Cuatro claves para los CEO, por Rafael Venegas
Cuatro claves para los CEO, por Rafael Venegas

¿Qué se necesita para ocupar con éxito el puesto de ? Con la licencia que me da el haber sido gerente general de seis diferentes  y de haber estudiado a los principales expertos en el tema, me permito hacer algunas reflexiones o sugerencias, para los profesionales que están en busca de la ‘carrera’ de CEO, que ya lo son o que tienen la gran responsabilidad de seleccionar al próximo líder de sus respectivas empresas:

1. La ‘carrera’ de CEO no existe, por lo tanto uno no puede ir a la universidad y estudiar para ser CEO. Se tiene que tener una carrera base (siendo las más adecuadas, pero no limitativas, ingeniería industrial, administración de empresas, finanzas y márketing). Sobre esa base se debe construir adicionando otros conocimientos complementarios, así como una buena y variada experiencia en diferentes funciones dentro de la empresa. El CEO debe tener conocimientos y experiencias variadas, aunque no sean tan profundas, en lugar de tener un gran conocimiento o experiencia en un solo tema. Finalmente, la experiencia en manejo de personal es un requisito casi obligatorio.

2. El CEO debe tener un balance entre cociente intelectual (IQ, por sus siglas en inglés) e inteligencia emocional (EQ, por sus siglas en inglés). Este último es un concepto impulsado por el profesor Daniel Goleman a mediados de la década de los 90. Hasta ese momento, el perfil de CEO preferido de las grandes empresas se basaba solo en IQ. Los CEO de entonces eran generalmente duros, directos, verticales y, muchas veces, arrogantes. El concepto EQ revolucionó el management y las principales empresas cambiaron el perfil del CEO ideal, introduciendo esta nueva variable. Esto es refrendado en el magnífico libro “Great People Decisions”, escrito por Claudio Fernández-Aráoz. Él sostiene que un buen CEO es quien tiene un buen balance entre IQ y EQ. También anota que, en caso no se encuentre este balance, es mejor que la fortaleza sea en el frente de EQ, siendo lo menos aconsejable un CEO con alto IQ pero con EQ inexistente o débil. 

3. El CEO debe estar muy orientado a la gestión de personal y debe dedicarle una buena porción de su tiempo a este frente. Según Goleman, no importa cuál sea el negocio, el producto, el servicio o la estrategia de las empresas, porque todo al final es hecho por las personas. Esto también es refrendado por otro gran libro de Fernández-Aráoz, cuyo título –que lo dice todo– es “No es el cómo, ni el qué; ¡es el quién!”. Por lo tanto, el seleccionar y contratar bien, el saber formar equipos efectivos, el retener y mantener motivado al talento y el liderar el trabajo en equipo son herramientas muy importantes que el buen CEO debe saber utilizar.

4. ¿Cómo mitigar la soledad del cargo? El CEO toma decisiones permanentemente. Debe hacerlo bien y rápido. En este proceso se acentúa la soledad del CEO, porque no tiene quien lo ayude a pensar y decidir, ni nadie con quién comentar los problemas administrativos o de negocios. Afortunadamente, ya existe una ayuda: el coach ejecutivo. Sin embargo, este apoyo es solo parcial, ya que el coach lo podrá ayudar en la parte humana, pero difícilmente con las decisiones técnicas o de negocios. En esto, solo lo podría ayudar alguien que haya tenido una experiencia parecida a la de él. Felizmente, esta ayuda ya se está dando en los países más desarrollados, a través de un servicio de asesoría personal denominada CEO Advisory, brindada por consejeros que han sido CEO, tal como lo hace la firma estadounidense Accompli Group, entre otras. En esta parte del mundo alguna de las firmas consultoras de talento humano están comenzando a dar este servicio, entre ellas las líderes como Spencer Stuart y Egon Zehnder. Esta asesoría no es definida como un coaching, sino como un ‘thinking partner’.

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