La situación en el mundo es de incertidumbre frente a lo que pueda ocurrir luego de que Donald Trump asuma por segunda ocasión la presidencia de Estados Unidos. Como sostuvo Liliana Rojas-Suárez, investigadora principal y directora de la Iniciativa Latam del Centro para el Desarrollo Global, las políticas de Trump de aplicar aranceles a China no tuvieron efectos positivos para la economía más grande del mundo, pero sí afectaron al comercio global.
En ese sentido, durante su ponencia ‘El impacto global de las políticas económicas de Trump: ¿está lista América Latina?’ en el XXV Seminario Anual de Investigación del Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES), Rojas-Suárez detalló que la aplicación de aranceles a China por parte de Estados Unidos en la anterior administración de Trump no generó una variación en el déficit de su balanza comercial. Y, agregó, el gigante asiático mantuvo su superávit comercial.
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Ello se debe a que China aumentó su proporción de ventas a países emergentes y disminuyó los envíos a los países desarrollados.
“El efecto que hubo con los aranceles es una caída tremenda en el comercio mundial. En general, el comercio mundial se desplomó y ese quizá es uno de los riesgos más importantes”, expresó la experta.
¿Qué tan vulnerable es América Latina ante las decisiones de Trump? Justamente, ante esta incertidumbre de lo que vaya a ocurrir desde distintos frentes, Rojas-Suárez explicó que el mercado no ha mostrado aún una reacción. No obstante, señaló que una mayor deuda y un mayor déficit en la economía estadounidense pueden conllevar a que las tasas de interés en ese país se mantengan elevadas, y por tanto, también el costo de financiamiento. Esta situación podría afectar a nuestra región, pues necesita de financiamiento externo.
Y si bien hay, en general, una respuesta oportuna a nivel de política monetaria por parte de los bancos centrales en América Latina, Rojas-Suárez indicó que los países de la región muestran diferencias en la política fiscal. Los déficits de Bolivia, Brasil y Colombia, ejemplificó, han aumentado, mientras que el caso de Perú el aumento es controlable.
En este primer panel del Seminario Anual del CIES, también participaron Paul Castillo, gerente general del Banco Central de Reserva del Perú, y Carlos Adrianzén, decano de la Facultad de Economía de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). El espacio fue moderado por María Rosa Villalobos, editora de Economía y Día 1 de El Comercio.
Liliana Rojas-Suárez sostuvo a que la promesa de Donald Trump de aplicar aranceles y desregular el mercado a nivel de impuestos internos puede implicar mayores ingresos en el corto plazo, mas no en el largo plazo.
Sin embargo, resaltó que el avance en la adopción de la inteligencia artificial puede generar un beneficio significativo en los próximos años en Estados Unidos, dado que esta tecnología puede generar efectos significativos en la productividad de los países desarrollados.
Perú: ¿cómo nos impactará la política de Trump?
Como señaló Rojas-Suárez, las políticas de Donald Trump no tendrían un efecto directo en el país. Y, si lo hubiera, este impacto sería muy pequeño. Sin embargo, sostuvo que los efectos serán indirectos.
“Si se contrae el crecimiento global, como pasó antes, sí le afecta al Perú, pero es un efecto común. Pero, si el efecto es que Estados Unidos crece más que nunca, de repente jala a la economía mundial y eso beneficia al Perú. Es totalmente incierto ese resultado”, apuntó.
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Por otro lado, el mundo avanza hacia una transición energética verde, explicó, siendo un elemento fundamental el cobre. Ello puede ser aprovechado debido a que hay un aumento de la demanda y una disminución de la oferta, declaró. Pese a ello, Perú, que puede aprovechar dicha oportunidad, enfrenta una posible disminución en su participación como productor cuprífero frente a otros competidores, añadió.
A ello se suma que nuestro país ha caído en el Índice de atracción de inversión minera del Instituto Fraser. Esto se debe, dijo Rojas-Suárez, a factores institucionales que afectan el potencial del cobre. Para revertir esta situación se necesitan reformas institucionales, dijo la especialista. Sin embargo, precisó que el Perú ya está sobre-diagnosticado y resaltó que lo hace falta son consensos para realizar las reformas políticas que tanto se necesitan (judicial y política).
“Ese es el gran problema y no va a pasar nada mientras no haya una reforma política y judicial. Si no hay cambios ahí, no va a cambiar nada más”, expresó.