El sol de mediodía comienza a calcinar el asentamiento humano Micaela Bastidas (Piura). En un polvoriento descampado, la plana ejecutiva de Promigas aguarda el arribo del presidente Martín Vizcarra.
¿El motivo de la espera? La firma del contrato de distribución del gas natural para Piura, el proyecto gasífero más codiciado del país, como lo demuestran los seis años de batallas judiciales y administrativas que la colombiana tuvo que enfrentar para llegar a este resultado.
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La demora presidencial añade más expectativa. Cuando el mandatario llega, una hora después, es para poner los puntos sobre las íes.
“Con este proyecto estamos corrigiendo una larga injusticia: masificar el gas natural en una de las dos regiones más ricas en este hidrocarburo, pero que hasta ahora no podían emplearlo”, explica a la población.
Vizcarra habla de los beneficios del proyecto, de los 250 mil piuranos que tendrán gas natural en sus viviendas (al 2027) y de la mejora que obtendrán en su nivel de vida.
Luego procede a firmar el contrato de concesión con Eric Flesch, presidente de Promigas. Para los funcionarios colombianos, es el fin de una odisea.
Piura: joya de la corona
Tras bambalinas, Flesch comenta lo cerca que estuvieron de desistir de la Concesión Piura, debido a las múltiples dilaciones en la suscripción del contrato.
Afortunadamente para Promigas, el Ejecutivo tomó la decisión política de seguir adelante, pese a la existencia de un litigio judicial aún no resuelto con Gastalsa (empresa talareña que aspira a obtener la concesión de Pariñas).
“Felizmente, ya estamos en Piura, la ‘pepa’ del sector gas natural del Perú. Este contrato posiciona a Promigas como una empresa multirregional”, exclama Flesch.
El ejecutivo barranquillero no exagera. El contrato firmado el pasado 12 de noviembre abre las puertas de la segunda región más poblada y dinámica (industrialmente hablando) del Perú.
¿Qué hay en Piura? La Refinería de Talara (Petro-Perú), la termo-eléctrica Malacas (Enel), cementeras, minas de fosfatos, pesqueras y multitud de agroindustrias.
Para suministrarles gas natural, Promigas proyecta construir un ducto de 250 km de longitud que transportará la producción de los lotes petroleros piuranos, empezando por los de Graña y Montero y Olympic.
“Con esta concesión estamos diversificando la dependencia de los peruanos en el gas de Camisea”, apunta Flesch.
Así, dijo el ejecutivo, Piura será la piedra de toque de Promigas para un renovado crecimiento en el Perú.
“Ahora estamos presentes en todo el litoral peruano, desde Lima hasta Piura, pero seguimos abiertos a mirar futuras expansiones”, añade. ¿Cuál es su estrategia?
De Lima a Piura
Promigas llegó al Perú en el 2005, para participar, junto a Pecsa, en la creación de la primera cadena de grifos de gas natural vehicular (GNV) del país.
Un año después, adquirió el 40% de Cálidda, con lo que consiguió poner el pie en el negocio de distribución de gas natural en Lima y Callao.
Su siguiente oportunidad para crecer se dio en el 2013, cuando se adjudicó el contrato para masificar el gas de Camisea en siete ciudades del norte del país mediante gasoductos virtuales (camiones cisterna).
Este proyecto tuvo infinidad de retrasos –no atribuibles a Promigas– por lo que no despegó sino hasta el 2017, aunque con insatisfactorios resultados.
“El principal problema con las concesiones de Promigas (zona norte) y Naturgy (zona sur) es que deben transportar el gas natural en estado líquido desde una larga distancia usando camiones, una logística que encarece el producto para domicilios e industrias”, explica Gustavo Navarro, gerente general de Gas Energy.
Como resultado de este y otros inconvenientes, Promigas ha tenido problemas en conectar muchas industrias (la yema del negocio gasífero) dentro de su Concesión Norte.
La concesión Piura ayudará a resolver ese problema.
Gas para todo el norte
Los especialistas en hidrocarburos son unánimes en señalar que la masificación del gas natural en Piura permitirá poner en valor los recursos de este en la región del norte, que las petroleras norteñas suelen desperdiciar por falta de mercados para colocarlo.
Así, varios agentes de dicho mercado, como las petroleras Olympic, CNPC, Sapet, Savia, Monterrico y Graña y Montero –que opera los lotes productores de gas I y IV– mantienen muchas expectativas con respecto al nuevo escenario.
“Lo que vamos a hacer es mover las reservas gasíferas de Piura a nuestra Concesión Norte”, revela Flesch.
¿De qué manera? El ejecutivo lo tiene muy claro: mediante redes de ductos, pues ve factible ampliar el futuro ducto de Piura hasta Lambayeque y La Libertad.
“Habrá localidades que, por su poca demanda, se trabajarán de forma virtual (en camiones), pero todo lo que podamos mover por gasoducto lo haremos. Piura es una primera etapa, pero vamos a ir estudiando futuras ampliaciones”, explica.
De acuerdo con el viceministro Guevara, este planteamiento se puede realizar porque Promigas es concesionario de ambas áreas: Piura y la Concesión Norte.
Sin embargo, Navarro considera que la colombiana deberá absolver antes ciertos requisitos legales, pues si bien los dos proyectos le pertenecen, estos tienen razones sociales diferentes.
Con esta plataforma, Promigas piensa proyectarse en grande. “Vamos a seguir creciendo fuera de Piura y de la Concesión Norte. Y en Latinoamérica estamos mirando otros países”, agrega Flesch.
Por ejemplo, evalúa ingresar a Estados Unidos, un mercado que Flesch conoce por su experiencia como expresidente de Cementos Argos. “No hay nada en concreto aún, pero tenemos un proyecto ambicioso de crecer internacionalmente”, apunta.