tenemos que importarlo. Entones, a lo que voy es: más allá de lo que pueda ocurrir con Perú LNG, deberíamos pensar en lo que esto va a generar para el Estado peruano en pérdida de regalías, canon para el Cusco y producción de GLP.
—¿Podría explicar por qué el impedimento a la exportación de gas natural perjudicaría la producción de gas licuado?
Porque Camisea produce dos tipos de hidrocarburos en los lotes 88 y 56: gas seco y gas licuado. En el caso del gas seco, la mitad de todo lo que se produce va a la exportación. Entonces, si no hay exportación, no habrá incentivo para producir gas natural en el lote 56, y si no se produce gas natural [en ese lote] tampoco se producirán líquidos de gas [pues ambos se extraen juntos]. Como resultado, se producirá menos GLP.
Mercados de exportación
—¿Cuánto ha invertido Perú LNG en el proyecto de exportación?
Peru LNG tiene tres grandes infraestructuras: Una planta, donde procesa el gas natural, que es una maquina enorme que lo congela y lo transforma en líquido para que sea exportado. Un terminal, donde los buques cargan ese gas. Y un ducto de 400 kilómetros, que se conecta al ducto de Camisea. Todo esto costó US$3.800 millones.
—Es una inversión considerable.
Bastante. Es la más grande que se ha hecho en el país en el sector hidrocarburos.
—¿A qué países exportan el gas de Camisea actualmente?
Se dice mucho en estos días que nosotros exportamos el gas natural a México. Eso no es verdad. Estuvimos exportando a México, es cierto. Pero, desde el 2018, solo dos de más de 60 buques que despachamos por año se han ido a ese país. Toda la producción en los últimos tres o cuatro años se está yendo a lo que nosotros llamamos mercados premium, es decir, a donde se paga mejor por nuestro gas. Eso es, en este momento, los países de Asia y de Europa.
—¿Por qué ya no exportan a Mexico?
Nosotros, como Perú LNG no estamos en esa parte de la comercialización. Nosotros le vendemos el 100% de nuestra producción a Shell (socio de Perú LNG), que es quien lo exporta. Por eso no podríamos dar detalles sobre eso.
—¿Cuál es la capacidad de producción de Pampa Melchorita?
El proyecto de Perú LNG se diseñó para producir, más o menos, 600 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd) de gas. Ahora variamos entre 620 mmpcd y 680 mmpcd. Y eso es lo que nosotros compramos, procesamos y exportamos.
Masificación del gas natural
—Perú LNG también vende gas para para el proceso de masificación del gas natural. ¿Ese gas les cuesta solo US$2?
Si. El precio que pagamos por el gas natural para exportación es alto y depende del mercado internacional. Pero el gas para el mercado interno tiene un precio promocional que, me parece, es mucho más bajo que US$2. Perú LNG recibe ese gas, lo licua y entrega en camiones en Pampa Melchorita a los concesionarios de gas en el norte (Quavii) y el sur (Petro-Perú), donde estos lo regasifican y distribuyen.
—En lo que va del año Pampa Melchorita ha tenido uno o dos desperfectos que dejaron sin gas a los concesionarios del norte y el sur. ¿A qué se debió esto?
Primero, no es cierto que no hubo gas. Sí hubo. Siempre hemos abastecido. Así que, más allá de la situación operativa de Perú LNG, nunca hemos tenido restricciones por el abastecimiento al mercado local. ¿Qué pasó en la planta? Efectivamente, tuvimos situaciones inesperadas. Eventos que aún están en evaluación por las causas que lo generaron, que hicieron que tuviéramos que parar la actividad para poder reparar el sistema.
—¿Ya está todo el orden?
Ya está todo reparado. Nos ha generado mucho trabajo. Por suerte lo hemos hecho, creo yo, en tiempo récord, teniendo en cuenta el tipo de equipos que se dañaron.
—¿Tenían, entonces, reservas para cubrir el suministro durante el desperfecto?
Si. Como mencioné, la demanda que tiene nuestro cargadero de camiones es bastante baja, comparadas con la capacidad de procesamiento que tiene la planta. La capacidad del cargadero es de 20 mmpcd mientras que la capacidad de la planta es de 600 a 700 mmpcd. Además, de esos 20 mmpcd, hay una capacidad que no se está utilizando porque la demanda es muy baja; a veces ni la mitad del cargadero. Hay épocas, sí, en que por estacionalidad de las pesqueras que demandan gas en el norte, se llena la capacidad. Pero el resto del tiempo está vacía porque no hay demanda.
—¿Cuántos eventos de desperfectos hubo en la planta?
En realidad, fueron dos. Y entre uno y otro se reinició unos días de actividad pero vino la siguiente falla y allí fue que detuvimos la planta para hacer las reparaciones.
—¿Pero no hubo exportaciones por un período de tiempo?
Exactamente. Eso ha generado un impacto bastante fuerte en la impresa.
—Entendemos que la empresa también arrojó pérdidas en 2019 y 2020. ¿A qué se debió?
En realidad, la empresa tiene un tema comercial respecto a los precios internacionales que el Estado no está sintiendo, en lo absoluto. Al contrario, se beneficia. Quien estuvo asumiendo este costo de la caída de los precios internacionales, respecto a cómo se diseñó originalmente, es Perú LNG. Pero ese es un tema comercial que nosotros estamos viendo a la interna. Lo bueno es que no se está perjudicando el país.
—¿A eso se debe la rebaja en la calificación crediticia de la empresa?
De acuerdo. Sí. Es un tema comercial que está en revisión y evaluación.
—Finalmente. ¿Discutirán estos temas en el próximo congreso Perú Energía?
Del 21 al 22 de octubre, todos los expertos en hidrocarburos y energía nos vamos a reunir en PERU ENERGÍA BICENTENARIO. Invito al Premier Guido Bellido, al ministro de Energía y Minas y a cualquier representante del Gobierno nos acompañe a debatir y discutir este y otros temas energéticos.
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