El panorama de inversiones para el 2024 presenta, como es usual, oportunidades y riesgos que vienen marcados por el contexto económico global, el avance de las nuevas tecnologías y las tensiones geopolíticas actuales. Por el lado de las oportunidades, debemos destacar que actualmente enfrentamos un entorno idóneo para la renta fija, especialmente la de alta calidad crediticia, ya que las tasas de interés han venido alcanzando niveles máximos que no veíamos hace 15 años.
Adicionalmente, con la inflación hoy ya en descenso, el consenso de mercado asigna una probabilidad de casi 60% a que en junio se inicie el ciclo de recortes de la tasa FED. Este escenario, si bien eleva el riesgo de reinversión para aquellos que sólo invierten a plazos cortos, puede resultar en ganancias de capital para aquellos que inviertan a plazos más largos, buscando asegurar las tasas altas actuales por mayor tiempo.
Por el lado de la renta variable, tras un espectacular 2023 y un muy buen inicio del 2024 para los principales índices bursátiles, vemos que el valor agregado de las bolsas mundiales se encuentra cerca de su media histórica, con la excepción del S&P 500, que en los últimos días ha alcanzado máximos históricos.
Estas alzas han sido impulsadas principalmente por la inteligencia artificial y la automatización que se espera transformarán industrias, particularmente las de salud, tecnología y manufactura. Aunque un escenario de reducción de tasas genera un entorno favorable para seguir viendo alzas en renta variable, las actuales valorizaciones dejan unas expectativas de rentabilidad más moderadas.
Ante la incertidumbre en la que siempre operamos, lo más recomendable al invertir es tener un enfoque disciplinado, un plan a largo plazo y una cartera bien diversificada en activos de renta fija y variable que responda a nuestro perfil de riesgo. Para el 2024 recomendamos sobre ponderar la renta fija, particularmente la de alta calidad crediticia, ya que, en términos de rentabilidad esperada ajustada por riesgo, se ve más atractiva que la renta variable. Recomendamos también alargar el plazo de inversión en renta fija para aprovechar el contexto actual de tasas altas.