Integrantes del equipo bicolor celebrando. (Foto: Twitter de la selección peruana)
Integrantes del equipo bicolor celebrando. (Foto: Twitter de la selección peruana)
Claudia Inga Martínez

En estos últimos meses, la fiebre mundialista tras la clasificación de la a ha generado que este año más empresas de diferentes categorías apuesten por los patrocinios deportivos. Más allá de las fieles Backus o Coca-Cola, que tienen varios años con la selección, sectores como la banca se han visto atraídos de alguna u otra forma por el fútbol. En particular, por la selección. Y esto es solo el principio.

"Actualmente, hay 16 sponsors asociados de alguna manera a la Federación Peruana de Fútbol (FPF), ocho a Rusia 2018 y estimamos que por lo menos 25 marcas estarán asociadas a jugadores de la selección peruana en los próximos meses", proyectan David Ruíz y Julio Medina, directores de la agencia de marketing deportivo Inyogo.

No exagera. Hasta el momento, Paolo Guerrero está junto al BCP, Christian Cueva con Caja Trujillo, Aldo Corzo va con Caja Ica y Renato Tapia y Edinson 'Orejas' Flores con Scotiabank y Gatorade. Además, claro, el BBVA con la FPF.

En este punto, comentan los especialistas, será clave la forma en la que se activen dichos patrocinios para conectar adecuadamente con los consumidores y posicionarse por encima de sus competidores.

Adicionalmente, existirán muchas marcas que simplemente usarán al fútbol dentro de sus campañas. Ya sea que las empresas cuenten con un patrocinio o no, a lo largo del 2018 habrá muchas marcas hablándoles a los consumidores de forma muy parecida.

"Es aquí donde el trabajo de las agencias de marketing deportivo será clave para diferenciarse en el mercado y poder cumplir con los objetivos de la marca" sostienen.

En el mundo, el patrocinio deportivo mueve alrededor de US$70 mil millones anuales y mantiene un crecimiento anual del 4%.

En el Perú, la industria todavía se encuentra en una etapa inicial, en la que todavía no son muchas utilizando plataformas deportivas para llegar a sus consumidores pero a raíz del mundial se está activando.

Sin embargo, todo el trabajo debe empezar por las llamadas propiedades deportivas (atletas, clubes, federaciones).

"Los atletas, deben entender que hay un trabajo por hacer con respecto a su imagen y al conocimiento del público que los sigue. Lo mismo pasa con las Federaciones y Clubes, que deben generar activos interesantes y conocer profundamente a sus seguidores para que las marcas decidan apostar por ellos. Por otro lado, en el mundo corporativo cada vez hay más herramientas de medición y las marcas buscan que sus inversiones sean rentables", agregan Ruíz y Medina.

EFECTO DEPORTE

Para Inyogo, el mundial ha potenciado también el interés de practicar deporte, incluso más allá del fútbol. No solo en una práctica deportiva de manera particular sino que también por el lado corporativo: las compañías han visto la oportunidad de aprovecharlo como una herramienta para impactar en sus colaboradores.

En la región, apenas el 5% de las empresas ofrecen programas de deporte, salud y bienestar a sus trabajadores, cifra que dista mucho del 23% en Europa o del 50% en Estados Unidos. Los beneficios en términos de satisfacción y aumento de productividad son importantes.

"Las empresas ven al deporte como un aliado relevante para campañas de incentivos y marketing relacional", sostiene.

Ante ello y viendo el potencial de crecimiento de este segmento, Inyogo (que representa a deportistas como André Carrillo o Christian Benavente) ha sellado una alianza con la empresa española Sportsnet para desarrollar estos programas también en la región y, sobre todo, en el Perú.

Con esta unión, servicios como clubes de corredores, personal trainer online, entre otros serán parte del portafolio de Inyogo para el deporte corporativo.

De acuerdo a sus cálculos, en una década, el deporte corporativo podrá llegar a escalar a más empresas y alcanzar el 23% del mercado que tiene en Europa.

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