Los precios de los hidrocarburos líquidos continúan en aumento a pesar de los esfuerzos del gobierno por contenerlos.
El uso del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) y la exoneración del ISC al diésel y las gasolinas más contaminantes ha ralentizado, pero no frenado, el costo de estos energéticos para el público.
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Ante ello, el presidente Pedro Castillo anunció en televisión nacional el pasado 12 de junio que su gobierno hará un nuevo esfuerzo para contrarrestar esta subida involucrando a Petro-Perú en el proceso de venta minorista con grifos propios.
GRIFOS ASOCIADOS
Y es que, contra lo que usualmente se cree, la petrolera estatal posee solamente un grifo de su propiedad, localizado estratégicamente en el centro de Iquitos (Petrocentro Río Amazonas).
El resto, cerca de 700 con su logo en todo el Perú, pertenecen a privados con los cuales ha firmado contratos de suministro, lo cual es “una práctica común delas petroleras integradas en el Perú y el mundo”, apunta Gustavo Navarro, ex gerente comercial de Petro-Perú.
Para el Ejecutivo queda claro, sin embargo, que la estatal puede y debe tener grifos propios para expender en ellos combustibles más baratos y contribuir a un descenso general de los precios.
Por eso, el mandatario señaló que se iba a reunir la semana pasada con el presidente de Petro-Perú, Humberto Campodónico, para “hablar y finiquitar” este asunto.
Al momento de esta publicación, Día1 supo de buena fuente que esa conversación no había tenido lugar aún, pero que posiblemente se concretará esta semana.
¿Pero tiene sentido que Petro-Perú adquiera grifos propios para bajar los precios de los combustibles?
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PROPUESTA BAJO LUPA
Para César Gutiérrez, ex presidente de Petro-Perú, se trata de “una propuesta innecesaria”, en primer lugar, porque para influir en los precios hace falta tener una posición dominante en un mercado conformado por más de 4.600 estaciones de servicio a nivel nacional. Algo que la estatal no posee.
Y, en segundo lugar, porque esta no tiene dinero para comprar grifos.
“Implementar una estación de servicio competitiva cuesta entre US$800 mil y US$1 millón, incluyendo el terreno. Para tener una posición de dominio hace falta, entonces, dinero y una presencia significativa en un mercado muy grande de estaciones de servicio”, señala Gutiérrez.
A ello se agrega un tercer factor no menos determinante, y es que un grifo necesita ser emplazado en un lugar estratégico y con alto tránsito, una condición que deja a Petro-Perú sin oportunidades porque “esos lugares ya han sido copados en Lima por las demás cadenas”, añade el especialista.
Por si todo ello fuera poco, existe otro factor que el Gobierno ni Petro-Perú pueden controlar, y es el galopante precio del crudo, un problema que se ha agudiza por la reapertura de la economía mundial tras la pandemia, la guerra en Ucrania y el advenimiento del ‘driving season’, la estación de alto consumo de combustibles en el hemisferio norte (invierno boreal).
“Los grifos, sean de Petro-Perú o de privados, igual van a ser afectados por esta situación, en el Perú y en todo el mundo”, anota Navarro.
¿Qué hacer entonces?
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OTRAS SOLUCIONES
Trascendió que Petro-Perú mira con buenos ojos la posibilidad de tener grifos propios, pero no para influenciar en los precios de los combustibles, porque eso será imposible.
El objetivo sería afianzar la integración vertical y fomentar la competencia
“Que Petro-Perú tenga algunos grifos podría disuadir la formación de carteles por la venta de GLP y GNV como ha ocurrido en años anteriores, pero eso no resuelve el problema de los altos precios”, señala Navarro.
Una solución inmediata, en opinión de César Gutiérrez, sería que Petro-Perú aproveche su posición en el mercado para llegar a acuerdos con sus grifos asociados, conviniendo un precio por zona o distrito.
Es sabido, por ejemplo, que uno de los grifos más barato de Lima es uno asociado a la estatal, llamado Smile, en el distrito de Ate.
Pero ocurre lo contrario en San Isidro, donde el grifo de Petro-Perú es uno de los más caros de la zona, algo contra lo que esta no puede hacer nada porque “es un grifo privado”, apunta Navarro.
“Lo mejor que puede hacer Petro-Perú, entonces, es seguir una política de precios baratos sectorizada. No necesitas ser propietario de grifos para llegar a acuerdo con tus clientes, porque los abasteces a un precio preferente”, explica Gutiérrez.
La otra solución para el mediano plazo es la masificación del gas natural de Camisea, único combustible en el Perú que no está expuesto a los vaivenes de los factores externos, una propuesta que defienden la mayoría de los especialistas consultados para este artículo.