Estos son días en los que el aeropuerto internacional Jorge Chávez está en el foco de los reflectores y no sólo por el reinicio de los vuelos internacionales desde ayer. Ocurre que la incipiente reactivación del sector aerocomercial ha traído de vuelta la discusión sobre la urgencia de ampliar nuestro primer terminal aéreo. Una controversia que viene de antes de la pandemia y que no está resuelta.
En ese contexto, Lima Airport Partners (LAP), firma concesionaria del aeropuerto, ha solicitado al Estado postergar parte de las obras de ampliación en la base aérea. Concretamente, posponer los trabajos que corresponden al segundo terminal de pasajeros, inicialmente previstos para ser entregados en el 2024. Ese requerimiento ha provocado el reclamo de varios ‘stakeholders’ de la industria —y de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (Comex) en particular— por lo que Juan José Salmón, gerente general de LAP, responde en esta entrevista.
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¿Por qué solicitan que se postergue la entrega del segundo terminal de pasajeros?
Porque estamos en una situación de fuerza mayor debido a esta pandemia. Hemos pedido tres cosas al Estado. Primero, la postergación del pago de retribuciones que, como sabes, involucran el 47% de nuestros ingresos. Segundo, reducir esa retribución de ese 47% al 30%. Y, como tercera medida, posponer la entrega del nuevo terminal de pasajeros.
¿Qué respuesta han recibido?
No tenemos ninguna respuesta y tampoco sabemos cuándo nos van a responder. Estamos a la espera de qué nos digan, o que nos planteen una alternativa.
El postergar parte de la ampliación del Jorge Chávez implica que este pierda competitividad y ya venía colapsado antes de la pandemia. ¿Cómo justifican su pedido?
La situación es grave. Estamos acabando el 2020 con seis millones de pasajeros, que es el flujo que movimos en el 2006. Eso significa que el impacto de la pandemia nos ha provocado un retroceso de 14 años.
Pero muchos entendidos en la industria señalan que la recuperación se dará a partir del 2022 y, ya con los números del 2019, para el 2024. ¿Por qué no avanzar con las obras para estar listos cuando se haya recuperado el tráfico al 100%?
Porque es muy difícil hacer proyecciones. Más allá de la pérdida de mercado, no tenemos cómo hacer la proyección del tráfico. Las proyecciones no sirven porque en este momento hay mucha incertidumbre. Los países están abriendo y cerrando sus fronteras como si se tratase de prender o apagar un interruptor.
Sin una proyección certera, no tengo cómo dimensionar el terminal que voy a construir. Como sabes, ese terminal debe cumplir con ciertos requisitos mínimos de servicio. Pero sin tener un estimado del tráfico, ¿cómo armo el ‘business case’ que requiero para captar financiación en el mercado para esta obra? Estamos en un mercado por ahora muy volátil para pedir financiamiento. Mira a las aerolíneas, que están reduciendo su volumen, sus flotas y el número de sus colaboradores.
Esas también han sido las circunstancias, sin embargo, en las que han conseguido financiación para la primera fase de ampliación del aeropuerto, que corresponde a la segunda pista de aterrizaje y a la nueva torre de control. ¿Por qué para el segundo terminal ya no?
No ha sido nada fácil conseguir financiación para la segunda pista y la nueva torre de control y a pesar de ello la hemos conseguido. Son US$450 millones. Con eso ya hemos agotado nuestra capacidad de financiación en las actuales circunstancias. Ojo, sólo en las actuales circunstancias que configuran una situación de fuerza mayor.
Esas obras de la primera fase sí las entregarán a tiempo.
Sí, en el 2022.
¿Y qué pasará con el avance del segundo terminal si el Estado no les contesta sobre el pedido de postergación?
En el transcurso de este tiempo hemos actuado de buena fe y hemos sacado adelante, a pesar de las circunstancias, las obras de la segunda pista y la nueva torre de control. Con relación al segundo terminal, esperaremos a que el Estado nos conteste.
Ya, pero el segundo terminal tiene, como toda obra, un calendario de avance. Y si deben entregarla en el 2024, salvo que el Estado diga lo contrario, ese calendario ya debe estar en marcha. ¿O lo van a dejar en ‘stand by’?
No hay calendario para comenzar con las obras del segundo terminal. Lo que tenemos es la obligación de entregarlo en una fecha determinada, que es el 2024. Puedo comenzar incluso un año antes, siempre y cuando cumpla con esa fecha. Por lo que vamos a esperar.
Quisiera acotar que sí hay voluntad por parte de LAP para concretar la ampliación y los hechos hablan por sí solos. Pueden ver que los trabajos de la segunda pista y la nueva torre están avanzando, pueden ver las estructuras ya aquí, en el aeropuerto.
¿La ampliación del aeropuerto sólo se financia con la salida al mercado de inversionistas? ¿LAP no ha cobrado tarifas a cuenta de estas obras a pasajeros y aerolíneas?
No. Nuestro contrato de concesión no tiene ningún factor, ni X ni Z, que nos permita realizar cobros a cuenta de futuras obras. Las tarifas dependen de una fórmula que sólo mide productividad y eso se mide hacia atrás, no hacia adelante.
LOS FONDOS PARA LAS OBRAS
Comex señala que ustedes han venido cobrando, desde el 2009, más de US$300 millones por obras que no han realizado.
Eso es absolutamente falso. No tengo ninguna tarifa asociada a construcción. Eso no existe en el contrato. No tengo idea de cómo en Comex llegan a esa conclusión.
Lo que dice Jessica Luna, la gerenta general de Comex, es que además hemos tomado indebidamente ese dinero. Debo ser claro en esto: en LAP no hemos hecho ningún uso indebido del dinero en el aeropuerto Jorge Chávez. Eso es mentira y es indignante.
Aunque ustedes han realizado obras por alrededor de US$500 millones previas a la ampliación. ¿Esas obras cómo las han financiado?
Las obras de mejora se realizan con recursos que conseguimos año a año, descontando nuestros costos de operación. Es decir, luego de pagarle la retribución al Estado y de otorgar las utilidades a nuestros accionistas.
¿No hay tarifas recabadas exclusivamente para infraestructuras futuras?
Ninguna. No hacemos ningún cobro a cuenta.
¿Cuáles son los conceptos de las tarifas que cobran?
Solamente cobramos por la Tarifa Única de Uso Aeroportuario (TUUA), por aterrizajes y despegues, por uso de mangas, por carga y estacionamientos.
Para ser más precisos, ¿puede explicar los factores que se consideran en la fórmula para el cálculo de esas tarifas?
No me atrevería a explicar esa fórmula. Es muy compleja. Pero lo que mide es productividad con base al volumen de pasajeros, al número de operaciones, al gasto, entre otros aspectos.
Y si esas tarifas crecen es porque hay menor productividad.
Así es.
¿Han pedido que se incrementen en esta pandemia?
No lo hemos pedido. Eso también es mentira.
¿No está en las oficinas de OSITRAN ese pedido?
No está.
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