Para el próximo año se espera un crecimiento de 2%, dice Diego Macera, director del Instituto Peruano de Economía y director del Banco Central de Reserva. No obstante, resalta que esta cifra equivale a no crecer nada por el efecto estadístico, dado el poco crecimiento que se espera para el 2023. “Nadie crece si no sabe a dónde va y el Perú hoy está perdido”, indica el economista.
MIRA | El MEF reconoce que estamos en recesión económica: ¿A qué se debe su sinceramiento?
En agosto Julio Velarde descartó que nos encontremos en recesión técnica. Dijo que si bien teníamos en ese momento dos trimestres en negativo, el segundo trimestre había crecido más que el primero. Además, dijo que tanto el empleo como el consumo crecían, por lo que era difícil llamar recesión técnica a la situación de ese momento. ¿Han cambiado las cosas ahora?
Creo que los datos de agosto y lo que anticipas para septiembre han sido algo peor de lo que se esperaba, pero la información respecto del crecimiento del empleo y del consumo todavía está ahí, aunque no a los niveles que hubiéramos querido. El empleo formal todavía está creciendo a tasas adecuadas, en el orden del 3% al 4%. Es decir, por encima del crecimiento de la población. En el consumo, el crecimiento sí es mucho más moderado, entre el 0% y el 1%. Lo que de repente más preocupa es hay una mejora en los ingresos, pero todavía muy suave. En general no me gusta mucho usar el término recesión, porque como hemos visto, me parece que claro que es un término que no ayuda al debate, más bien lo contamina un poco.
Lo contamina por la carga negativa que trae, lo que no quiere decir que no sea cierto.
Las personas interpretan diferentes cosas a partir de ello. No sabemos más ni menos de la economía ahora de lo que sabíamos la semana pasada, antes que el ministro hablara de recesión. Sabemos exactamente lo mismo sobre la economía. [Tenemos] el mismo nivel de ralentización, de consumo, de la caída de la inversión, todo eso sigue estando igual. Un análisis de tipo diagnóstico es más importante que si usamos recesión o no usamos recesión.
Lo que se ha comentado, sobre todo este fin de semana, es que se ha hecho un sinceramiento de la situación. ¿Es así?
Creo que el ministro ha optado por un mensaje un poco diferente, quizá en vista de que es muy posible que cerremos el año con un crecimiento cercano a cero. Si eso es así, inevitablemente nos puede retrasar la historia un poco. Pero, sí es importante crear expectativas realistas sobre lo que va a ser la información al cierre del año. Quizá en esa medida es que hay un cambio de narrativa.
TAMBIÉN LEE | Congreso aprueba proyecto de créditos suplementarios por S/5.447 mil millones, ¿en qué se invertirá?
¿El consumo, en este momento, está estancado?
Sí, el consumo está estancado. Y con lo anterior, de ninguna manera quiero minimizar la situación. Hay un deterioro de la economía muy marcado desde mediados del año pasado.
La cosa está complicada.
Incluso decir que está complicada podría ser muy suave. Sí tenemos un problema serio. La historia del año no es tan fácil, pero básicamente la puedes resumir en que hay un componente de protestas que te pega principalmente la mitad del año y lo que te queda como impacto de las protestas en términos de inestabilidad. El segundo componente es el Fenómeno de El Niño o el efecto climático en general, con Yaku en el primer trimestre. Y, después, el Fenómeno de El Niño afectando a la pesca, la agricultura y la manufactura primaria durante el año. Pero yo creo que lo principal y quizá lo que leímos mal el año pasado –y no hablo como Banco Central– es el efecto enorme que iba a tener la confianza deprimida por mucho tiempo sobre la actividad productiva del 2023. Hay un componente climático muy duro, hay un componente de protestas, que quizá tiene vasos comunicantes con lo que menciono, pero lo principal me parece que ha sido, y el motivo de la corrección de tres puntos porcentuales en el producto –hace un año esperábamos que el PBI este año creciera 3%, ahora más o menos esperamos 0%–, es quizás que no se leyó suficientemente bien el impacto que la confianza negativa o deprimida por tanto tiempo iba a tener sobre la actividad productiva. Lo que has dejado de producir son unos S/27 mil millones.
¿S/27 mil millones desde los inicios de este año?
En el año, en el período enero- diciembre 2023, has dejado de producir dos -tres puntos del PBI con respecto a lo que se esperaba. Son más o menos entre S/27 mil y S/30 mil millones. A ese nivel de desaceleración, ningún paquete de gasto fiscal te va a salvar.
El año “está echado” a nivel de crecimiento. Todos los agentes económicos, públicos y privados, han ajustado sus estimaciones a la baja. Pero, volviendo al mercado laboral y al consumo, ¿qué podemos esperar en los siguientes meses?
Para el próximo año la expectativa de crecimiento del mercado está entre 2% y 2,5%. Para el 2024 es un crecimiento bastante malo para el Perú.
TE PUEDE INTERESAR | Recursos municipales vía arbitrios para seguridad alcanzan los S/286 millones | INFORME
Además, tienes el efecto base. El crecimiento del 2023 será muy bajo.
Así es. En realidad, incluso crecer al 2% es lo mismo que nada para el Perú. Una cosa es que Estados Unidos crezca al 2% y otra cosa es que un país como el Perú crezca 2%. Para el Perú, crecer 2% es casi lo mismo que no crecer nada. Nadie crece si no sabe a dónde va y el Perú hoy está perdido. Para el próximo año es difícil pensar en niveles altos de crecimiento, no hay proyectos grandes que te vayan a jalar el carro como fue Quellaveco este año y los años anteriores por el lado de la inversión. Lo que sí tienes y es algo que te debería servir en el mediano plazo para reactivar consumo y empleo, son fortalezas macroeconómicas. A pesar de todo lo malo, el Perú sigue siendo uno de los países más sólidos en términos macro de la región. Si hablas de volatilidad o tipo cambio, de inflación, de déficit fiscal, de deuda acumulada, de inversión, elige el indicador que tú quieras, el Perú sigue siendo de los más sólidos de la región a pesar de todo. Eso nos permite pensar que hay espacio para empezar a construir y volver a tasas más cercanas al 4,5%, que es lo que queremos crecer históricamente durante el durante el siglo XXI.
¿A partir del 2025?
Ojalá podamos volver a tasas más cercanas a 4% a partir del del 2024-2025, pero eso va a depender de que puedas volver a tener expectativas [positivas]. Expectativas fue, creo, lo que explica la mayor parte de la desaceleración durante este año. La mejora en la confianza de las expectativas tiene que ser lo que también vuelva a empujar para arriba el cambio. Para eso necesitas –más allá de las buenas intenciones y de las palabras del primer ministro y del ministro de Economía y Finanzas–, más señales concretas.
El ministro de Economía ha resaltado que las expectativas han mejorado en los últimos meses.
Es absolutamente cierto. Las expectativas estuvieron, –hablemos de las expectativas de la economía a 12 meses, porque es donde se nota mejor el cambio– básicamente planas, en rojo casi todo el 2022. A partir de la salida de Castillo y la entrada de la presidenta Boluarte empieza un proceso de mejora lento, menor de lo que hubiéramos querido, pero hay un proceso de mejora. Estamos en una suerte de paradoja. Como los ciclos presidenciales duran un año y medio, lo que cosecha hoy el presidente fue lo que sembró el presidente anterior. Si viniese un reemplazo de la señora Boluarte el próximo año, probablemente estaría cosechando lo que ella plantó o dejó de plantar este año. Entonces adjudicamos responsabilidad política por lo inmediato, cuando en realidad mucho de lo que estamos viendo este año fue el proceso de maduración de lo que vimos el año pasado. Creo que la contracción en la actividad probablemente hubiera sido muy parecida con otro ministro de Economía también. Pero lo que preocupa es que no estamos viendo demasiados mensajes que ayuden a recuperar confianza pensando en el próximo año. Obviamente hay responsabilidad del ministro de Economía, pero hay un tema del Ejecutivo como conjunto.
ENCUENTRA EN ECONOMÍA | IPE revisó a la baja crecimiento de la economía para el 2023 y el 2024
Eso es lo que se critica. La gestión actual no está apuntando a donde debería. Un paquete como el aprobado el último viernes no mueve demasiado la aguja. ¿Quizá se pueda esperar bonos específicos para personas afectadas por el Fenómeno de El Niño? O, estructuralmente, ¿deberíamos cambiar de plan?
Si hay algún plan, alguna necesidad urgente de atención para la emergencia climática y y para las personas que puedan resultar afectadas, eso es parte de la responsabilidad del Ejecutivo. Lo que no te va a mover demasiado la aguja es sacar S/5 mil millones del bolsillo de unos para ponerlo en el bolsillo de otros. Esa nunca ha sido una estrategia efectiva de reactivación. La única manera –eso debería estar clarísimo– es con más movimiento y dinamismo privado, principalmente a partir de la inversión.
Este paquete no es la receta para salir de la situación en la que estamos.
Por cada punto que tú pierdes en inversión privada necesitas compensarlo con cuatro puntos de inversión pública, cosa que no es ni fiscalmente sostenible ni operativamente posible dentro de las limitaciones que tenemos en el Estado peruano. Y, como digo, es sacarlo de un bolsillo unos para ponerlo en el bolsillo de otros. Eso no es realmente crear valor, no es crear riqueza, que es como se mueve la economía. El Ejecutivo tiene espacio para dar algunas señales concretas, insisto, más allá de las palabras. Tienes a la mano proyectos de irrigación muy buenos que se han ido cayendo y trabando por motivos diferentes, pero deberías comprometerte a decir de una manera u otra, “vamos a sacar adelante Majes, vamos a sacar adelante este Chavimochic”. O, “va a empezar a moverse a finales de año Zafranal y vamos a dejar encaminado Michiquillay”.
La ampliación de Antamina.
Claro, “la ampliación de Antamina no va a demorar”. Y decir algo como que se va a comenzar a desmantelar parte del armatoste laboral y burocrático que hubo durante la administración anterior es una señal clara e importante. Sea en la parte laboral, en procesos mineros, en infraestructura. Sin reinventar la pólvora, tienes espacio de corregir lo todo lo que se retrocedió durante la administración pasada. Ese sería un mensaje bien potente. Tienes estos espacios que creo que no cuestan demasiado políticamente y podrías transmitir una sensación que brinde mayor confianza, que creo que a la larga es más efectiva que este tipo de paquetes [en referencia al crédito suplementario aprobado el viernes 20 de octubre en el Congreso]. Estos paquetes también comprometen tu situación fiscal. Ya estabas en el límite de la regla fiscal y con esto muy probablemente vas a llamar más la atención de las agencias calificadoras de riesgo. Eso puede comprometer a la larga la situación macro.
TAMBIÉN LEE | FMI rebaja proyecciones de crecimiento de la economía peruana para este año situándola en 1,1 %
¿Hablamos de que la perspectiva se mantenga o de un cambio de calificación por un tema fiscal?
Depende de qué tan estructural perciban las agencias calificadoras este incumplimiento de regla, este relajamiento de las condiciones fiscales a pesar de tener ingresos en contracción. Si se percibe que es una cosa de una vez porque hay una emergencia, puede pasar. Pero no veo muy buena justificación para que no puedan percibir que esto es quizá algo un poquito más sistemático. Eso sí sería preocupante.
¿Cuánto suelen durar los efectos del fenómeno del niño en la economía?
Históricamente depende bastante del fenómeno que uno está analizando. Si ves 1982 -1983, el efecto es más duradero. Si ves el fenómeno del 2017, es un poco más reducido. Va a depender mucho de cuál sea la magnitud. Pero, muy posiblemente si es un fenómeno potente, se generarán desequilibrios en diferentes sectores a lo largo de todo el año porque tienes efectos necesariamente sobre infraestructura y eso no lo corriges de la noche a la mañana.
Pero reactivas construcción, por ejemplo.
Claro, tienes distorsiones. Pero tienes lo que no sembraste, por ejemplo, durante el primer trimestre, que ya no lo vas a cosechar después. Si es un fenómeno con intensidad moderada a fuerte, el efecto se siente todo el año.
El 2024 no debería ser un año tan malo, entonces.
El vaso [lo veo] medio lleno o medio vacío. El 2% para un país como este es muy poco […] No hay proyectos.
MIRA | Pobreza y brechas permanecen estancadas en Piura desde el 2014: ¿Cómo revertirlo?
Pero mirando el día a día de la gente, este año ha sido sumamente difícil para para mypes y pymes. Más allá del macro, ¿el escenario podría variar el 2024?
Lo más cercano y esperamos sea una mejora en el 2024, es que la inflación ya no debería comer tanto del ingreso o partes crecientes del ingreso [de las personas], como si fue durante la primera parte de este año y el año anterior. Parte del incremento de pobreza durante el año pasado fue precisamente por el incremento del precio de los alimentos. Eso este año ya está en caída y esperemos que el próximo continúe esa trayectoria.
Más bien, se esperaba que la pobreza pudiera aumentar hasta el 30%.
Con cero crecimiento es difícil pensar que la pobreza va a caer, pero tienes el contrafactual: ¿qué cosa hubiera pasado si la inflación seguía siendo alta? Ese es un efecto que debería ayudar a atenuar, aunque no te voltee la tendencia. Lo único que eventualmente te voltea la tendencia es la mejora en salarios, no hay otra forma, no son las transferencias. Los salarios si han ido mejorando, pero muy poquito. Todavía están por debajo del promedio real de antes de la pandemia. Van tres años y medio en los que los salarios no se recuperan […] Mientras otros países ya están cómodamente con salarios reales por encima del prepandemia, nosotros todavía no. Eso por un mercado de trabajo resentido como consecuencia de inversión que no se ha reactivado […] El próximo año debería ser mejor, nadie está esperando de nuevo una contracción o estar en cero. Hay mucha incertidumbre sobre cuál va a ser el efecto real del Fenómeno de El Niño, la incertidumbre sobre si realmente se van a seguir recuperando las expectativas, y lógicamente siempre hay incertidumbre sobre la inflación. Creo que esas son las tres dimensiones de riesgo más importantes, más allá de la parte geopolítica.
Rusia y Ucrania, Hamas e Isral.
Por ahora el conflicto no ha tenido demasiado impacto sobre mercados financieros o de ‘commodities’ relevantes para nosotros, pero obviamente siempre hay que prestar atención.
¿Los granos y el combustible?
Tiene riesgos el mercado de energía, eventualmente el de alimentos, pero más energía. A la interna hablamos de un Fenómeno de El Niño, inflación y expectativas. Esos son los tres temas que deberían marcar el 2024. En inflación y expectativas, esperamos que la cosa vaya mejorando. Con la inflación cayendo y las expectativas, subiendo, la tendencia ha ido mejorando en los últimes meses. Donde no queda tan clara la situación es cuál va a ser la dimensión del impacto del Fenómeno de El Niño.
¿Qué podemos esperar del dólar?
El dólar siempre es imposible de proyectar […] La Reserva Federal debería empezar a a reducir sus tasas a mediados del próximo año. La depreciación de los últimos meses es un fenómeno global, a diferencia de la depreciación que tuvimos en el 2021, que fue principalmente autoinflingida con la volatilidad política y el señor Castillo. Esta vez la depreciación ha sido mucho menor que la vez pasada […] El espacio en donde sí hay algo de responsabilidad nuestra por la depreciación está en la incertidumbre por el siguiente retiro de AFP, eso puede presionar el tipo de cambio al alza.