Tenemos una nueva Mesa Directiva en el Congreso. Las críticas al congresista Eduardo Salhuana (APP), el nuevo presidente del Legislativo, no se hicieron esperar, y de hecho llegaron ni bien se conoció que lideraría la lista presentada por el bloque de derecha del Parlamento.
Los vínculos entre el parlamentario y la minería ilegal son innegables, y esto pone bajo los reflectores esta problemática. En su primer discurso como presidente del Congreso, Salhuana rechazó tener cualquier vínculo con alguna actividad ilegal y aseguró que mientras ejerza su función no presentará ninguna iniciativa referida al sector minero.
¿Recordará el presidente del Congreso que ya tiene 3 proyectos aprobados relacionados a la minería ilegal?
Además, para presentar otros podría depender de un tercero. Por otro lado, Salhuana no mencionó nada sobre la agenda económica que seguirá el Congreso, y dados sus antecedentes quizá sería bueno que la Comisión de Energía y Minas rompa su piloto automático y sea presidida por una bancada de derecha. Este grupo de trabajo es manejado por bancadas de izquierda desde el 2021.
La minería formal representa entre el 60% y 70% de nuestras exportaciones, por lo que ampliar el plazo del Reinfo o reabrir dicha lista sería nefasto. Así también, sería una pésima señal que se retome la discusión en el Pleno del proyecto de Salhuana que busca que no se destruya la maquinaria de los campamentos ilegales, sino que se reasigne a los gobiernos locales y regionales.
Esta nueva Mesa Directiva está conformada por una persona cercana a la minería ilegal, otra cercana a la agenda pro-empresa, el hermano de un prófugo de la justicia y una persona más ortodoxa, pero también liberal.
La reputación no es algo que le quite el sueño al Congreso, pero ad-portas del proceso electoral que les permitirá a los congresistas convertirse en senadores, sería ideal imaginar que esta pluralidad de representación política traerá en su práctica mesura, actitud de escucha y cautela en la producción legislativa y el debate.
Escribo estas líneas poco antes del Mensaje Presidencial de 28 de julio, cuando la escena final sea la de la presidenta y la flamante Mesa Directiva. Sea el discurso sorprendente o decepcionante, le comparto querido lector una frase cliché, pero no por eso menos real: solo toca seguir adelante.