Pese a que la brecha salarial entre hombres y mujeres continúa siendo uno de los mayores retos en materia laboral, sobre todo a nivel ejecutivo, el tiempo de permanencia en cargos gerenciales o jefaturas sí evidencia una clara ventaja en favor del sexo femenino.
Según el estudio regional “Ejecutivas en el mundo laboral” de DNA Human Capital, las mujeres tienen mayor estabilidad laboral en comparación con los hombres. Una realidad que se repite tanto en el Perú como en Chile y Colombia.
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Para Mauro Canevaro, director gerente de DNA Human Capital Perú, en Latinoamérica es común ver que las profesionales priorizan la estabilidad para compatibilizar de mejor forma su vida familiar con la laboral.
“El trabajo doméstico sigue siendo, en mayor parte, asumido por el género femenino, lo que les agrega una carga adicional”, afirma. Por esa razón, Elizaveta Hodireva, directora de DNA Human Capital Chile, asegura que la búsqueda de ese equilibrio entre el trabajo y la familia hace que las mujeres sean menos adversas a asumir el riesgo de cambiarse de trabajo.
Una situación que no sucede con los hombres, quienes –desde la óptica de la experta– están más interesados en tener un crecimiento más rápido a nivel de cargo y renta, lo que genera mayor rotación.
Al respecto, Canevaro sostiene que “un factor a considerar en la mayor participación masculina en cargos gerenciales es que muchos hombres son expatriados con mayor facilidad por la responsabilidad y cargo que ocupan en los países de origen, y suelen ser trasladados por períodos de tres a cinco años”.
RETOS PENDIENTES
Debido a que a nivel de las postulaciones, la balanza vuelve a inclinarse del lado de los hombres, Elizaveta Hodireva señala que el principal reto radica en perder el miedo a asumir nuevos desafíos, para así aumentar la participación de mujeres en los cargos de primera línea.
Pero, ¿solo es cuestión de perder el miedo? Según Mauro Canevaro, la mayor exposición a cargos gerenciales ayudará, sin duda, a que haya un mayor acceso a esos puestos para las mujeres. No obstante, considera que un factor relevante a considerar viene ligado a la elección de la carrera que se estudiará.
“Aquellas que estén más involucradas con el ‘core’ del negocio empujan a que las candidatas tengan más probabilidades de conseguir un rol de tomador de decisión dentro de una compañía. Las mujeres tienden a preferir carreras ligadas a comunicaciones, márketing o recursos humanos, dejando de lado las áreas más técnicas, que suelen ser las que conducen de manera más directa a cargos de mayor relevancia en cuanto a toma de decisiones”, afirma.
Frente a esa realidad, el ejecutivo asegura que el desafío está en permitir un equilibrio de condiciones que brinden espacio a las mujeres para dedicarse con similar intensidad y tiempo a su propia carrera profesional. “De otra forma, seguirá habiendo pocos avances”, sentencia.