Movistar y Osiptel han protagonizado durante los últimos diez días un intenso enfrentamiento público a raíz de la reciente alza de tarifas del servicio de Internet residencial.
Osiptel asegura que el operador ha incrementado el precio de 524 planes por S/13,7 ó S/15,9 de forma improcedente y ordenó devolver dicha alza a los clientes. Además, ha anunciado que en tres meses determinarán si se hará una regulación tarifaria.
Movistar asegura que sí cumplió con la norma e informó a tiempo al regulador y los clientes. Pero, aun cuando está acatando la medida y devolverá el dinero, apelará ante las instancias correspondientes por considerar inconstitucional un control de precios en un mercado que hoy se rige por la ley de oferta y demanda.
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El cuestionamiento sobre la salud del mercado surgió de inmediato entre propios y extraños: ¿Estamos ante una concentración o monopolio que amerite una intervención del Estado en los precios? Sí, pero no. Veamos.
MUCHOS PARA POCO
A diferencia del universo móvil, donde solo hay cuatro operadores con red, en Internet fijo la cantidad de jugadores compitiendo es amplia. El Ministerio de Transportes señala que, al tercer trimestre del 2019 contabilizaban reportes de 29 empresas operadoras. Osiptel calcula que existen 37 que manejan 2,4 millones de líneas. Y aunque el 99% del mercado es atendido por solo por seis empresas, todos los años siguen surgiendo nuevos pequeños jugadores.
Movistar ha sido siempre el más grande. A setiembre del 2019 tenía una participación del 70,2%, según Osiptel. Su competidor más cercano, Claro, va por el 23%, lo que significa que un 93% de la torta es de solo dos empresas, cuando en Colombia los dos líderes tienen el 59%, precisa Carlos Huamán, director de DN Consultores.
El dominio de Movistar viene con ritmo descendiente, añade. En el 2014 tenía el 85% y Claro solo el 14%. En 2017 surge Entel logrando captar un 4% y crecer a un ritmo de 37% anual (2019), mientras el resto avanza en promedio al 13%, comenta Alejandro Jiménez, ex gerente de Osiptel.
El resto de jugadores nuevos crecen en forma sostenida, pero su penetración es aun pequeña. Por ejemplo Win dice que logró 50 mil hogares al primer año, 120 mil para el segundo y el plan es llegar a los 200 mil este año.
A toda esta ecuación se suman los operadores informales, que, según intuye el regulador, suman unas 780 mil conexiones a las 2,4 millones oficiales. Esto permite que siete de cada cien peruanos tenga Internet fijo y cuatro de ellos estén en Lima.
Las diferencias con el Internet móvil son enormes. No solo llegan a diez veces más usuarios (24 millones de líneas) sino que Osiptel refiere tienen el doble de índice de concentración (5500 frente a 2722). Ahí Movistar es el líder, pero no supera el 37% de la torta. Es por eso que mientras el 48,6% de hogares acceden a Internet exclusivamente por una conexión móvil, solo el 2% lo hace en exclusiva con el fijo, añade Jiménez.
El 11% de los ingresos del sector telecom los genera el consumo de Internet fijo. Osiptel estima que las 37 empresas del sector mueven alrededor de S/2.000 millones al año.
DEL COBRE A LA FIBRA
Desde que Movistar arrancó a ofrecer Internet, en 1994, tenía una posición dominante por una razón tecnológica: la señal viajaba por el enlace de cobre usado en la red de telefonía ya tendida. No necesitaba hacer una inversión adicional, como sí requería algún rival que solo ofreciera Internet, explican los técnicos de Osiptel.
Esa ventaja fue variando con el tiempo, porque se empezó a usar la fibra óptica. Movistar refiere que ha invertido S/30.000 millones hasta ahora en ello, pero no es el único: Bitel, Claro, Internexa, Optical Network y otros más también tienen miles de kilómetros de fibra. Ese, el despliegue de la red, es siempre el gran reto para competir, recalcan desde Claro.
Nino Boggio, gerente legal de Entel, empresa que ofrece el servicio de manera inalámbrica, considera que hoy aun se mantienen condiciones de competencia difíciles, porque en la práctica existe infraestructura alámbrica concentrada. La salida, empero, no va por la regulación tarifaria, sino por incentivos a la competencia.
La transición a nuevas tecnologías ha sido más lenta en el Perú que en otros países de la región,en parte por la concentración de clientes en un solo operador, pero también por la dispersión geográfica del país, añade Gonzalo Ruiz Díaz, ex presidente del Osiptel.
A su entender la solución va por incentivar más inversión en Banda Ancha (alta velocidad) y no por el control de precios, que además es difícil concretar en un mercado en donde tres de cada cuatro ventas son por paquetes dúo (Internet y TV paga) o trío (añadimos teléfono).
SUBIDAS Y BAJADAS
Pese a ser un mercado concentrado, sigue surgiendo competencia que motiva la mejora tecnológica y la reducción de precios, como Win e iWay, que ofrecen desde hace un par de años fibra al hogar (alta velocidad, mínimo 20 Mbps). La venta de mono-producto empezó a subir (de 5% a 26% el 2019)y Movistar y Claro reaccionaron repotenciando a mejor precio su oferta de fibra. Hoy, según el MTC, ya hay diez empresas ofreciendo fibra.
Movistar destaca que en el país se ha producido un crecimiento de 180% en el consumo de paquetes con velocidades mayores a 16 Mbps desde diciembre 2018 a setiembre del 2019. En el mismo lapso las conexiones de baja velocidad (menos de 4 Mbps) cayeron un 80%.
Esto se ha visto reflejado en una mejora de la velocidad promedio consumida en el hogar. La mayoría de conexiones aun son a 2 y 4 Mbps, pero la oferta llega a 400 Mbps. “Hemos pasado de un promedio de 4,9 a 13,8 Mbps en tres años”, destaca Jiménez. MTC añade que según el Speedtest Global Index, a enero del 2020, Perú era el cuarto país de Amérida del Sur en alta velocidad con un promedio mensual de 39.68 Mbps.
En contraparte, los precios por mega han ido a la baja, porque en realidad el fijo también compite con el dinámico y popular segmento móvil. Jiménez señala que en el reporte “Alliance for Affordable Internet (A4AI)” del 2018, el Perú figura como uno de los servicios de Internet más asequibles.
Movistar precisa que solo en los dos últimos años, gracias al libre mercado reinante en el Perú, se han reducido las tarifas de acceso a Internet fijo en 50%. De acuerdo a Cable.co.uk, añade, la tarifa promedio de un paquete de banda ancha fija en el 2020 es de US$26,17. Ese mismo estudio señala que en el 2018 ascendía a US$45,94.
En valores por mega, la misma fuente establece que en fijos pasamos de US$2,76 en el 2018 a US$1,11 en el 2020, mientras que en móvil recién ha llegado a US$2,48.
“El precio en sí ha mejorado en función a la velocidad que uno contrata. Pero el cliente ahora no solo pondera precio, sino que también le de mayor valor a la tecnología”, comenta José Luis Olivera, gerente general de WIN.
Y si bien hay mejoras en velocidad, reconoce Jiménez, todavía hay mucho por mejorar. En provincias, agrega Huamán, los ingresos familiares son dispares a los de Lima Metropolitana y hace falta crear las condiciones para que entren más competidores regionales para atender esas otras realidades socio-económicas.
EL REÑIDO SEGMENTO CORPORATIVO
Los operadores que ofrecen Internet fijo trabajan en dos frentes: el residencial y el corporativo. En este segundo grupo la realidad es muy distinta, porque ya está todo cubierto. Las peleas por los grandes clientes son uno a uno, ofreciendo tarifas bajas junto a servicios de valor agregado, explica Sergio Mavila, CEO de InterNexa.
La variedad de oferta disponible para el sector corporativo es muy amplia y existen precios de acuerdo a los distintos niveles de disponibilidad y de servicio al cliente, complementan desde Optical Networks.
Es un mercado muy reñido en donde han seguido surgiendo nuevos competidores que generan una mayor dinámica, añaden desde Claro. El valor por mega ha bajado mucho, indican, pero también ha crecido la exigencia por mejoras es aspectos complementarios como la ciberseguridad y la gestión de la red.
Las exigencias en términos de calidad, agrega Mavila, son muy altas y los operadores no se pueden dar el lujo de tener una red caída por más de unos minutos, menos por horas, como llega a ocurrir en el ámbito residencial. Si eso ocurre pierdes el cliente, quien tiene otros cinco postores más acechándolo en la puerta, listos para firmar con él, detalla.