Las últimas semanas, Perú vuelve a ser escenario de los foros de mayor interés entre países de Asia Pacífico en APEC 2024. Qué interesante poder escuchar los puntos de vista de economías de calibre tan diverso como Australia, Canadá, Chile, Indonesia, Malasia, México, Filipinas, Singapur y Estados Unidos opinando al lado de expertos peruanos.
En mi caso particular, participar en el foro del diálogo público-privado-Indecopi- sobre temas de ‘greenwashing’ y marketing de influencers fue altamente relevante. Mientras existen situaciones comunes entre todos los países, hay también enormes diferencias.
Uno de los puntos álgidos tiene que ver con la lectura de lo que es una comunicación honesta. Existen mercados que fuerzan la colocación de frases relacionadas al cuidado de medio ambiente: empaques biodegradables, huella de carbono, producto orgánico, 100% natural, amigable con el entorno.
Entonces, si bien todos los países están colocando este tipo de frases en sus productos, empaques o comunicación, la diferencia está en la veracidad del contenido.
Las marcas que solo quieren salir en la foto con un discurso de moda pero no lo tienen interiorizado en el ADN, pueden terminar exagerando o dando información distorsionada, confusa o hasta falsa, en el afán de mostrarse alineados con el 73% de personas que están de acuerdo con apoyar marcas sostenibles.
Una manera útil de mantener la veracidad de los contenidos es analizar los beneficios específicos, medir la percepción y entendimiento de los consumidores frente a los mensajes de las marcas, tener sustento claro y preciso de cada una de las aseveraciones, y por supuesto, decir siempre la verdad.
Es importante entender que las consecuencias de manejar comunicación engañosa, confusa o falsa desacredita a las marcas, a las empresas, a las personas que las lideran y hasta a la industria. Recordemos que las marcas con grandes estrategias se convierten en vehículos de cambios positivos en su entorno.