El Gobierno alista el regreso de otro derivado del petróleo al Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), a semejanza de lo ocurrido con el GLP envasado en setiembre pasado.
Se trata del diésel, el combustible más consumido en el Perú, con cerca de 120 mil barriles diarios (el 52% del total) que se destinan casi íntegramente al sector transporte.
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De allí la preocupación de los transportistas por su trepidante encarecimiento, el cual responde al alza imparable del precio del petróleo a nivel global. Frente a esto, el Gobierno ha pactado una serie de compromisos con los gremios de transporte para reducir el precio del diésel.
Uno de ellos es su reinclusión en el FEPC, lo cual permitiría bajar el precio del galón en S/0,3, incluyendo impuestos. ¿Qué opinan los especialistas en hidrocarburos de esta medida?
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¿Y la caja fiscal?
Pedro Gamio, ex viceministro de energía, advierte que se trata de “más de lo mismo”, es decir, de otro ‘analgésico’ que no soluciona el problema de fondo pero que genera un alto impacto fiscal, pues cada sol que se rebaja en el FEPC “cuesta S/6 millones al Estado”.
César Gutiérrez, experto en hidrocarburos, estima que la inclusión del GLP envasado en el FEPC ha costado S/140 millones a la caja fiscal en sólo un mes.
“Y la tendencia es que seguirá subiendo. E igual ocurrirá con el diésel, cuyos volúmenes de consumo son mayores: 120 mil barriles diarios, versus 63 mil en el caso del GLP y 60 mil en el caso de las gasolinas”, explica.
Anota que, si todo eso vuelve al FEPC, como parece que ocurrirá, el país terminará con una gran brecha fiscal, y en un momento crítico para el país, donde “todos los vientos están en contra”.
Algo muy diferente a lo ocurrido en la primera década del Siglo XXI, cuando el FEPC estaba en todo su apogeo, pero había crecimiento económico, caja y menos deuda.
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Para Gonzalo Tamayo, ex ministro de Energía y Minas, se trata de la “crónica de una decisión anunciada”, pues está claro que el Gobierno va a repetir el “criterio político” empleado con el GLP envasado.
“Por la tendencia [alcista] de los precios internacionales de los combustibles el Gobierno va a aumentar el subsidio a los combustibles y las contingencias fiscales más allá de lo que ellos mismos esperaban en los próximos 3 a 6 meses”, alerta.
¿Qué otras alternativas tiene el Gobierno?
Soluciones para la crisis
Los analistas del mercado de hidrocarburos proyectan que el precio del petróleo seguirá subiendo hasta llegar a US$100 el barril (hoy registra US$84), arrastrando consigo los precios de todos los combustibles.
De esta realidad global no se escapa ni siquiera el gas natural, cuya cotización se ha duplicado en el mercado global desde inicios de año.
Sin embargo, eso no sucede en el Perú, debido a que el contrato con el Consorcio Camisea (por el lote 88) mantiene su precio controlado: alrededor de S/1,59 el metro cúbico desde el 2005.
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Por esta razón, Gamio recomienda convertir los buses y camiones de carga pesada al gas natural vehicular (GNV) a través del otorgamiento de facilidades por parte del Estado.
“La solución es decirle al transportista: te ayudo a adquirir un vehículo nuevo, chatarreó tu unidad vieja y usas un combustible mas barato y limpio que te ayudará a cumplir las normas de bioseguridad y mejorar la calidad del servicio”, explica.
Anota que esto se podría hacer, incluso, con autos híbridos o eléctricos llegado el momento, lo cual sería “una mejor manera de resolver el problema que recurrir a la aspirina que propone el Gobierno”.
Si se quiere una solución más rápida, sin embargo, Gutiérrez aconseja bajar el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) al diésel, una medida que ya había sido ofrecida por Keiko Fujimori en su campaña presidencial con notorias críticas.
Para Gutiérrez se trataría, empero, de una medida menos onerosa que el uso del FEPC.
“El Gobierno debería disminuir el ISC para compensar el aumento obtenido por la recaudación del IGV. ¿En cuánto? Es una cuestión de echar números en vez de ir al FEPC, porque, más allá de que éste deriva en subsidio, termina impactando a los importadores y refinadores”, advierte.
Cabe señalar que la inclusión del GLP envasado en el FEPC sólo consiguió evitar el alza de su precio por un mes. Desde octubre éste ha vuelto a subir, y se teme que romperá récords históricos en el país. ¿Igual sucederá con el diésel?