Muchas veces, el desempeño del mercado aerocomercial se asemeja a un vuelo de sucesivas turbulencias, con ascensos repentinos y caídas desprevenidas, que pueden ser fatales. Esa vorágine es parte del juego en esta industria, y quienes se dedican al negocio de las aerolíneas lo tienen claro, no hace falta una crisis como la del COVID-19 para que asuman que así es su realidad, pues lidian con otros varios descalabros: algún disparo en el precio del petróleo que afecta el costo del combustible de los aviones, o alguna guerra como la de Rusia y Ucrania, por ejemplo.
Aunque esto es así, el impacto de la pandemia en el mundo de la aviación ha sido considerado el más grave de toda su historia, y vaya que lo han experimentado en líneas aéreas como la ‘low cost’ Viva, que acaba de suspender sus operaciones en Colombia y Perú, producto —según indican— de una crisis financiera insostenible.
Lo cierto es que, cuando uno retrocede hasta febrero del 2020, justamente un mes antes de que el coronavirus estallara en nuestro país, puede comprobar la magnitud de esta tragedia dentro de Viva, que aunque no fue decisoria para su actual situación, sí que les hizo mella.
El día 13 de ese mes, el entonces CEO de Viva en el Perú, Stephen Rapp, le confiaba a El Comercio que la operación de esta línea aérea, aquí, podía convertirse “en la más importante del grupo en Sudamérica”. Más grande, incluso, que la de su matriz en Colombia.
Aquél 2020, aquél poquito del 2020 que vivimos sin la sombra del COVID-19, Rapp tenía todo a su favor para creer en lo que dijo. Viva venía de un 2019 extraordinario: habían logrado ser la segunda compañía más importante del mercado aerocomercial peruano, luego de transportar a 1,6 millones de pasajeros dentro de nuestras fronteras, tal como consta en los archivos de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).
Así, arrancaban el 2020 con el 11% del ‘market share’ local, y con planes estupendos para los siguientes meses: llegar al 20% de participación de mercado cuando acabara ese año, volando a todos los destinos troncales del Perú con 12 aeronaves, lo que implicaba duplicar su flota en ese período.
Iba a ser un 2020 de consolidación y brillo regional, no sólo para Viva, sino para la industria aérea en nuestro país, que entonces tenía seis jugadores compitiendo, dos de los cuales eran ‘low cost’: Viva y la recién llegada SKY. El Perú era uno de los mercados con más competencia en Sudamérica, superado sólo por el gigante Brasil.
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2020, EL AÑO BISAGRA
Todo eso nunca pasó. Lo que sí ocurrió fue la declaratoria de emergencia nacional —apenas un mes después de las proyecciones de Rapp— y una caída al vacío en la industria de la que todavía no se recupera. El 2020 no acabó con Viva captando el 20% del ‘market share’, sino con menos de la mitad. Ya no fue la segunda más importante del país, sino la tercera, y, por supuesto, no voló a todas nuestras rutas troncales: en noviembre de ese año nefasto, sólo volaba a tres.
“El 2020 fue fatal para el sector aéreo y marcó un antes y después para Viva en particular”, nos apunta Carlos Gutiérrez, gerente general de la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional (AETAI). Aquél año debía haber sido el del ‘vuelo crucero’, luego de un avance vertiginoso: la firma trajo el modelo ‘low cost’ al Perú en el 2017, cuando arrancaron sextos en el mercado con 305 mil viajeros transportados, y había cerrado el 2019 segunda, con casi el cuádruple de clientes. Iba en franco ascenso.
Lo que pasó después fue ir sólo hacia abajo. Viva culminó el 2020 siendo la tercera del ránking de aerolíneas en el país, bajó a ser cuarta en el 2021, y quinta en el 2022, casi con la misma cantidad de pasajeros que cuando comenzó en el 2017, con base en la data de la DGAC.
Vale decir que el año pasado, por lo menos a nivel doméstico, el mercado aerocomercial peruano ya se acercaba al 100% de recuperación, respecto de la prepandemia, una reactivación que no experimentó Viva, claro está.
Para finales del 2020, Félix Antelo, CEO del ‘holding’ Viva Airlines, le detallaba a El Comercio que el grupo había perdido más de US$100 millones en Colombia y Perú, a causa del descalabro del COVID-19, y en noviembre del 2021, ya nos adelantaba que evaluaban “soltar el pedal” en nuestro país.
En ese momento, ya no era parte de Viva Stephen Rapp —se había ido del Perú, y del grupo, en julio del 2021— y la ‘low cost’ apenas volaba una frecuencia diaria entre Lima y Cusco y un vuelo internacional entre nuestra capital y Bogotá.
MUNDO ‘LOW COST’
“Son las reglas del juego en esta industria”, comenta al respecto Miguel Mena, experto del mundo aeronáutico y socio del estudio CMS Grau. Y sí, aunque el drama de estos días tiene que ver con Viva y la suspensión de sus operaciones en Colombia y Perú, lo cierto es que, entre el 2017, el año de su llegada al país, y este 2023, otras tres aerolíneas dejaron de volar dentro de nuestras fronteras: LC Perú en el 2019, Peruvian en el 2020, y la subsidiaria peruana de Avianca en el 2021.
En ese período, también, los ‘holdings’ Avianca y Latam se adscribieron a la Ley de Quiebras de Estados Unidos, proceso del cual han salido hace pocos meses.
Hoy en el Perú vuelan cuatro líneas aéreas, de las cuales dos son de bajo costo: SKY (segunda del mercado) y JetSmart (tercera). ¿Llegarán a ser seis, como en el 2017? “Tal vez a partir del segundo semestre de este año haya novedades, pero sobre todo a nivel internacional. El mercado está muy golpeado por el problema político, y más aún en el sur del país”, refiere Mena a este Diario.
“No hay que perder de vista que esta industria es muy frágil, un día volando tiene gastos fijos muy relevantes”, añade Carlos Gutiérrez, de AETAI.
Estamos hablando de una industria muy competitiva, ahora ‘lowcotizada’, y estrictamente regulada, como lo demuestra el hecho de que, hoy, la Superintendencia de Industria y Comercio de Colombia (SIC) esté investigando a Viva y Avianca para corroborar si acordaron ‘fingir’ la actual crisis de la pionera de las ‘low cost’ en el Perú, y para verificar si ya estuvieron operando, en la práctica, como una sola aerolínea, sin los permisos para ello.