Ante las crisis y transformaciones que desafían de manera permanente a las empresas, cinco CEO compartieron sus reflexiones durante el Día1 Summit 2024, realizado el jueves pasado en el Hotel Westin.
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Como parte del panel “Liderazgo en tiempos de crisis: ¿qué no deja dormir a los CEO?”, Fernando Zavala (Intercorp), Elena Maestre (Telefónica del Perú), Álvaro Correa (Alicorp), Aldo Ferrini (AFP Integra) y Cristiano Sampaio (Gloria), reconocieron que la incertidumbre es una gran preocupación y destacaron el rol que debe tomar el sector empresarial. Luis Miró Quesada, presidente del Directorio del Grupo El Comercio moderó este encuentro y remarcó, precisamente, las vicisitudes del Perú de hoy. “Viendo la realidad peruana, los desafíos para los CEO son complejos. Tenemos a un Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) con 9 ministros en los últimos cinco años y un aumento de la pobreza monetaria”, sostuvo.
Sin duda, un momento en el que el liderazgo para actuar es clave.
A nivel internacional, lo más complejo es la incertidumbre. En los últimos cincos años hubo crisis de salud, energética, de transporte, conflictos sociales, guerras, y ese es el gran tema que tienen al frente los CEO. Hoy estamos en una policrisis, son varias a la misma vez.
Lo más importante para los gerentes generales que enfrentan estas incertidumbres es la resiliencia y cómo ello te prepara para que todo aquello que hoy se presenta como reto, pueda convertirse en oportunidad. En entornos de crisis, tengo cinco recomendaciones: tolerancia a la ambigüedad; una visión 360; la inteligencia colectiva, un CEO debe nutrirse de información y pedir consejos; desafiar lo establecido ; y ejecutar con liderazgo.
¿Qué nos desvela? Por las noches piensas en temas importantes y de largo plazo. En que América Latina ha quedado rezagada en productividad, que en Perú sí ha crecido, pero más por cantidad de personas que por calidad. Y, en que ha aumentado la pobreza.
Entonces, ¿qué puede hacer el sector privado para cerrar esas brechas ? Hay que comerse el pleito desde la empresa privada. Tenemos que ver qué pleito podemos dar, bajo el enfoque de valor compartido, para reducir esas dificultades del sector público. Creo que cada uno, en la empresa privada, en un país en desarrollo, tiene que comerse un pleito, ya sea en salud, educación o en otro sector.
Hoy veo una gran polarización a nivel mundial, que genera distanciamiento, guerras y eso puede ser una reacción en cadena. Lo vimos en Rusia, Ucrania, Medio Oriente. Hoy estamos muy interconectados como para que eso no nos afecte. Cuando estalló el conflicto entre Rusia y Ucrania, los precios volaron y hubo especulación. Eso se regularizó, no se interrumpió la cadena, pero puede ocurrir..
Y el otro tema son los riesgos de la transición. Por ejemplo, el biodiesel usa productos naturales como la soya, que usamos en aceites y margarinas. Empieza a haber una competencia por un insumo que era para la alimentación hacia la producción de energía. Que no seamos capaces de gestionar esos riesgos y que esto impacte en la gente, puede ser un tema mayor.
Además, me preocupa que no seamos capaces de resolver la precarización del país. La población pasó de decir que el Estado le hace las cosas difíciles a un punto en el que no creen que hay Estado. Vivimos manejando distintos tipos de crisis y en momentos así, tienes que coger el timón más que nunca, tomar decisiones rápidas y saber explicarlas. Y no solo ver la propia organización, sino el entorno, dónde sumar fuerzas, a quién puedo estar haciendo daño. La suma de todas esas cosas es ese entendimiento del rol de las empresas, de que no somos espectadores, somos partícipes y fundamentales.
Vivimos en un mundo de mucha incertidumbre, y nosotros estamos tomando decisiones en el día a día, que van construyendo un futuro, tenemos una posición privilegiada y una obligación de romper algunos techos. Desde nuestro lado, estamos trabajando para que haya más mujeres técnicas en el sector de telecomunicaciones, asegurarnos de transformar a los países en los que estamos, mejorar la conectividad y cómo atraemos inversiones.
Cuando hay crisis y eres CEO tienes que pensar cómo mi empresa va a navegar esta crisis. Y, poner primero al cliente, cómo va a seguir recibiendo el servicio que se merece, cómo mis empleados van a estar bien. El líder tiene que ser más líder que nunca, ejecutar y asegurarse que tiene a todos en el barco comprometidos.
A nivel operativo de nuestro negocio en el Perú, sufrimos mucho con la seguridad, sobre todo por la impunidad con la que parece que lidiamos. Vivimos con piratería en la televisión y la informalidad también afecta al modelo de negocio, así como la rigidez laboral del país.
No encontramos a veces el apoyo institucional que necesitaríamos para hacer de las empresas privadas el motor de desarrollo. Tenemos que trabajar de la mano, y a veces nos falta apoyo y estamos un poco solos. Llevo menos de un año en el Perú y ya he visto dos ministros de economía y dos premier, la verdad es que eso no ayuda.
Lo que más me preocupa es la tendencia de malinformación y desinformación, muchos de los problemas que vemos en la actualidad se nutren de ello, es lo que está generando la polarización en los países, lo que genera los principales conflictos y la desconfianza. Si no llegamos a reconectarnos como ciudadanos y construir confianza,será dificil salir de los problemas que tenemos hoy día.
En una crisis es fundamental tomar el control y es incluso más importante prepararse para la crisis de manera permanente. Al final el que tiene que tomar el timón debe tener la confianza del que lo seguirá y es mucho más difícil ganarse la confianza en momentos de crisis que construirla en el tiempo. La confianza te da un atributo adicional, permite solucionar la crisis de manera colectiva. Y es que si uno va viviendo en crisis permanente, para prepararse para la verdadera crisis, el entorno que generas es de confianza y colaboración, así cuando llega la verdadera crisis no solo tú pones una solución sobre la mesa sino que hay cinco colectivos con soluciones.
Desde el punto de vista de país, me preocupa que hemos perdido ese sentido colectivo. Falta ese sentido colectivo del sector empresarial de defender ciertos valores que son los que queremos para crear un ecosistema más sólido y que contribuya al desarrollo. Hay que reencontrar ese sentido colectivo perdido.
Uno de los temas globales es la disrupción de la cadena de suministro mundial, por la incertidumbre política, las guerras, los temas climáticos como con el canal de Panamá, o temas de salud. Es así que la gran preocupación es cuál es el punto óptimo para afrontarlo, porque ante ese riesgo, yo descentralizo proveedores globales, geografías, pero hay un punto óptimo, que varía según cada empresa. Se obtiene una mitigación de riesgo y diversificación, pero, por otro lado, tengo aumento de costos y una baja de productividad, porque estoy saliendo de los mejores proveedores.
No hay una receta, cada uno tiene que elegir la suya. Esta es una gran preocupación, y también cómo dimensionarlo de la manera correcta para que no te deje menos competitivo, ni muy expuesto a riesgos.
De otro lado, si hay un momento de crisis hay que cuidar a las personas, si el líder va a tomar el timón tiene que estar bien física y emocionalmente para tomar las decisiones. Primero, tiene que cuidar de sí mismo, de la gente que compone su negocio como los ganaderos, bodegueros y consumidores, que se sientan cuidados. Para cuidar realmente hay que darles la seguridad de que se tendrá el producto disponible en todos los puntos de venta del Perú y más en momentos de crisis, cuando cambian los ratios de consumo, la gente va más al punto de venta y compra para el día.