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La victoria electoral de Pedro Castillo ha sido contundente en las regiones que más canon y regalías mineras perciben, como las del sur del país, donde la propuesta de reformular la renta minera ha calado fuertemente.
Hablamos de jurisdicciones que destacan por sus grandes minas de cobre y por el benéfico influjo que estas ejercen en términos de generación de empleo, aumento del PBI y reducción de la pobreza.
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Por poner un ejemplo: el Centro para la Competitividad y el Desarrollo de la Universidad San Martín ha identificado que el PBI per cápita en las regiones del Corredor Minero del Sur (S/17.300) supera con creces el PBI per cápita nacional (S/11.700).
Sin embargo, la percepción de que la renta minera no los beneficia es bastante alta. ¿A qué se debe esta contradicción?
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Desarrollo económico
Para entender mejor el impacto del canon y las regalías en el desarrollo de las regiones, el colectivo Propuesta Ciudadana ha sistematizado todas las investigaciones publicadas por la academia –IPE, Macroconsult, Pedro Francke, etc.– en los últimos veinte años.
“Son 23 documentos que hemos revisado y sintetizado para identificar sus disensiones y consensos, y las políticas que nos sugieren”, explica Epifanio Baca, coordinador ejecutivo del estudio (elaborado por César del Pozo).
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Pedro Castillo obtuvo una abrumadora votación en las regiones con mayor producción de cobre. En estas, el impacto económico de la minería es favorable, pero no así su influjo sobre la sociedad y el medio ambiente, según estudio de Propuesta Ciudadana.
Los alcances son reveladores. Para empezar, el documento confirma el impacto “mayoritariamente positivo” de la minería y de la renta minera sobre el desarrollo económico de las regiones. Particularmente, en acceso a la infraestructura, incremento del empleo, contribución al PBI, reducción de la pobreza y aumento de los ingresos en los hogares.
Sin embargo, anota dos efectos económicos negativos: la reducción de la producción agropecuaria en la cercanía de las unidades mineras y la inequidad salarial que se genera al interior de una comunidad cuando sus integrantes ingresan a trabajar a la mina.
“En estos casos, la diferencia de poder económico es tan amplia que se puede ver a un comunero con una camioneta 4x4, mientras que su vecino no tiene ni para comprarse unas buenas botas. Esto crea un resentimiento de celos que sale a relucir a través de los votos cuando hay elecciones“, apunta Lucio Ríos, gestor social y ex vicepresidente de BHP Billiton Tintaya (hoy minera Antapaccay).
Esta es, empero, apenas la punta del iceberg.
Impactos negativos
El estudio Renta Extractiva Minera en el Perú revela también que el canon y las regalías mineras generan un impacto mixto - positivo y negativo - en el desarrollo social de las regiones. Y efectos predominantemente negativos para el medio ambiente y la gestión pública.
Lo que ocurre a nivel social es especialmente preocupante. Si bien el estudio de la ONG resalta el impacto positivo de la renta minera en la construcción de infraestructura educativa y rendimiento escolar, también pone de manifiesto efectos adversos como el incremento de los conflictos sociales, el aumento de la corrupción y el sesgo pro urbano del uso del canon.
“Las obras de inversión han ido a obras de infraestructura concentradas en las capitales de departamento y de provincia, y no en el campo. Y es por eso que hay este descontento de las zonas rurales que perciben que su situación relativa es peor que antes de que la mina llegara”, refiere Epifanio Baca.
Por el lado del medioambiente, las cosas no son mejores.
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La minería ha incrementado el PBI y los ingresos de la población en las regiones mineras, pero con amplias asimetrías, que tienen su reflejo en los conflictos socioambientales.
De acuerdo al estudio, la percepción de contaminación y de escasez de agua va en aumento, atizada por el debilitamiento de la institucionalidad ambiental desde 2014 (el ‘paquetazo ambiental’ de Ollanta Humala) y la proliferación de los ITS, instrumentos de gestión ambiental que reemplazan a los laboriosos EIA.
Caso emblemático es el conflicto en Las Bambas, ocasionado precisamente por un ITS que modificó el mineroducto original del proyecto, cambiándolo por una vía no asfaltada donde hoy pasan cientos de camiones que impactan el medio ambiente.
Finalmente, el documento resalta la ineficiencia del gasto público por parte de los gobiernos subnacionales, el cual determina que el dinero del canon se gaste en cemento (elefantes blancos) o no se gaste. Frente a esto, ¿qué proponen los especialistas?
Ideas para el canon
En opinión de Lucio Ríos, lo primero que debe hacer el nuevo Congreso de la República es revisar la Ley del Canon y buscar mecanismos para que funcione mejor, de tal manera que “las regiones puedan sentir sus beneficios”.
“El canon está desfasado. Se promulgó en una época diferente en el país (hace 20 años) y no ha tenido el efecto que se esperaba porque está bastante atomizado: privilegia más a los gobiernos regionales y municipios provinciales, pero no a los distritos aledaños a los centros mineros”, apunta.
Al respecto, la Comisión para el Desarrollo Minero Sostenible (CDSM) ha propuesto reducir gradualmente el porcentaje del Impuesto a la Renta (50%) que regresa a las regiones bajo la forma de canon.
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Las transferencias de canon minero se concentran en unas pocas regiones y distritos, creando así poblaciones opulentas que contrastan con la pobreza de otras.
Para Epifanio Baca, sin embargo, lo más recomendable sería redistribuir el canon al interior de las regiones para evitar que unos pocos municipios acaparen la mayor parte del canon (como San Marcos en Ancash o Echarate en Cusco).
Del mismo modo, los especialistas consultados para este informe concuerdan en que es necesario desarrollar capacidades en los gobiernos regionales para mejorar la calidad de la inversión que ejecutan.
El reto, de cara al bienestar de las regiones mineras es clave, porque los precios del cobre y el oro están anotando niveles récord, y eso significa que los gobiernos subnacionales tendrán más dinero por concepto de canon y regalías en el 2022. ¿Lo podrán utilizar para generar un verdadero impacto social?
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