Luego de un 2022 en el que se aprobó el retorno presencial a las aulas, las universidades buscarán acercar cada vez más la asistencia a sus campus en niveles similares a los vistos antes de la pandemia. A pesar de esto, también tendrán como estrategia la flexibilización para que puedan llevar clases a distancia en caso su situación lo amerite.
Según Juan Manuel Ostoja, CEO de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), la asistencia presencial para los alumnos de los primeros ciclos de pregrado alcanza el 70%. En ciclos avanzados oscila entre el 20% y el 30%.
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“Nosotros estamos implementando la modalidad de ‘high flex’, que combina el modelo híbrido con la flexibilidad en la educación. La idea es darle la opción al estudiante de escoger, especialmente a los alumnos de los primeros ciclos de pregrado, en qué momento pueden asistir a una clase de manera presencial o a distancia”, señala.
Para lograrlo, el próximo año la universidad continuará invirtiendo en infraestructura tecnológica y en la capacitación de docentes para tener una mejor oferta. “Hasta la fecha hemos invertido más de US$5 millones en el adecuamiento de aulas, la tecnología y capacitación docente”, agrega.
En el caso de la Universidad del Pacífico (UP), se buscará que la presencialidad tenga los mismos niveles que los previos a la pandemia, pero ofreciendo algunos componentes específicos que se realizarán a distancia.
“El pregrado exige que los alumnos estén en el campus de la universidad, la esencia es la integración, la organización, la participación. El 2023 tendrá una presencialidad como prepandemia, pero habrá algunas secciones de cursos que tendrán un componente virtual. Son la minoría, pero estarán a nivel de pregrado”, explica Miguel Bravo, director general de administración de la UP.
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Según Bravo, la principal propuesta de la universidad en 2023 se centrará en la optimización de procesos que le permita tener excedentes para reinvertir.
“Puedes tener un proceso que afecte el área financiera, el área de cobranzas, financiamiento, etc. y todas esas áreas antes funcionaban de manera aislada. Por eso invertimos en tecnología, pero no de ‘hardware’, sino de innovación”, señala.
Posgrado
En los estudios de posgrado, los centros de estudio se centrarán en el fortalecimiento de su infraestructura tecnológica para tener una mejor calidad educativa a distancia. Es el caso de la Escuela de Posgrado de la Universidad Norbert Wiener.
“Entre jóvenes de 27 o más años y adultos de mayor edad, va a haber una demanda creciente. Hemos calculado un crecimiento en el número de estudiantes a distancia para 2024 del 23% cuando en años anteriores fue del 17%”, dijo Guillermo Raffo, director de la mencionada institución.
Su inversión en 16 nuevos programas y capacitación será de US$150 mil.
A distancia
Los alumnos que realizan cursos cortos y programas de especialización también prefieren clases virtuales, afirma Bravo. Por otro lado, asegura que los estudiantes de maestrías valoran más el ‘networking’ que ofrecen las clases presenciales.