Los conflictos sociales, y la violencia y el caos que el Perú vivió entre diciembre del año pasado y enero de este año, le están cobrando, como se temía, parte de su onerosa factura al transporte aerocomercial y al turismo de nuestro país. Esa deuda, hoy a la industria de los viajes le toca pagarla, haciendo frente a una suerte de daño colateral ya inevitable.
“Antes de las protestas de diciembre (del 2022), el mercado local de vuelos domésticos estaba al 100% de recuperación versus la prepandemia (2019), mientras que el mercado de vuelos internacionales que se conectan con el Perú, andaba al 88%. En ese momento, proyectamos que íbamos a lograr el 100% de reactivación a finales del 2023″, cuenta a Día1 Martín La Rosa, country manager de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) para el Perú y Bolivia.
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Sin embargo, nos precisa, ante las nuevas circunstancias debieron actualizar el cálculo, y ahora desde IATA estiman que el mercado aerocomercial en el Perú se recuperará plenamente recién en el primer trimestre del 2024.
“Obviamente, hemos retrocedido. Pero, a la fecha, estamos casi al 95% de reactivación en el doméstico, y a alrededor del 75% en el internacional”, disgrega La Rosa. La tendencia da para ser optimista, pese a todo.
El ‘detalle’ es que países que compiten con el Perú por ser el principal centro de conexiones aéreas de la región (‘hub’), han logrado mejores números que los arriba descritos, y con una larga ventaja. Por ejemplo, Colombia pudo recuperar su tráfico a finales del 2021, versus el 2019, y México también, con más o menos las mismas cifras.
“Es decir, la distancia a la que estamos de nuestros competidores se ha alargado, y, por si fuera poco, el nuevo tráfico [que iba surgiendo] se ha ido desviando hacia estos competidores, cuando debieron venir al Perú”, resume la cabeza de IATA en nuestro país. ¿Cómo aceleramos nuestra recuperación?
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Para Roberto De La Tore, presidente del directorio de Corpac, lograrlo depende de varios factores y de un trabajo en conjunto: estabilidad política, crecimiento de la economía, promoción del destino Perú y, naturalmente, evitar –tanto como se pueda– los conflictos sociales.
PLAN DE VUELO
Desde la perspectiva de Martín La Rosa, y en el marco que ha graficado De La Tore, hay algunas acciones urgentes que se deben tomar para recuperar el tráfico aéreo prepandemia, por lo menos.
“El primer gran desafío es la ampliación y modernización del aeropuerto Jorge Chávez, el terminal aéreo más importante que tenemos. Aquí, es fundamental que su concesionario, Lima Airport Partners (LAP), entregue el 100% de las obras en las fechas a las que se ha comprometido, y con las capacidades, tecnología y procesos adecuados”, refiere el titular de IATA.
En este punto hay un aspecto visceral, prosigue, que es asegurar la conectividad del aeropuerto con su entorno, con la ciudad de Lima, y ahí, de momento, hay varios pendientes, anota.
“Cuando entreguen el nuevo Jorge Chávez, en el 2025, con nueva pista, nueva torre de control y nuevo terminal, este último sólo se conectará con el Puente Santa Rosa. El viaducto por el que debería continuar esa salida/entrada, recién estará listo en el 2027″, comenta La Rosa. Añade que tampoco se ha dispuesto que la Línea Amarilla llegue al aeropuerto, y la futura Línea 4 del Metro sólo se conectará con el terminal antiguo. “Esos accesos se tienen que implementar”, precisa.
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En tanto avanzan esos pendientes, el CEO regional de JetSmart, Estuardo Ortiz, sostiene que también se debe hacer foco en los viajeros que por primera vez se suben a un avión, y que en su línea aérea son el 10% del total de sus pasajeros (JetSmart ha cumplido un año de operaciones en el Perú, sumando 1,2 millones de usuarios). Ese porcentaje de pasajeros ‘debutantes’ debe subir, sugiere, “abaratando el costo de los pasajes y generando confianza”.