La última etapa de la carrera de Paolo Guerrero no está terminando bien. La imagen del goleador histórico y capitán de la selección peruana, que fue pieza fundamental para que el país volviera al Mundial Rusia 2018 luego de 36 años, y que ha ganado grandes títulos a nivel internacional, hoy se ve envuelta en una nueva controversia con la Universidad César Vallejo, su club actual. Con 40 años, el jugador protagonizó un momento desafortunado al negarse a jugar por su club en medio del partido ante Alianza Lima el sábado pasado, ante lo cual llegaron comentarios del presidente del club ‘poeta’, Richard Acuña, y los ‘dimes y diretes’ público entre las parejas de Guerrero y Acuña.
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Es así que lo que pudo ser una negociación a puerta cerrada y en buenos términos, se ha convertido en una novela mediática de la que todos hablan. Lo cierto es que, como reportó la sección deportiva DT de El Comercio, Paolo sí le pidió al propio Richard Acuña salir del club argumentando razones deportivas antes del partido del sábado y más allá de si el jugador debe o no retirarse, como expresó Richard Acuña –furioso–, o si Guerrero desea terminar su carrera en Alianza Lima , ambos deben resolver este problema.
En medio de opiniones divididas por parte de los hinchas, este revuelo nos lleva a preguntarnos en cuánto está afectando todo esto a la bien ganada imagen del goleador histórico. ¿Esto puede repercutir de manera negativa en su imagen como embajador de marcas? ¿De qué manera la salida de Guerrero del club ‘poeta’ impactará en los planes de los auspiciadores del club que apostaron por su arribo?
Para Raúl Rosales, director de la carrera de Administración y Negocios del Deporte de la UPC, si vemos a Paolo Guerrero como un activo deportivo intangible o como una marca, ya desde inicios de año hubo un daño a su imagen por las indecisiones de llegar o no al club trujillano. “Y, ahora, lo que acaba de suceder le resta poder de negociación frente a posibles auspicios, invitaciones o beneficios que pueda obtener como parte de la gestión de la marca de Paolo Guerrero como emblema, ya que vemos que este año se ha dañado esta buena imagen, por lo que creo que puede haber menos disposición por parte de las marcas”, sostiene el experto.
Eduardo Flores, CEO de la agencia de marketing deportivo Toque Fino, comenta que siempre habrá ruido mediático por ser el máximo goleador y capitán de la selección alrededor de Guerrero, y que en un principio fue un impacto positivo el anuncio de su llegada al club trujillano. No obstante, ahora se presenta una circunstancia propia del fútbol, en la que el jugador no está cómodo, ni quiere continuar en el club, y no considera que su posible salida impacte negativamente en su imagen.
¿Pudo haber un mejor manejo del tema? Flores considera que sí. “El hecho de que decida ir con sus compañeros a un partido tan importante como apoyo moral no tiene mucho sentido. Y que el entrenador-y el club- desconociera el acuerdo verbal del jugador con el presidente de la UCV, hace que todo se vuelva insostenible y genere un ruido muy negativo para el club y para el jugador”, explica.
Como se conoce, Guerrero es imagen de muchas marcas que han apostado por él por su exitosa carrera y su vinculación con la selección. ¿Todo este ruido mediático podría afectar estos convenios? De acuerdo a Rosales, el jugador cuenta con varias marcas auspiciadoras, que han hecho uso de su imagen en comerciales de TV, anuncios y que toda esta situación puede hacerlos pensar en mantener o cambiar este tipo de publicidad. También, puede hacerlos pensar en suspenderla. Asegura que las nuevas marcas interesadas podrían acercarse al jugador con un poco más de cautela y que se verá el desarrollo de la marca Paolo Guerrero en los próximos meses, toda vez que no cuenta con un buen respaldo ahora mismo.
Flores, por su parte, remarca que el jugador ya tiene una reputación positiva bien ganada por todos sus triunfos y lo que ha aportado al fútbol peruano, por lo que no considera que hayan marcas que quieran desvincularse por una situación como esta, dado que hay casos más graves en los que sí considerarían esta posibilidad. Por ejemplo, un caso de dopaje. “Situaciones propias del fútbol como estas no creo que afecten la imagen pública del jugador para las marcas con las que ya trabaja”, asegura.
Ahora bien, recordemos que cuando la UCV apostó por contratar a Guerrero, el club negoció con sus principales auspiciadores para cerrar el traspaso de Guerrero. Este, de hecho, es un punto clave, resalta Flores.
“Cuando se anuncia la posible llegada del jugador, sé de muy buena fuente, que se le pidió a las marcas que hicieran un esfuerzo económico para alcanzar la suma que el jugador necesitaba. Esto, sin duda, se va a ver afectado porque si el jugador no va a seguir, se tendrá que reevaluar cada uno de esos contratos y no se depositaría lo acordado previamente con las marcas”, explica a Día1. De hecho, como esto afectará estos acuerdos. El club trata de cubrirse con la cláusula de salida para compensarlo.
Sobre el impacto económico de Guerrero en la UCV, se vio un furor inicial, ya que cuando se manejan contratos con jugadores de la talla de Guerrero, se busca un impacto reputacional y de marca. Pero, no se han conocido los ingresos económicos por ello hasta ahora. “Puede ser que haya vendido más camisetas oficiales o a nivel de taquilla en los partidos, pero no llegan a cubrir el sueldo definido del jugador, por lo que su contribución habría sido más desde el punto de vista comercial, con el auspicio de marcas para que se asocien al club. Y estos convenios actuales son los que se ven amenazados porque no podrán hacer uso de lo que esperaban como activador de su marca”, comenta Rosales.
El especialista considera que hoy el manejo del club, en toda esta novela, se ha reducido a un control de daños y al parecer no está saliendo tan mal parado, mientras que el jugador sí. “El juicio mediático lo estaría perdiendo Paolo, pero en la esfera legal habría que ver los argumentos para desvincular de manera unilateral. Es claro que a ningún trabajador se le puede obligar a trabajar donde no quiere. Pero al haber un contrato de por medio, hay penalidades o compromisos a honrar desde el punto de vista económico”, anota.
Disputa legal
Jhonny Baldovino, asesor legal de la Agremiación de futbolistas del Perú (Safap), explicó en Exitosa que la situación de Paolo Guerrero es complicada, pero tiene dos alternativas.
“Considero que Paolo tiene dos opciones: o arregla amigablemente con la Vallejo, que es lo que siempre se recomienda, o puede renunciar, aunque este procedimiento legal le tomaría unos 40 días porque la ley laboral señala que tienes que mandarle un aviso a tu empleador 30 días antes y corre desde el día siguiente de enviar la notificación. Realmente yo le recomendaría a Paolo que termine el año en Vallejo, porque en este momento es difícil si quiere jugar en Perú”, comentó.
Aclara, eso sí, que si un jugador no está satisfecho en un club, está en todo su derecho de renunciar. Puede hacerlo y luego cumplir con todo su procedimiento legal sea ‘causa justa’ o no. Una ‘causa justa’ es, por ejemplo, cuando al jugador le adeudan dinero por dos meses, con lo que ya está facultado para denunciar al club y cobrar una indemnización. Cuando es ‘sin causa justa’, el jugador puede renunciar pero, por un tema solidario, podría pagarle una indemnización al club junto al equipo que lo va a contratar. Los montos dependerán de lo que percibe en el contrato.
Todo ello, pues, depende del documento que haya firmado Guerrero con la UCV. Rosales también coincide en que para lograr una desvinculación unilateral, el jugador tendrá que sustentar sus argumentos. “Va a ser una negociación compleja, ya que Guerrero tendrá que dar argumentos sobre por qué no quiere seguir (en el club). Se podría tener que hacer efectiva la penalidad, según el contrato”, resalta el experto de la UPC.
Según información que pudo corroborar DT en esta nota, se conoció que la penalidad sería de US$1 millón. El detalle de la clausula de rescisión modifica todo el panorama, agrega Flores.
Allí entra también a tallar la regulación deportiva a nivel de plazos, dado que se tiene que resolver todo mientras esté abierto el libro de pases (que abrió el 7 de abril y se cerrará el 31 de agosto en el Perú) o Paolo Guerrero podría quedarse sin jugar.
“El jugador tiene que moverse rápido, el libro de pases cierra en agosto. Si el jugador demora, se queda sin jugar hasta el próximo año”, remarca Flores.
Rosales sostiene que el club podría querer evitar la agilidad de este proceso. “El caso es incierto. No hay muchos antecedentes sobre el tema, por lo que es de pronóstico reservado, habrá que ver cómo avanza en los próximos días”, afirma.