Desde que las escuelas cerraron sus puertas por el COVID-19 para migrar a la educación a distancia, muchos retos se presentaron para las familias, las escuelas y los estudiantes.
Al respecto, EY-Parthenon monitoreó desde mayo del 2020 el impacto de la pandemia para entender los efectos del cierre de escuelas, la evolución de la educación en línea y el futuro de los modelos de educación básica y media superior en Colombia, México y el Perú.
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En su último informe, con datos a marzo del 2021, EY Parthenon revela que el 34% de los encuestados en el Perú considera que la experiencia de aprendizaje en las clases en línea son peores respecto a la de las clases presenciales. Otro 34% señala que es igual, mientras que un 32% indica que es mejor.
No obstante, entre los tres países evaluados, el Perú es el que tiene un porcentaje menor en la percepción de que la experiencia de las clases a distancia es peor que la presencial.
Colombia, por su parte, con un 36%, es el país con la percepción más alta de que las clases a distancia brindan una mejor experiencia que la presencial. Seguido por el Perú (32%) y México (27%).
CAMBIO DE PERCEPCIONES
Pese a que la percepción de los padres de familia sobre la experiencia de la educación a distancia con respecto a la presencial está muy dividida, el estudio registró que en marzo del 2021 los padres consideraron más atractiva la educación a distancia con respecto a lo que creían de esta antes de la pandemia.
Antes del confinamiento, alrededor del 68% de los padres de Colombia, México y el Perú no había considerado a la educación a distancia como método de enseñanza y solo un 20% la consideraba atractiva, según el estudio.
En esa línea, Marco Orbezo, socio líder de EY-Parthenon en el Perú, señala que después de casi un ciclo escolar a distancia, los padres han aceptado los nuevos formatos de clase y el 53% de ellos tiene una mejor percepción de la educación online, pero la consideran atractiva solo si es temporal.
En comparación con el inicio de la pandemia, el porcentaje de personas que consideran atractiva la educación en línea en el Perú pasó del 15% al 19%, mientras que en Colombia se mantuvo alrededor del 20%. En México, cayó del 24% al 14%.
NIVELACIÓN
Con miras a la vuelta a clases presenciales, el estudio señala que hay algunos retos que deberán enfrentar los gobiernos y las escuelas. Uno de ellos es que los estudiantes necesitarán clases de regularización para reforzar algunos temas o aprender otros que no lograron adquirir en las clases a distancia.
En detalle, el estudio señala que el 42% y el 67% de los encuestados con hijos en escuelas privadas y públicas, respectivamente, cree que se necesitarán clases de regularización. “Si casi el 70% del sector público cree que sus hijos no han aprendido lo necesario es casi como tener un año perdido”, acota Orbezo.
Por su parte, Jorge Camacho, vocero de la Alianza de Escuelas Privadas, señala que cada colegio privado en el Perú ha desarrollado sus actividades de manera distinta al resto. Por ejemplo, menciona Camacho, algunos han recortado sus cursos u horas de clases, mientras que otros han dictado todos los cursos y en los mismos horarios que tenían previstos antes de la pandemia.
A diferencia del sector privado, Camacho indica que los estudiantes de las escuelas estatales sí tienen una necesidad importante de que se refuercen los temas que les correspondía estudiar durante la modalidad a distancia. Esto debido a que muchos estudian a través del programa “Aprendo en Casa”, cuyo número de clases por curso son menores que en presencial.
REGRESO A CLASES
Otro aspecto evaluado en el informe es si los padres estarían dispuestos a que sus hijos vuelvan a la escuela. En este punto, los peruanos son los más escépticos. El 30% de los encuestados afirma que solo dejaría que sus hijos vuelvan siempre que todos estén vacunados.
En ese sentido, Edgardo Palomino, presidente de la Asociación de Colegios Privados de Lima, señala que, según una encuesta realizada el 30 de junio, más del 80% de padres indicaron que no enviarían a sus hijos hasta que todos estén vacunados.
Palomino menciona que dictar clases semipresenciales o presenciales pondría en riesgo a muchos colegios que están golpeados por la crisis económica y que no cuentan con los recursos suficientes para mejorar la infraestructura de sus locales y asumir más gastos administrativos. “Si se hace ese esfuerzo, tendría que subirse las pensiones y los padres no van a aceptar”, acota.
Al parecer, hallar una salida acorde a todos los gustos será una tarea muy compleja. Lo que queda claro es que la presencialidad es indispensable para lograr buenos aprendizajes y que la única manera de volver a ella es acelerando los procesos de vacunación.
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