"Le diremos si su viaje será normal o necesitará ahorrar tiempo extra debido a cosas como un accidente o un tráfico intenso", explica Google Maps. (Foto: AFP)
"Le diremos si su viaje será normal o necesitará ahorrar tiempo extra debido a cosas como un accidente o un tráfico intenso", explica Google Maps. (Foto: AFP)
Daniel Macera

A pesar de que el (IPCC) publicó un estudio –hace dos semanas- donde se resumen los resultados de 6.000 estudios científicos que muestran la crítica amenaza del sobre el mundo, el presidente de EE.UU., Donald Trump, afirmó que el clima “volverá a cambiar”. La afirmación va en línea con su política de eliminar varios límites ambientales establecidos en gestiones anteriores que reducían la actividad de la industria de combustibles fósiles.

Sorprende, de esta manera, la decisión de la petrolera Exxon Mobil (recién demandada por engañar a sus accionistas) de donar US$1 millón a una campaña de EE.UU. que aborda la amenaza del cambio climático mediante la introducción de un impuesto al carbono, que devolvería los ingresos al público en pagos de dividendos.

La idea del impuesto a la emisión del dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero tiene varias décadas rondando entre el mundo académico y las políticas en los gobiernos. Fue difundida y defendida por el reciente premio Nobel de Economía, William Nordhaus.

A manera de resumen, el economista demostró que elevar los precios mediante impuestos es mucho más eficiente para reducir las emisiones, que los controles gubernamentales directos sobre la cantidad de emisiones a través de, por ejemplo, límites regulatorios de todo tipo.

Finlandia fue el primer país en implementar impuestos al carbono en 1990, calculando el costo por tonelada emitida entre 44 euros y 54 euros. A la fecha, alrededor de 45 países cuentan con este sistema, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, acaba de proponer sumar el suyo a esta lista.

EL EMISOR LOCAL

Habiéndose comprometido a cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030, en la cual están involucrados 193 países, el Perú emite anualmente 68 millones de toneladas de CO2, según Global Carbon Atlas. De esta manera, se ubica en el número 50 de 220 en la lista de países emisores de este gas, siendo superados –a nivel sudamericano- por Brasil (puesto 12, y el que más CO2 emite en la región), Argentina (29), Venezuela (32), Chile (43) y Colombia (44).

De acuerdo a información del Ministerio del Ambiente, la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel nacional es la conversión de bosques, a la que se atribuye la deforestación de la Amazonía para ampliar los suelos agrícolas.

La segunda fuente proviene del transporte terrestre. Y la tercera categoría está representada por agricultura, con dos fuentes importantes: fermentación entérica y suelos agrícolas por emisión del óxido nitroso. A la fecha, la emisión de carbono en el país cuenta con tasas más elevadas reflejadas en el ISC.

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