Aunque conforman una fecha clave del calendario turístico del Perú, las Fiestas Patrias, que se celebrarán este fin de semana, no despiertan altas expectativas en el sector turismo de nuestro país. Por ahora hay, entre los empresarios de esta actividad, un moderado entusiasmo sobre los resultados que dejarán estas festividades. Hay mesura.
Según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), durante este fin de semana largo se desplazarán alrededor de 1,4 millones de viajeros dentro de nuestras fronteras, lo cual generará un movimiento económico de US$178 millones, en promedio. “Estamos jugando todas nuestras cartas para promover los viajes [estos días]”, ha dicho al respecto el titular de la cartera, Juan Carlos Mathews.¿Qué tan buenos serán esos números?
Si se toma como referencia la dinámica de las Fiestas Patrias antes de la pandemia del COVID-19, se puede colegir que, en promedio, estas celebraciones movilizaron a 2 millones de viajeros y generaron US$200 millones en ingresos el 2019, según reportó la Cámara Nacional de Turismo (Canatur) aquél año. Eso quiere decir que, en primera instancia, los resultados de este 2023 estarían al 89% de lo logrado en la prepandemia.
Sin embargo, que dicha estimación se concrete esta vez depende de muchos factores, como explica el CEO de la cadena de hoteles Casa Andina, Juan Stoessel. “Este mes hemos tenido el preámbulo de las marchas del 19 de julio, que aunque no han sido graves, sí han generado un impacto en las reservas de los viajeros, y el sector ha sufrido algunas cancelaciones”, indica el ejecutivo.
Como si no fuera suficiente con eso, el turismo tendrá que lidiar, este fin de semana, con la amenaza de nuevas marchas, tras conocerse que la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) ha convocado a otros sindicatos para más protestas, justamente en los días 27, 28 y 29 de julio.
“Esto afecta sobre todo a la decisión de viaje del turista peruano, pues suele comprar su boleto o paquete con muy poca antelación, y si hay alguna amenaza de paros o marchas, va a evitar ir a los lugares donde habrá problemas”, comenta Enrique Quiñones, CEO de la agencia Viajes Pacífico y presidente de la Asociación de Operadores de Turismo Receptivo e Interno (Apotur).
En cuanto al turismo receptivo, conformado por los viajeros que llegan del extranjero al Perú, la figura es distinta, prosigue Quiñones, pues ellos adquieren sus ‘tours’ varios meses antes, y dependerá de la gravedad de las cosas para que decidan cancelar.
En ese contexto, vale decir que estos días serán fundamentales para el sector. “Esperamos que esta semana, que es tan importante para cerrar el mes, podamos conseguir más reservas, y llegar a números bastante decentes”, refiere a su turno Stoessel. La esperanza de todos en esta actividad es que no se concreten más marchas o que su efecto sea menor, como ha sido el caso del pasado 19 de julio.
Todo lo dicho, sólo respecto al ítem de la convulsión social. Igual de relevante es el factor de la crisis económica global y local, y la correspondiente inflación en nuestro país, que también influye en la decisión de viajar.
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LOS DESTINOS MÁS REQUERIDOS
En este punto vale señalar que, según la proyección de Promperú para los viajes domésticos en el segundo y tercer trimestre del año, los destinos más demandados en estas fechas serán Cusco, Cajamarca, Arequipa, Piura y Lima (como se puede ver en la infografía).
Sin desmedro de ello, es importante mencionar que, considerando que la capacidad de gasto de los viajeros puede estar mermada este año, también habrá una demanda por los llamados destinos de ‘corto radio’, es decir, por las salidas hacia lugares vecinos o cercanos a las residencias de los turistas, como anota Omar Narrea, profesor de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico (UP).
“Este 2023 el turista que más viajará, el mayoritario, será limeño, y también veremos turistas regionales que se movilizarán hacia localidades contiguas”, comenta Narrea. Añade que, si uno toma como referencia la capital, podemos hablar de destinos como Paracas o Lunahuaná, en el sur, Canta, al norte, u Oxapampa, hacia el centro.
El profesor de la UP también sugiere no perder de vista la dinámica que habrá en destinos como Tarapoto y Tingo María, en la selva, y Ayacucho, en la sierra sur.
Precisamente hablando de la selva, y de algunas localidades del norte del Perú, todos los expertos citados en este informe han coincidido en la afectación que generó el dengue en estos destinos, un problema que, indican, se ha mitigado, pero que podría seguir siendo decisivo a la hora de elegir dónde no ir en estas Fiestas.
“Es verdad que los índices de dengue han bajado bastante en esas localidades, pero todavía hay una afectación”, explica Stoessel.
EL APORTE INTERNACIONAL
Una de las razones por las que julio es un mes clave en el calendario turístico del Perú, además de las Fiestas Patrias, es que también coincide con la temporada alta del turismo receptivo hacia nuestro país, recuerda a Día1 Rafael Zacnich, gerente de Estudios Económicos de la Sociedad de Comercio Exterior (Cómex).
Para tener una idea del impacto de este ‘canal internacional’, el ejecutivo precisa que, sólo en julio del 2019, llegaron al país 412.415 turistas internacionales, cuando el promedio mensual ese año era de 364.316 turistas arribados del exterior.
Superada la pandemia, el mercado receptivo se ha ido recuperando, pero con lentitud, de tal modo que en julio del año pasado llegaron 235.754 viajeros internacionales, apunta Zacnich. ¿Qué se espera este mes?
En ese ámbito, el del receptivo, no se puede garantizar que este mes se volverán a conseguir los resultados de julio del 2022.
“Podríamos observar cifras similares a las del año pasado, o inclusive números inferiores, en caso existan factores ajenos que afecten el normal desarrollo de la actividad turística, como el bloqueo de vías, o, peor aún, la toma o cierre de aeropuertos”, señala Zacnich.
El ejecutivo acota que los mejores resultados se alcanzan en un escenario de estabilidad política y social.
“Ya hemos observado cómo el avance en la recuperación del turismo se frenó durante los primeros meses de este año, por las protestas, que conllevaron al anuncio de ‘global warnings’, sugiriendo no visitar el país, lo que provocó un retroceso en la recuperación del sector”, da cuenta el especialista de Comex.
Ya mirando a mediano y largo plazo, la proyección del Mincetur es alcanzar las cifras prepandemia, en cuanto al turismo internacional, todavía hacia el 2026, una estimación que nos recuerda el limitado avance que se ha logrado en la recuperación del mercado receptivo que nos visita, que a la fecha aún no logra ni la mitad de lo registrado en el 2019, cuando arribaron 4,4 millones de turistas del exterior.
En ese escenario, las Fiestas Patrias son muy relevantes, como indica Stoessel. “No conseguiremos los número de la prepandemia, pero igual será una buena semana de turismo, y eso es clave para que las empresas del sector, de todo tamaño, podamos respirar un poco”, finaliza.
BONNUS TRACK: MACHU PICCHU Y UN AFORO QUE NO CUADRA
La recuperación del turismo, a nivel doméstico y receptivo, depende sin duda (entre otros factores), de cómo le vaya al complejo arqueológico de Machu Picchu, destino ‘ancla’ del Cusco y del Perú, debido a su condición de ‘maravilla del mundo moderno’ y a su popularidad a escala global.
Por ello, la discusión en torno al aforo que debe permitir cobra relevancia, dado que no pocos expertos del sector están sugiriendo que este aforo se amplíe con urgencia.
Enrique Quiñones, CEO de la agencia Viajes Pacífico y presidente de la Asociación de Operadores de Turismo Receptivo e Interno (Apotur), sugiere que las visitas a Machu Picchu se amplíen, por ejemplo, a un límite de 7.000 al día. Hoy el tope es de 5.000 recorridos diarios.
El pedido de Quiñones se enmarca en un contexto en el que las empresas de turismo del país han tenido problemas con las reservas de viajes al Cusco y a Machu Picchu, debido a que el Ministerio de Cultura (Mincul) ha informado, a inicios de este mes, que las entradas al complejo arqueológico están agotadas hasta agosto.
Sobre este problema también se ha manifestado Juan Stoessel, CEO de la cadena de hoteles Casa Andina. El ejecutivo ha explicado recientemente en una columna publicada en Perú21, que el fondo del impase del aforo en Machu Picchu tiene que ver con la decisión del Mincul de otorgar 1.000 entradas diarias a Machu Picchu Pueblo, para que este distrito asuma la venta directa de estos ‘tickets’.
Dicha decisión, a juicio de Stoessel, no sólo afecta la comercialización de paquetes turísticos al ‘Ombligo del mundo’, sino que genera informalidad en el sector, dado que la venta directa puede prestarse para estafas o corrupción.
De hecho, afirma el CEO de Casa Andina, el método de venta digital que se ha venido utilizando es el más adecuado para los turistas, pues les permite adquirir sus boletos a Machu Picchu con previsión y viajar al destino con la seguridad de poder visitarlo.
Ampliar el aforo, coinciden Quiñones y Stoessel, pasa por abrir nuevos accesos al complejo, algo que no se ha hecho, pese a que es un pedido de años en el sector.
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