La lucha por la equidad de género y la no discriminación hacia la mujer es una batalla en la que se incide día a día para lograr una transformación real, en particular dentro del espacio laboral. En el Perú hemos tenido algunos avances, pero aún arrastramos grandes deficiencias. De acuerdo a una encuesta realizada- durante la última semana de agosto- por la consultora Global Research Marketing (GRM), el 30% de limeños encuestados asegura que ha sentido o visto algún tipo de discriminación hacia la mujer en el trabajo, ahora en pandemia. Más del doble de la cantidad de limeños que dijo presenciar o sentir este tipo de conductas machistas en su empresa. ¿Qué pasó?
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“La discriminación laboral sigue siendo un problema y es tiempo de erradicar estas prácticas de las empresas. En los últimos años se viene incorporando prácticas de manera interna y externa en las organizaciones que promueven la igualdad, campañas de información y sensibilización, protocolos de denuncia en caso de acoso sexual, entre otras. Considero que esto (que se haya visibilizado) también conecta con un incremento en el resultado de la medición de este año y, a ello, se suma la pandemia, ya que aunque el trabajo sea remoto, persiste la discriminación. Muchas han tenido que compartir las labores de casa con las mayores exigencias del trabajo y muchas otras han perdido su empleo”, comenta Giuliana Reyna, gerenta general de la consultora.
De acuerdo a Reyna, entre aquellas mujeres que se encuentra laborando, el 42% afirma que trabajan mayor cantidad de horas al día.
Para Mónica Villegas, directora de Oportunidades Laborales de la UPC, muchos de los puestos laborales que se han perdido durante la pandemia han sido de mujeres y eso también está relacionado a que han sido las posiciones de servicios, de atención al cliente, las que se han visto más afectadas. Así también, comenta que en los trabajos de planta han sido, en su mayoría, mujeres las que fueron puestas en suspensión temporal o en licencia compensable por parte de las empresas, bajo la justificación de que los niños están en casa. En este contexto de pandemia, agrega, la mujer ha terminado asumiendo más carga de trabajo que la mayoría de los hombres.
Además, como se le atribuyen ciertas responsabilidades a la la mujer, "se tiene la idea errónea de que al intentar conciliar entre la vida laboral y familiar, tendrá un mayor ausentismo u otros problemas por ello”, comenta Reyna.
De acuerdo a los resultados de la Encuesta Nacional de Uso del tiempo (ENUT), antes de la pandemia, los hombres en el Perú-en promedio- destinaban solo 15 horas semanales a las labores domésticas, mientras que las mujeres dedicaban 39 horas.
Tarea pendiente, ciertos avances
En esa línea, el reporte indica que, en los últimos tres años, no hubo grandes mejoras en cuanto a la percepción de que existen puestos exclusivos solo para hombres y se excluyen a las mujeres, pero sí se ve un cierto progreso en cuanto a su presencia dentro de la proporción de colaboradores en una empresa.
MIRA: Trabajo remoto: 85% de limeños siente que labora más horas que antes pero prefieren seguir así, ¿por qué? | ENCUESTA
“Observamos un resultado favorable, ya que el 36% los limeños señala que ven una mayor proporción de mujeres en su centro de labores, doce puntos porcentuales más que quieren daban esa afirmación un año atrás. Así como una mayor presencia de ellas en jefaturas y gerencias. Diera a entender que cada vez más organizaciones se esmeran por tener una participación más equitativa de mujeres y hombres en sus equipos”, comenta Reyna.
Además de las políticas corporativas de inclusión, la mujer está perdiendo el miedo a sobresalir, una mayor capacitación de las mujeres, ya que sus prioridades definitivamente han cambiado, agrega Villegas.
En efecto, sobre la participación de las mujeres en cargos como jefaturas y gerencias, el 30% de encuestados señala que hay un mayor número de mujeres en su trabajo este año. Una cifra que representa poco más del doble de lo que afirmaba el año pasado.
Para Reyna, si bien hay que reconocer que los tiempos han ido cambios y que las mujeres están ocupando posiciones de alta gerencia, continúa prevaleciendo la idea que el liderazgo viene asociado con el rostro de hombre. “Observamos que aunque menor, la brecha continúa siendo amplia (Ver infografía)”, sostiene.
El camino aún es largo y más aún cuando el 35% de los encuestados considera que el talento femenino es valorado por las empresas peruanas en pocas ocasiones o nunca.
“Una empresa es machista si se ponen en duda las capacidades de las mujeres simplemente por su sexo, si se rechazan sus propuestas sin siquiera considerarlas, y cuando se esperan de ella determinadas funciones estereotipadas”, enfatiza Reyna.
¿Brecha salarial y postergación?
Otro de los datos que dilucida la encuesta - elaborada por GRM y la organización Mamá Ejecutiva- es que el 44% de los limeños percibe que las mujeres y los hombres no perciben la misma remuneración en sus centros de trabajo.
La discriminación por género aparece con diferentes matices, y la brecha salarial es una de ellas, indica Reyna de la consultora a cargo del reporte.
"El salario, junto con los ascensos, será probablemente el que se vea envuelto en más ejemplos de discriminación en la vida cotidiana de las mujeres en el mundo laboral. Muchas veces no se le da la suficiente importancia al trabajo que realizan las mujeres”, comenta.
Por su parte, Villegas, especialista de oportunidades laborales de la UPC, explica que si analizamos la transparencia de las empresas, lo único que se puede decir es que los rangos salariales no son públicos, aunque las bandas salariales (rangos) sí podrían serlo.
“Es casi imposible saber en qué parte de la banda salarial se encuentra un hombre y una mujer que desempeñan la misma función y tienen los mismos atributos de antigüedad y rendimiento. Eso solo lo saben las áreas de compensaciones. Existe la fuerte percepción de que los hombres ganan más que las mujeres. Yo percibo lo mismo”, expresa la experta.
Según la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) del 2018, el salario promedio mensual de una mujer era de S/1.135, mientras que el de un hombre, S/1.588. Con ello, la brecha salarial alcanzó el 28,5%; es decir: el salario de las mujeres representaba el 71,5% del de los hombres en el país.
De otro lado, ante la pregunta de si las mujeres que trabajan en su empresa han visto la necesidad de postergar su maternidad para escalar profesionalmente, el 19% indica que en muchas ocasiones y un 11% que siempre. Sobre este punto, la encuesta se enfoca en aquellas mujeres que sí tienen a la maternidad dentro de su plan de vida, ya que como sabemos la decisión de posponer la maternidad o no tener hijos es una decisión libre y personal, más allá de los motivos de trabajo.
“Las mujeres muchas veces se ven obligadas a dejar sus trabajos por la falta de apoyo a sus necesidades, a pesar de querer contribuir activamente”, menciona Reyna.
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