Apple es una empresa pública que está valorizada en aproximadamente US$3 mil millones. Su avance durante los años se debe a su crecimiento alrededor de un ecosistema propio muy nutrido, que va desde audífonos hasta su billetera digital.
El iPhone es su producto insignia, en el que la empresa enfocó sus esfuerzos tecnológicos durante años, y en los que, además, ha estado bajo el escrutinio público y regulatorio. ¿por qué? El crecimiento de su ecosistema ha generado suspicacias. Para algunos, incluyendo hoy al gobierno estadounidense que ha interpuesto una demanda antimonopolio contra la empresa, la gigante tecnológica ha limitado las oportunidades de sus competidores.
Esta noticia marca una nueva era para Apple, en la que deberá demostrar que no ha generado dependencia para sus usuarios y que no ha impedido la competencia. El camino no parece sencillo, pero Apple se ha sabido defender en el pasado. Hace muy poco, la Unión Europea sancionó a Apple por un caso relacionado a su App Store. Además, Epic Games (Fortnite) presentó una demanda en su contra en el 2020 por su sistema operativo, y en otra batalla legal, la empresa ha tenido que justificar su modelo de negocio.
Además, Apple no está sola. Todos los gigantes tecnológicos se enfrentan a un desafío antimonopolio. Google, Meta y Amazon se encuentran en situaciones similares.
¿Qué respondió Apple al hacerse conocida esta última la demanda? Que las prácticas criticadas hacían que los iPhone fueran más seguros que otros ‘smartphones’ y que, si la acción legal del gobierno prospera, se sentaría un precedente peligroso al facultar al gobierno para intervenir en el diseño de tecnología.
Conocer si la empresa violó o no la ley generará un procedente histórico para el desarrollo tecnológico en tiempos de inteligencia artificial. Habrá que tener paciencia, porque el proceso legal probablemente tomará muchos años y más aún conocer las implicancias que tendrá la demanda para los consumidores. Sin embargo, ¿los números podrían jugar en contra en este proceso? En el mundo hay más de mil millones de usuarios del iPhone, y en el Asia, este modelo compite muy bien, aunque no es el líder del mercado.
Lo que resulta paradójico de todo esto es que el gobierno estadounidense busque ‘liberar’ a los consumidores del diseño minimalista y sistema operativo de Apple, cuando más bien, podría lograr que continuemos pegamos a la manzana de la discordia. Lo que ocurra en Estados Unidos hará eco en todo el mundo.