“Si a usted lo ven con su botellita de agua, el portero le dirá, ‘por favor, se toma su agua o el plástico no pasa’. Así está el control en las puertas”. No se trata de un llamado de atención en la puerta de embarque de vuelos internacionales en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. Así se monitorea el cumplimiento de la política “Plástico Cero” implementada en agosto del 2018 en la Universidad Nacional San Agustín (UNSA) de Arequipa, cuenta a Día1 su rector, Rohel Sánchez.
En línea con el ODS12 (Producción y consumo responsables), la casa de estudios que este año celebra su aniversario 192, decidió impulsar el programa, tras darse cuenta de que por año entre sus pasillos se consumían poco más de 5 millones de botellas de plástico de un solo uso.
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El cálculo fue el siguiente: de las 40 mil personas que integran la comunidad académica, estimaron que la mitad usaba un envase por día, lo multiplicaron por 22 días hábiles y a esa cifra por 12 meses. “Si hablamos del compromiso con el ambiente, ¿qué estamos haciendo? Dijimos: ‘acá hay que prohibir el uso del plástico’”, justifica Sánchez.
La medida –que incluye asimismo la eliminación de cañitas y cubiertos y envases de tecnopor tipo tupper– no fue gratuita. Supuso eliminar la venta interna de agua envasada en PET e invertir unos S/100 mil en bebederos en los tres campus de la universidad (Ingeniería, Biomédicas y Ciencias de la Salud y Ciencias Sociales) y la adquisición de unos 28 mil tomatodos para los estudiantes de pregrado.
APRENDER A NO USAR PAPEL
Al plástico sumaron el papel. Es que, según estimaban, por semestre cada salón de entre 30 y 35 alumnos consumía una tonelada, que por año devenían –para las 259 aulas que posee la universidad– en unas 518 toneladas.
Para frenar su uso, en el 2017 comenzaron a crear “aulas virtuales” que integraran en la nube la estrategia de los cursos, los materiales y las evaluaciones. Así, para aprovecharlas al cien por ciento, capacitaron a los 1.650 docentes de la universidad, de los cuales la mitad tiene en promedio 50 años, a emplearlas. Ese fue uno de los mayores retos, señala Sánchez. “Estaban acostumbrados a usar herramientas o técnicas de enseñanza sobre la base del papel”, dice. También crearon tutores y, a través de los delegados de los salones, entrenaron a los alumnos, que a su vez llevan ahora el mensaje a sus familias, agrega.
Este año será clave en el éxito de este segundo pilar. No solo porque es el primero que la universidad restringe el uso de papel académico, sino porque a partir de junio esperan terminar de instalar (y que comience a funcionar) la fibra óptica y un data center en la universidad, un proyecto que demandó una inversión de S/27 millones.
“No habría ningún motivo para usar papel”, sostiene el rector, al tiempo que asegura que el sistema tendrá una ventaja adicional. Según explica, el data center creará una mayor transparencia en los criterios de evaluación y calificación de los alumnos y permitirá archivar y ordenar la evidencia generada por los estudios de investigación de los alumnos de pregrado. Dos medidas que alientan la sostenibilidad de los programas en el largo plazo.
DATO
►Invertirán S/76 millones en I+D en sostenibilidad. En EE.UU. la UNSA tiene convenios con las universidades de Purdue y Colorado. Con la primera, estamos ejecutando 21 proyectos de investigación sobre suelo, agua, energía, gestión ambiental y seguridad alimentaria. En ese marco, se creará el Instituto Nexus, que realizará desarrollo genético vegetal. Terminaremos de implementar la primera parte en junio próximo. Con la segunda, tenemos nueve proyectos de investigación en minería sostenible y vamos a crear en Arequipa el Centro de Investigación en Minería Sostenible. Este proyecto está en expediente técnico. A través del convenio con Purdue, invertiremos S/56 millones y con Colorado, S/20 millones. Rohel Sánchez.