Securitas Perú apuesta por un modelo de negocio híbrido, en el que hace sinergia el foco tecnológico y el personal calificado en seguridad- en línea a su estrategia global- con sus casi mil clientes. Pedro Bellatin, gerente general de la compañía de seguridad privada, comenta los efectos que este cambio tuvo en su rentabilidad, cómo observa al sector de inversión privada en este momento, tras la pandemia, y los riesgos que hoy generan inquietud a las empresas en nuestro país.
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—¿Cómo ha sido el año 2022 para Securitas Perú?
Ha sido totalmente ascendente. Sobre todo en lo que procuramos hacer que es promover la incorporación tecnológica en nuestros modelos de tecnología y bien acompañada del factor humano especializado. Esa combinación adecuada resulta ser muy eficiente y agrega más valor en seguridad. Y en eso estamos nosotros a nivel global. Nuestros clientes globales como Amazon, Linkedin o Google esperan que en todas partes del mundo les brindemos las mismas soluciones que en su casa matriz.
—El foco en la tecnología que iniciaron hace unos pocos años en el Perú, ¿representa ahora una parte mayor de su modelo de negocio?
La evolución a nivel local es exponencial. Sobre todo a raíz de que la compañía ha comprado la empresa de tecnología Stanley Security que opera a nivel global, por US$3.200 millones, el año pasado. Hemos empezado el proceso de sinergias, es por esto que en el Perú, hemos crecido más de 100% en todo lo que es el negocio de tecnología para seguridad privada, que es donde estamos enfocados. Tenemos cerca de 10 líneas de negocio con tecnología incorporada: vigilancia especializada, patrulla especializada con tecnología, entre otras.
—¿Qué beneficios ha traído esta compra al Perú?
Ya veníamos digitalizados hacia adentro y ahora hemos fortalecido tremendamente los servicios hacia los clientes, dando un salto mayor. Esta compra vino con un montón de clientes globales, con contratos permanentes y fábricas de tecnología. Por eso para el próximo año esperamos un crecimiento de más del 50% en la cartera de tecnología de nuestros servicios. Al cliente le vendemos tecnología o se la damos en ‘renting’, de acuerdo a lo que necesitan. Por ejemplo, en el caso de los aeropuertos, los servicios vienen con operadores de rayos x, personas entrenadas por encima de un vigilante normal, con simuladores para que visualicen imágenes de diferentes ángulos. Todo un sistema de cámaras desde que la persona va al ‘counter’ hasta que la maleta llega al avión.
—¿Los servicios de tecnología se adaptan a medida del cliente?
Correcto, cada cliente, así sea del mismo rubro, tiene un modelo de seguridad distinto. Se hace una evaluación de riesgos, a través de una plataforma, al cliente se le enseña claramente su diagnóstico y ahí viene la propuesta de personal calificado y de tecnología para cada cliente y cada lugar. Al hacerlo así, suele resultar que se necesite menos gente que en un sistema tradicional. Si en este necesitabas 10 vigilantes, en nuestro esquema pueden ser cinco. Y estas herramientas digitalizadas le proporciona estadísticas potentes al cliente, como incidencias, tendencias, entre otras.
—Para ello, ¿cuánto están invirtiendo por año?
No nos hemos puesto un tope de inversión, puede ser un promedio de US$5 millones a US$8 millones anual. Va a depender de los proyectos que desarrollemos con los clientes y del tamaño que tengan. Si el cliente quiere comprar la tecnología, no entra en esta cifra que te comento. En momentos de mayor estabilidad del país, el cliente prefiere que nosotros hagamos la inversión y firmamos un contrato de entre tres a 10 años, según el tamaño. El cliente no pone un sol y solo nos paga un ‘fee’ mensual. En los últimos dos años, y más la pandemia, que hubo mucha inestabilidad, tanto global como local, el cliente ha preferido comprar la tecnología para no firmar contratos de mediano plazo.
—¿Los contratos suelen ser de 3 a 10 años?
En promedio 4 años. Otros, por el nivel de inversión, pueden ser de 6 o hasta 10 años, y dependiendo del tipo de equipos. Si se requieren equipos más pesados, si van a estar establecidos en algunos lugares. Además, también le hacemos mantenimiento preventivo y correctivo, a través del ‘renting’.
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Inversión en seguridad
—¿Los clientes han regresado después de la pandemia? En el 2020 indicaron que hubo una contracción por el contexto.
El mercado de seguridad privada en general es casi el mismo, no crece porque no hay inversión privada, no salen los nuevos proyectos de inversión. Así que sigue siendo el mismo, crece a 3% anual, pero tienen un gran potencial en términos de ofrecerle estos soluciones que integran la tecnología y factor humano calificado. Todas las empresas están necesitando este tipo de esquemas y tiene un último ‘pushing’con las situaciones que vivimos en el país en las últimas semanas [vulneración de algunas instalaciones de empresas], por lo que hay mayor preocupación, y eso va escalando en las empresas. Para decisiones de seguridad normalmente interviene el ‘middle management’, áreas de tecnología, operaciones de seguridad. Ahora, con lo sucedido, esto escala a nivel de la gerencia general. Toman más interés en la protección de su operación y no solo en una instalación sino en la distribución de sus productos.
—Durante esas semanas, ¿hubo mayor interés de las empresas en buscar nuevas soluciones de seguridad o invertir más en el cuidado de sus activos? ¿Alguna toma ocurrió con algún cliente de Securitas?
Sí, durante esta etapa se han reforzado los servicios, porque cuando tú estableces un modelo de seguridad es para condiciones normales. Cuando estas escapan de lo normal, se tiene que reforzar el modelo. Dependiendo a la zona donde opera el cliente se han tomado previsiones mayores y hemos incorporado más servicios. Además, vimos una mayor disposición de los clientes por volver a revisar los proyectoss. En los últimos dos meses hemos tenido muchas reuniones con clientes, donde hay interés de la gerencia general por proteger el activo porque hay un concepto muy importante de continuidad del negocio, que entra a tallar mucho más en momentos críticos como los que hemos vivido. Y creo que todas las empresas lo han percibido de una manera más fuerte ahora.
—Hasta el 2019 las empresas destinaban entre el 0,5% y 2% de su presupuesto en seguridad, ¿eso ha cambiado con los nuevos riesgos que han surgido con la pandemia y la convulsión social?
Sí, diría que se mantiene en esos estándares. Hay algunas que invierten 0,5% pero hay otras que, dependiendo del tipo de negocio y producto, tienen que invertir un poco más por el nivel de riesgo que tiene. Es distinto en una planta envasadora de gas que en otro lugar donde se produzcan otro tipo de bienes. Lo que sí veo es una mayor preocupación por tener mayor seguridad por si se empieza a escalar sobre ese nivel de ratios de riesgo. El gran reto que tenemos como empresa de servicio es dar eficiencias y buscar economía.
—¿Qué sectores han sido más ávidos en adquirir este modelo híbridos y a cuáles les costó más?*
En todos los sectores, aviación, por ejemplo, con niveles de seguridad altos, que se tienen que seguir elevando. En minería también, ‘retail’, cuando vayas a alguna tienda vas a ver que hay tecnología.
"Nuestra facturación pasó de US$100 millones a US$60 millones, pero con más rentabilidad que antes".
—¿Cuántos clientes tiene Securitas?
Cerca de mil clientes, de todo tamaño. Tenemos un poquito menos de clientes hoy porque, por decisión de la empresa, en el 2019 salimos de algunos contratos, dado que no se daban las condiciones para nuestro sistema híbrido, así que decidimos salir y quedarnos con los clientes que sí creían en este modelo. Como empresa no le damos tanto valor si solo el cliente pide una vigilancia básica, donde no se puede implementar tecnología, eso nos amarraba un poco y no nos dejó expandir el servicio hacia los niveles que tenemos a nivel global.
Inversión y clientes rentables
—A pesar de estos clientes menos, ¿han podido mantener el rango de facturación que tenía la compañía de alrededor de US$100 millones?
En número de clientes no fueron muchos, pero hemos sacado contratos muy grandes que eran intensivos en mano de obra, ya que decidimos enfocarnos hacia el nuevo negocio que la compañía busca a nivel global. Así, nuestra facturación pasó de US$100 millones a US$60 millones, pero estos tienen la misma rentabilidad y un poco más que antes. Además, con la misma cantidad de ‘staff’ operativo atendemos a menos clientes y están más satisfechos. Toda esta cartera produce lo mismo de lo que producía una más grande, en términos de negocio, rentabilidad y eficiencia.
—Ha sido una reducción importante en facturación, ¿cómo han logrado aumentar la rentabilidad pese a ello?
La rentabilidad ha aumentado porque las empresas que no iban por el camino que estamos siguiendo eran empresas que no eran muy rentables para nosotros. Cuando quitas esos pesos a una compañía, vuela. Hoy producimos, en términos de rentabilidad bruta, lo mismo que producíamos antes, con menos clientes. Queremos tener más clientes, sí, pero de ciertas cualidades. La empresa apostó por el mediano y largo plazo, y hoy estamos muy satisfechos con lo que estamos cosechando, porque ha sido una decisión difícil que a veces uno tiene que tomar. Los clientes que están entrando ahora ya nivelaron a los que salieron, no en volumen pero sí en la rentabilidad que proveen y son clientes que creen en este modelo de negocio. Esta es una forma de diferenciarnos.
—Se están concentrando en clientes que permitan rentabilidad con el nuevo enfoque.
Así es, somos muy selectivos en cuanto al tipo de cliente, la fuerza de ventas está preparada para ofrecer ese tipo de servicio. Muchas veces nos retiramos del proceso porque vemos que está muy enfocado al servicio tradicional. Y eso nos ha permitido ofrecer mejor proyectos a los clientes. Antes cotizábamos 1500 proyectos al año, al concentrarte en cotizar una cantidad menor de proyectos le imprimes mayor calidad y valor agregado al proyecto.
—¿Este cambio implicó una reducción de los guardias que tenían antes?
Claro, teníamos cerca de 7 mil guardias y ahora son 4 mil, que cuentan con sistemas de capacitación, e -learning reforzando lo que había antes.
Proyecciones para Securitas y el sector
—¿Cómo se proyecta el 2023 para Securitas?
A Securitas le veo mucho potencial por la respuesta de los clientes. Solo por nuestros clientes actuales y proyectos está definido el crecimiento de 50% en negocios con tecnología. No considera los nuevos clientes que puedan venir. A nivel de todo Securitas, crecimos un 5% en ventas en el 2022. Esto, luego de un 2020 complicado por la pandemia. Nos recuperamos en el 2021 y en el 2022 duplicamos las ganancias del año anterior, por nuestros nuevos proyectos con actuales clientes, la digitalización de los servicios y nuestros programas de eficiencia. Aún hay mucho por hacer, las empresas recién están abriendo los ojos a la tecnología. Quizá ante el riesgo, que también es un factor determinante, las empresas estén pensando en cuidar la continuidad de su negocio. Dejar de operar días es un crimen para ellas.
—¿Un riesgo que quizá se había perdido de vista en varios sectores en los tiempos de estabilidad?
Claro, todas las empresas tienen planes de continuidad de negocio, ellas nos exigen tener planes de continuidad de negocio para que ante una situación grave el negocio pueda continuar. Una cosa es hacerlo en un país estable y otro cuando no es así. Creo que esto nos ha sacudido como para ser más conscientes de revisar planes de negocio y ponerlos en situaciones que han pasado, que no habían pasado hace tiempo. Las empresas tenemos que estar alertas siempre para asegurar la continuidad del negocio.
"El concepto de la continuidad del negocio entró a tallar mucho más en momentos críticos como los que hemos vivido".
—Comentaron en algún momento la posibilidad de entrar a estacionamientos, ¿se mantiene?
No descartamos nada, pero no es el foco. El ‘core’ para nosotros es crecer en tecnología o comprar empresas de tecnología. Pero ya hicimos una compra global inmensa, por lo que creo que hay tantos negocios entre manos, con nuevos clientes llegando, que vienen de esa adquisición, por lo que estamos muy entretenidos con eso.
—¿Para el 2023 se mantendría la inversión de US$5 millones a US$8 millones?
En condiciones normales, sí. Es lo que hemos presupuestado. Pero no tenemos un límite ahí, si se presentara un proyecto más importante, estamos dipuestos a hacerlo, y ahí la cifra podría variar sustancialmente. Seguimos en el promedio que te mencionaba pero habrá que ver cómo vienen los proyectos privados de nuestros clientes.
—¿Cómo estima que el sector de seguridad privada se desempeñe en el 2023?
Consideramos que el sector crecerá, probablemente, entre un 2% a 3%, a la par de la economía del país. En estos momentos en Perú hay pocos nuevos proyectos de inversión privada, sin embargo, todos los clientes del mercado actual siempre buscan nuevas alternativas eficientes y es ahí donde se generan grandes oportunidades en el segmento de los servicios especializados y de la tecnología.
—¿Cuál es la posición de mercado de Securitas?
A nivel mundial, nuestro ‘market share’ es cercano al 15%. Somos los segundos jugadores del mercado global en los servicios de vigilancia especializada con 350,000 empleados y, recientemente, con la adquisición de Stanley Security, quizás entre los primeros o segundos en el mercado global de la seguridad electrónica. En el Perú, dado nuestro modelo de negocio, estimamos un 5% del ‘market share’. En este mercado hay muchas empresas y una alta cuota de informalidad.
—¿Cuál es el plan de Securitas al comprar vehículos electrónicos para sus operaciones?
En Securitas nos hemos propuesto como objetivo global, hacia el 2030, lograr cero emisiones. En el Perú, desde el 2021 ya contamos con algunos vehículos eléctricos en Lima, estimamos migrar a inicios del 2023 hasta un 30% del total de nuestra flota.