Víctor Fuentes Campos

El IPE estima que, creciendo al 3% como proyecta el BCR para los próximos años, tomaría 23 años volver a los niveles de pobreza del 2019 (20%). Si nos desviamos y crecemos solo 2%, recién lo lograríamos en 35 años (2059). Al ritmo al que va la economía y la selección de fútbol, el Perú podría regresar antes a un Mundial que a los niveles de pobreza previos a pandemia.

Este panorama exige reactivar la inversión privada y generar empleo de calidad y crecimiento inclusivo. No hay otra manera sostenible de reducir la pobreza y generar bienestar que a través del efecto del crecimiento económico. Ya lo hicimos en el pasado por casi 25 años.

Para encender la chispa del círculo virtuoso de la economía hace falta un conjunto de reformas serias. Si bien el Perú parece caminar con un ojo mirando al precipicio y todo parece importante, en estas reformas no deberían faltar:

1. Un Estado que priorice lo verdaderamente importante (educación, salud, seguridad) con medidas basadas en evidencia. Un mal remedio puede ser peor que la enfermedad. Como ejemplo, tenemos los beneficios tributarios, estados de emergencia y aventuras empresariales del Estado.

2. Simplificación administrativa en los tres niveles de gobierno que promueva un clima favorable para los negocios. No se pide que se bajen los estándares (de cuidado ambiental, seguridad) sino el cumplimiento de los plazos. En 2018, el Perú superaba al 83% de jurisdicciones en el índice de atracción de la inversión minera del Instituto Fraser; al cierre del 2023, solo adelanta al 31%.

3. Una reforma política seria que asegure que las elecciones del 2026 no significarán un nuevo retroceso. Qué difícil es convencer a nuevos inversionistas de apostar e invertir en un país tan poco predecible en términos políticos, sin que ello repercuta sobre las reglas de juego y los negocios.

Finalmente, asegurar la independencia política y presupuestaria de instituciones públicas técnicas como el INEI. Si no podemos confiar en la calidad e independencia en la construcción de los datos, la toma de decisiones estratégicas no será muy diferente de lanzar una moneda al aire.

Víctor Fuentes Campos, Gerente de Políticas Públicas del Instituto Peruano de Economía

Contenido Sugerido

Contenido GEC