Desde el 2010, el Grupo Unacem ha preparado su camino a la carbono neutralidad, cuando por primera vez calcularon su huella de carbono en el Perú y Ecuador, explica Julia Sobrevilla, directora de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad del Grupo Unacem.
Luego de14 años han publicado por primera vez la Hoja de Ruta Corporativa al 2030, en la que el hito principal es la reducción de 107 kg. de CO2 por tonelada cementicia al 2030 en todas sus operaciones. Es decir, bajar de 607 kg. de CO2 por tonelada cementicia producidas, a 500 kg. de CO2 para dicho año. Además, tienen como meta alcanzar la carbono neutralidad en el 2050.
Esta reducción será paulatina. En el 2023, Unacem logró reducir 5 kg de CO2 por tonelada cementicia. Y, este año, la empresa se ha propuesto reducir en total 6 kg. En el 2025 la meta es de 21 kg, en el 2026, 16 kg; en el 2027, 22 kg; en el 2028, 11 kg; en el 2029, 15 kg; y en el 2030, 21 kg.
Suponiendo que al 2030 se produce la misma cantidad de cemento que en la actualidad, es decir 11,3 millones de toneladas, y que un árbol captura 20 kg de CO2 por año, al 2030 Unacem habría evitado emitir 1,3 millones de toneladas de CO2, lo que habrían capturado 63,3 millones de árboles en un año, explica Carlos Adrianzen, gerente de Sostenibilidad, Seguridad y Medio Ambiente de Unacem.
El Dato: En superficie, esos 63,3 millones de árboles equivalen a más de la mitad de la superficie de Lima Metropolitana, asegura Adrianzen.
Para lograrlo, trabajarán en cinco pilares específicos: reducción del clínker (producto granulado obtenido por calcinación de caliza y arcilla, y utilizado en la fabricación de cementos), uso de combustibles alternativos, eficiencia eléctrica y térmica, captura de carbono y compensación, e innovación y desarrollo.
El cemento se produce principalmente utilizando piedra caliza, cuya composición incluye hidrógeno, oxígeno y carbono. Para producir el cemento se calienta la caliza, la cual se calcina a muy altas temperaturas (que oscilan entre los 1.350 y 1.450ºC). De este proceso se obtienen las piedras clínker en forma de gránulos, de entre 0,5 y 25 mm, principalmente. Es decir, tiene doble generación de CO2 al ser producido: por su naturaleza y por la temperatura.
En aras de reducir la huella de carbono que busca lograr el Grupo Unacem, se necesita limitar el uso de clínker. Para ello, la empresa tiene previsto invertir US$300 millones hasta el 2030, monto que podría variar o incrementarse según la implementación de los procesos, explica Carlos Adrianzen, gerente de Sostenibilidad, Seguridad y Medio Ambiente de Unacem.
Para que las pidras del clínker nazcan, la calcinación de la caliza por su composición química emite CO2. Además, los hornos tienen que estar a muy altas temperaturas, lo que genera un doble efecto de generación de CO2 (como se explica en el cuadro superior)
Entonces, ¿cómo lograr una menor emisión de CO2? La respuesta, según Sobrevilla, descansa en los procesos industriales y la utilización de otros elementos que se pueden agregar al cemento.
“Hay materiales naturalmente que ya son calcinados y que ya no tienen el CO2. Por ejemplo, todo el material que viene de volcanes, como por ejemplo la puzolana, no tiene CO2 de manera natural. Todas aquellas plantas que se encuentran alrededor de volcanes, como la nuestra en Otavalo (Ecuador), tienen puzolana. El cemento que se hace en el sur del Perú también (lo tiene), porque hay volcanes”, explica Sobrevilla.
Las operaciones de Perú y Ecuador, presentaron los avances más significativos en la reducción del uso de clínker, con un factor clinker del 85% y 70%, respectivamente, en sus productos.
El cemento Portland tipo 1 ha sido considerado tradicionalmente el mejor para la construcción. Este está compuesto por caliza y tiene un alto contenido de CO2.
Además, el cemento es el segundo material más utilizado en el mundo después del agua. Por ello, la producción del cemento es "brutalmente importante para el desarrollo, para construir carreteras, edificios, hospitales, casas", recuerda Sobrevilla.
Como segundo eje de su plan, Unacem destaca la utilización de combustibles alternativos y limpios en los hornos utilizados para su producción.
Por ejemplo, en el caso de Perú, las plantas de Condorcacha en Tarma y de Atocongo en Villa María del Triunfo, trabajan con el 95 y 90% de energía limpia, respectivamente. ¿Se puede llegar al 100%? Sobrevilla explica que aún no, pero esta es la meta de la compañía al 2035. “Vamos por buen camino”, asegura. Para lograrlo, explica, hay que cambiar algunas cosas en las operaciones del grupo, como por ejemplo, algunas bombas en las plantas que permitan la recuperación de la energía. Estas deben ser más eficientes.
Asimismo, el transporte híbrido eléctrico es parte de este pilar aunque, como explica Sobrevilla, es una inversión grande en Capex (gasto en capital) y está contemplada para varios años, siendo la prioridad en este momento las plantas cementeras.
El tercer eje es el de eficiencia eléctrica y térmica, lo que va de la mano con el segundo eje. En este aspecto, además, tenemos el caso de California (donde Unacem también opera), donde se utiliza como combustible alternativo la corteza del pistacho, que es calcinada en los hornos.
El cuarto eje es la captura y compensación de carbono, y el quinto, la innovación y desarrollo. Ambos se encuentran ligados estrechamente.
“La conservación para nosotros es algo crucial, es parte de nuestro compromiso y nuestra responsabilidad. Además, es una forma también de compensar el medio ambiente”, resalta Sobrevilla.
En el Perú, Unacem tiene como área de conservación privada el Santuario de Amancay y también la Reserva Paisajistica Nor Yauyos-Cochas, que provee de agua a la hidroeléctrica Celepsa.
En Ecuador, como comenta Sobrevilla, también tienen geoparques y áreas de conservación privada, aunque son más pequeñas que las de nuestro país. Asimismo, Unacem busca desarrollar proyectos de reforestación y conservación del Amazonas porque, como dice Sobrevilla, no solo quieren comprar bonos de carbono y compensar de esa forma, sino ser activos y participativos en estas soluciones.
Para lograr estos cinco pilares, están invirtiendo US$300 millones hasta el 2030, monto que podría variar o incrementarse según la implementación de los procesos, explica Carlos Adrianzén, gerente de Sostenibilidad, Seguridad y Medio Ambiente de Unacem.
Flor de Amancaes
Como parte de las estrategias para reducir y compensar la huella de carbono, el grupo apuesta por proyectos medioambientales, como la conservación de las 800 hectáreas del Santuario de Amancay, en las lomas de la Quebrada Río Seco.
En un inicio, comenta Sobrevilla, esta zona iba a ser una cantera, pero al darse cuenta de que en ella crecía la Flor de Amancaes –en peligro de extinción–, decidieron convertirla en un área de conservación privada junto al Ministerio de Ambiente.
El Santuario de Amancay forma parte de la Asociación Unacem, con la que tienen convenios con la Municipalidad de Pachacamac, la Universidad Católica del Perú, y con la comunidad local.
“El año pasado hicimos una muestra con artistas locales en conjunto con la Municipalidad de Lima, para promover el arte local y la Flor de Amancaes. Además, hemos creado un cuenta con leyendas sobre los Amancaes que hemos desarrollado con las comunidades locales y estamos trabajando en una obra de teatro, siempre involucrando a la comunidad”, comenta Sobrevilla.
Esta área, que conserva más de 90 especies de flora y 89 de fauna, es un lugar donde se puede disfrutar del econoturismo. La mejor temporada se extiende del 24 de junio al 15 de julio.
Además, en el santuario se pueden realizar actividades recreativas y deportivas. Actualmente, cuenta con tres rutas de trekking: El Huarango, Las Begonias y El Mirador, las cuales solo pueden visitarse acompañados de un guía local. Las visitas para practicar deportes como ciclismo y ‘trail running’ pueden hacerse todos los días.
El Santuario de Amancay, que tiene cerca de 800 hectáreas protegidas, puede visitarse de manera gratuita.
Los sábados y domingos puedes vistar el Santuario de Amancay y Pueblo Viejo. El servicio de visita guiada tiene un costo de S/ 60.00 por sitio y ambos S/ 100.00 por grupo máximo de 10 personas (pago en efectivo). Para ello debes inscribirte en: santuarioamancay.minisite.ai.
El 100% de este monto irá directamente al orientador que brindó el servicio, quien es un miembro de las comunidad de Lurín, Pachacámac o Santo Domingo de los Olleros.
Situación de las operaciones en el Perú
En el Perú, Unacem tiene dos plantas. La primera es la de Condorcocha, en Tarma, a 4 mil metros de altura. Se construyó en 1956 y nació con el 95% de energía limpia. Al no tener una red de energía a la cual conectarse, los ingenieros que la construyeron decidieron construir tres hidroeléctricas pequeñas alrededor de la planta. La segunda planta es la de Atocongo. Ubicada en Villa María del Triunfo, opera casi al 90% con gas natural.