El 2018 no pasará inadvertido en los anales del sector pesquero industrial. Con una biomasa de anchoveta 35% superior al promedio de los últimos 25 años y una proyección de captura anual de 6 millones de toneladas, las empresas fabricantes de harina y aceite de pescado han recuperado un dinamismo que no existía desde el 2011, observa Elena Conterno, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP).
“Es una bocanada de oxígeno para la industria, porque venimos de 4 años muy malos, debido principalmente a aspectos regulatorios, proliferación de pesca ilegal y condiciones oceanográficas adversas, lo cual ha afectado seriamente la rentabilidad de las empresas”, analizan en TASA.
VEA TAMBIÉN
►Las empresas de servicios, sus sustos y sinsabores del 2018
►2018: Los hechos positivos y negativos en los negocios
En ese sentido, el 2018 también marcará precedente luego de que el Gobierno anunciara la propuesta de revisión del esquema de pago de derechos de pesca, a diez años de crear las ‘cuotas’ de captura por embarcación.
La iniciativa contempla el pago de 0,27% del valor FOB de la tonelada de harina en un escenario de desembarques anuales menores a 3,4 millones de toneladas y de 1,26%, en otro superior o igual. La norma, que debería entrar en vigencia el próximo 1 de enero, ha sido observada por la SNP que considera que incluye un error en el método de cálculo de la retribución y que debería establecerse “un solo pago por todo”.
En el sector también saludan la aprobación de los decretos legislativos 1392 y 1393, que promueven la formalización de la pesca artesanal e interdicción en las actividades ilegales en pesca.
Esta última, que apunta a combatir la infraestructura, se pesca sin autorización y el desvío de anchoveta hacia plantas de procesamiento, no estará libre de retos. “Ya tenemos la norma. Hay que asegurar la capacidad logística mínima, como presupuesto para viáticos, y las coordinaciones interinstitucionales para que se haga efectiva”, sostiene al respecto Renato Gozzer, especialista de Redes.
►¿NIÑO EN CURSO?
Las empresas observan con cautela el aumento de la probabilidad de ocurrencia del FEN, ya que dispersaría la anchoveta. No obstante, favorecería la producción de langostinos, explicó el experto Christian Berger.