El presidente del IPE, Miguel Palomino, hace un balance sobre los distintos factores internos que afectaron a nuestra economía a lo largo del 2022.
—Tras la vacancia de Pedro Castillo, ¿considera que los problemas de debilidad institucional se han resuelto y que podemos voltear la página?
Creo que la situación ha mejorado sustancialmente, pero la incertidumbre es muy alta y estamos, todavía, muy lejos de darle vuelta a la página. Ahora tenemos en los ministerios a personas que saben al menos lo básico de las funciones que deben desempeñar y han salido los ladrones e incompetentes. El golpe de estado de Castillo y su destitución han generado una cantidad de muertes lamentables, pero estoy seguro de que el número de víctimas hubiese sido bastante mayor si Castillo hubiera tenido más tiempo para fortalecer su poder.
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—¿Por qué el Congreso no pudo vacar antes a Castillo?
Esto obedece, en primer lugar, a que no tenemos un sistema de representación política efectivo. No hay partidos casi. La gran mayoría de congresistas no representa en serio a un grupo grande de votantes. Entonces, cada congresista se representa a sí mismo y busca su propio interés. Esta situación les permite a los congresistas ofrecerse al mejor postor, y con un tercio bastaba. Sin las instituciones políticas no existe nada. Estas son las bases con las que se construye una sociedad.
—¿Cómo llegamos aquí?
Esto fue gradual...No hay un instante en que puedas decir “esto fue lo que lo ocasionó”. Si debiera mencionar algún acontecimiento reciente, diría que el fracaso de PPK, que se debió tanto al fujimorismo como al propio PPK. Lo segundo es cuando Martín Vizcarra lanza su reforma constitucional que prohíbe la reelección inmediata de congresistas. Cuando había que fortalecer las instituciones, justamente las debilitó. Pero, en general, todo ha ido hacia esa dirección desde hace muchos años.
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FORTALECER LA INSTITUCIONALIDAD
—¿Qué deberíamos hacer para cambiar la situación?
Debemos fortalecer las instituciones para resolver los problemas que enfrentamos. Claramente, siempre vamos a encontrar temas en los cuales haya desacuerdo. Lo importante es que estemos de acuerdo en cómo resolveremos esos desacuerdos sin matarnos.
—¿Cómo fortalecer las instituciones con los poderes del Estado que tenemos?
Muchos peruanos con buenas capacidades se alejaron de la política porque la política “era sucia” y podían dedicarse a “mejores cosas”. Esto a pesar de que es claro que es peligroso tener a personas incorrectas manejando mucho poder y dinero con muy poca supervisión. Hubiese sido mucho mejor que algunas personas medianamente capaces se dediquen a la política en vez de personas incompetentes y que solo tienen el interés de lucrar. Hoy, con algunas excepciones, nos hemos quedado con políticos que no son capaces...y después nos preguntamos por qué no hay políticos.
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CUERDAS SEPARADAS
—¿Qué piensa de la idea de que la política y la economía en el Perú van por cuerdas separadas?
Nunca creí en eso. Es posible que un evento político determinado no afecte mucho a la economía, pero esto tiende a ser la excepción y no la regla. Por supuesto que la política tiene efectos sobre la economía. Lo que sucede es que estos se dan principalmente en el largo plazo. Por ejemplo, en la actualidad estamos pagando aún las malas decisiones tomadas desde el gobierno de Humala y antes. Tenemos el caso lamentable de la Refinería de Talara, que no le corresponde únicamente al señor Humala. También está el hecho de que no se siguió adelante con proyectos como Conga y Tía María, que hubieran beneficiado muchísimo a la gran mayoría de peruanos.
—¿Estamos pagando lo que hizo y dejó de hacer Castillo?
Lo malo que hizo Castillo casi no hemos empezado a pagarlo aún. Lo vamos a pagar recién en el futuro.
—¿Una de las cosas que vamos a pagar en el futuro es el deterioro de la calificación crediticia del país?
Claro. Para que vean que la política sí afecta a la economía, recientemente nos han pasado a negativo el panorama de la calificación del Perú. Las reformas de los 90, muchas incompletas y algunas equivocadas, nos permitieron mejorar como país y adquirir el grado de inversión en el 2008. El mundo entero nos reconoció como un país en la senda correcta, con mejora continua en la situación económica, con un futuro próspero. Hoy nos están bajando la calificación, lo cual tendrá grandes efectos en largo plazo, pero esto no le preocupa al gobierno ni a los congresistas. Eso de que la reputación la ganas con muchos años, pero la pierdes en un día es lo que le está pasando al Perú.
¿TIEMPOS DE CALMA?
—¿Qué piensas sobre el nuevo ministro de Economía, Álex Contreras?
De las cosas buenas de este gabinete es que han colocado, en principio, a gente que más o menos sabe lo que está haciendo. Álex Contreras es un funcionario de carrera competente y todo hace pensar que, por lo menos, no hará barbaridades y luchará en contra de ellas.
—El Congreso aprobó en primera votación adelantar las elecciones en el 2024, ¿esto podría empeorar la incertidumbre?
El Perú va a tener 15 meses de relativa calma. Si el Gobierno lo maneja bien, que no es ninguna garantía porque esto también depende del Congreso, quizá sea el período con más calma que hemos tenido en buen tiempo. Eso sería positivo.
—¿Cuál es el balance de la economía para este año y cuáles son las perspectivas para el próximo año?
La economía ha estado enfrentando a la misma vez una crisis interna (que todos conocemos) y una crisis externa como no ha habido en muchos años. Para colmo, el mundo recién se empezaba a recuperar del COVID-19. Todo eso junto nos ha golpeado. Ha sido un año muy difícil. Para el próximo año, depende mucho de lo que pueda hacer la presidenta Boluarte. Hasta ahora tengo cierta confianza en el hecho de que haya gente competente a cargo de instituciones, que antes eran usadas para robar y sembrar violentistas. Me parece que ella tiene una muy buena oportunidad. Esperemos que la aproveche por el bien del país.