Juan Saldarriaga

La ilusión de que el Perú se convierta en una nueva Meca para la exploración de hidrocarburos - al estilo de Guyana - se diluye a ojos vista. La semana pasada, la filipina Pitkin dio a conocer una noticia desalentadora: el abandono de la actividad exploratoria en el lote Z-38 (mar de Tumbes), considerado el proyecto más ambicioso del sector petrolero peruano por su elevada complejidad e inversión: “más de US$3.000 millones”, según estimaciones del Ministerio de Energía y Minas.