Un controversial video que circula en Twitter muestra a dos mujeres quejándose de la presencia del expresidente Francisco Sagasti - a quien relacionaron con el presidente Pedro Castillo- en la librería Book Vivant, ubicada en San Isidro. Las mujeres se mostraron indignadas porque la librería difundió en sus redes sociales la visita del exmandatario y en un post colocaron los libros que este recomendaba leer, así como ha sucedido con otras personalidades que también han acudido.
“Cómo es posible que en la mejor calle de San Isidro voten por Castillo y acepten que Sagasti venga acá (...). No entiendo como lo ponen en Facebook como si fuera la hazaña más grande del planeta. No se trata de libertad de expresión, se trata de terroristas”, espetaron entre muchas otras frases. Además, arremetieron contra el dueño del local y señalaron que nadie más en San Isidro debía volver a esta librería.
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Book Vivant respondió a los ataques a través de sus redes sociales: “Las librerías son un espacio de encuentro y conversación, el objetivo de toda librería es tener todos los libros posibles de todos los pensamientos y proponerle a la gente que lea lo que quiera y que piense lo que quiera respetando siempre los pensamientos de los demás”, escribió en Twitter.
Ante este hecho, la librería recibió la solidaridad de muchos usuarios vía redes sociales, así como de editores y otras librerías independientes.
Este es el video completo del altercado ocasionado por dos señoras en una librería de San Isidro. Es increíble el nivel de radicalización y desconexión de la realidad que ha alcanzado una parte de la élite limeña.pic.twitter.com/6pxDgxiQPg
— José Rodríguez Ramos (@jorodriguezrams) October 16, 2021
Si bien Guillermo Rivas, gerente de Book Vivant, quiere dejar atrás este episodio, comentó en una entrevista con el periodista Renato Cisneros, que las librerías son una expresión de la pluralidad del pensamiento y de intercambio de ideas. Aseguró que más allá de este hecho en particular -o “una excepción a la regla”, como lo califica-observa que la sociedad peruana ha evolucionado en la búsqueda de espacios para el diálogo y eso se refleja en la apertura de nuevas librerías independientes que han surgido.
Además, reconoce que -muy a pesar de las intenciones del video- ayer fue un día “casi navideño” para la librería, ya que no solo recibieron muestras de solidaridad, sino que muchas personas acudieron a conocer y comprar en ella. “Ha sido muy emotivo”, sostuvo.
Expresamos nuestra solidaridad con la librería @bookvivant de San Isidro. Este acto de intolerancia representa solo uno de los muchos casos a los que nos enfrentamos en las librerías. Debemos mantener la tolerancia hacia la diversidad de pensamiento en espacios culturales. pic.twitter.com/KWRyil4tMr
— Librería Sur (@LibreriaSur) October 17, 2021
Más allá del lamentable suceso que vivió Book Vivant, vale la oportunidad de dar una mirada al sector editorial y la situación que hoy transitan las librerías independientes, cuya existencia estuvo en riesgo durante la pandemia pero que, gracias a las ventas online y a su resiliencia, han logrado mantenerse e, inclusive, encontrar nuevos espacios de venta.
“Más que una idea de negocio, detrás de una librería independiente hay un proyecto de construcción, de conversación y de debate”, reflexionó Guillermo Rivas, socio gerente de la librería Book Vivant, sobre los retos que hoy el alza del dólar, la pandemia y la incertidumbre política traen a los espacios que buscan promover cultura, en una entrevista con Día1 unos meses atrás.
Contra todo pronóstico, las librerías independientes evolucionan en el Perú desde hace varios años, al punto que, en los últimos meses, a pesar del fuerte impacto que sufrieron al inicio de la pandemia del COVID-19 y el cierre de muchas librerías, hubo un llamado efecto “rebote” que, según comenta Rivas, se debió al incremento de la demanda de lecturas en tiempos de confinamiento, abriendo espacios a nuevas propuestas.
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“En estos últimos meses, abrieron ocho nuevas librerías independientes en Lima y tres en provincias y cada día encuentro nuevas en el mundo virtual”, destaca Rivas. Además, asegura que están vendiendo ahora mucho mejor que antes de la pandemia y están surgiendo nuevas librerías digitales en Instagram. “La apertura de nuevas librerías, crea nuevos lectores”, agrega.
Sean especializadas en contenidos de deportes, actualidad o enfocada en autoras mujeres, los nuevos espacios independientes físicos y virtuales comparten un mismo valor: demostrar que el Perú no es un país que lee poco, sino uno que no fue atraído por los libros correctos.
Este momento para la librerías independientes contrasta mucho con los primeros meses de la cuarentena que vivió el país el año pasado, cuando sus locales estaban cerrados y no tenían caja.
NUEVAS LIBRERÍAS Y VENTA DIGITAL
Todos los proyectos de librerías independientes parten de una iniciativa lectora, es raro que alguien inicie una librería independiente solo con la idea negocio, afirma Rivas. Esto lo comenta porque, a nivel de rentabilidad, es muy difícil mantener una librería independiente debido a los pequeños márgenes y altos costos estructurales.
“Llevo cuatro años como librero independiente y todavía el 30% de mi ingreso se va al alquiler. Así es más difícil la competencia con los descuentos que hacen las grandes cadenas de librerías ‘retail’ de 30% a 35% sobre el precio de venta”, menciona.
Pese a ello, las ventas online sí que ayudaron en estos meses duros. En algunos casos, nacieron con ellas y a otras librerías las obligó a transformarse.
“Yo soy lectora habitual y buscaba fomentar la literatura escrita por mujeres, que no es tan visible. Sabía del riesgo que tomaba, pero hoy en Placeres Compulsivos tenemos estanterías con más de 600 autoras, y seguimos con una muy buena lista de escritoras que nos falta incluir”, comenta Verónica Villarán, dueña de la librería enfocada en escritoras.
La dueña de Placeres Compulsivos, cuenta que un mes antes de abrir su local en Barranco, iniciaron la venta por redes sociales. Hoy, representan un 20% de sus ingresos.
Una situación similar vivió Humberto Meneses, director de la librería Decontra, especializada en libros deportivos, quien a pesar de tener más tiempo en el mercado online, durante la pandemia se vio reforzada por el crecimiento del e-commerce. “Nuestro proyecto inició como una investigación, pero durante la pandemia creció de 70% a 80%”, comenta.
La génesis de las librerías Vallejo (librería física) y Buensalvaje (virtual) fue distinta. Ambas buscaban diferenciarse con respecto a las librerías clásicas y atraer a ese público que ha sido catalogado como poco lector. Dante Trujillo, director de Buensalvaje, asegura que siempre se les ha dicho a los lectores qué es lo que tenían que leer y en qué formato debían hacerlo. “Si hoy no leen lo que se les ofrece, hay que aprovechar los ámbitos que no han sido explorados todavía y acercarnos a la gente. Nuestra ‘chamba’ es atraer al lector, no esperar a que ellos lleguen solos”, remarca.
EFECTO DEL ALZA DEL DÓLAR
Los libros tampoco pudieron escapar del impacto del alza del dólar. Si bien los productos de la canasta básica son los más afectados, lo son también las importaciones. A continuación, relatamos lo que nos comentaron las librerías independientes, en junio, sobre el temor de que el tipo de cambio impacte en sus precios.
“Una subida del 10% en el dólar hace que un libro que compré a S/10, ahora esté en S/11 a S/11.50. Podemos mantener el precio por un tiempo, asumiendo el costo adicional que esto conlleva, pero si el dólar sigue al alza, nos veremos en la necesidad de subir [precios]”, menciona con pesar David Ballardo, director de librería Vallejo.
Una situación similar narra Meneses de Decontra, quien afirmó que ya en junio sentían el efecto del tipo de cambio porque importar libros les está costando más. “Ahora podemos negociar con los distribuidores, pero a la larga, esto terminará impactando en el precio”, estimó.
Rivas de Book Vivant (quien también tiene una participación en la librería Books & Co), por su parte, afirma que ante ello es muy importante que se tenga un mensaje claro por parte del nuevo gobierno, no solo a nivel económico sino también por el lado cultural. “En septiembre se hacen las grandes importaciones, reimpresiones e impresiones para las ventas de fin de año. Es por eso que es vital tomar decisiones antes para que la temporada del libro en diciembre no entre en crisis”, explicaba Rivas hace unos meses atrás.
Como se recuerda, en octubre del 2020 se amplió por tres años más la Ley del Libro en el Perú, la cual exonera del IGV a la venta de libros para que estos puedan ser más accesibles, apoya e incentiva la apertura de bibliotecas, así como asigna un presupuesto anual de S/16 millones de soles al FondoLibro, monto destinado a la compra de libros para bibliotecas públicas y otros espacios de lectura, la realización de estímulos concursables para promover la creación, la actividad editorial, la mediación de lectura, la internacionalización de las obras peruanas, entre otros beneficios, por parte del Ministerio de Cultura.
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