Desde la caída del Silicon Valley Bank el 10 de marzo, tras declarar que no tenía capital suficiente para seguir operando bajo las regulaciones que establece el sistema financiero estadounidense, el oro presentó un aumento en su precio dejando atrás la ligera caída que había experimentado este año desde inicios de febrero.
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El oro pasó de valer US$ 1.867,20 la onza el 10 de marzo a US$1.998,60. Incluso, llegó a superar los US$2.000 la onza el 23 y 24 de marzo, precio que no había registrado desde agosto del 2020.
Esto se debe a que, tal como comenta Diego Camacho, economista internacional de Credicorp Capital, el oro es considerado uno de los activos libres de riesgo, es decir, se espera que su valor permanezca independientemente de las fluctuaciones del valor del dinero y los niveles de inflación mundial que puedan verse afectados por las crisis, como la que atraviesa el sistema financiero estadounidense en las últimas semanas.
César romero, jefe de Investigación de Renta4 SAB, explicó que el precio del oro empezó a subir, efectivamente, porque el mercado percibía una mayor probabilidad de recesión en Estados Unidos. “Las olas expansivas por una caída estructural generan apreciación del oro, dado que otros activos libres de riesgo como el dólar o los bonos tienden a depreciarse”, explica.
Camacho consideró que es muy probable que estemos viendo el cierre de un ciclo y el inicio de otro, en el que la liquidez volverá a crecer y, en ese sentido, el valor del dólar disminuiría dandole un nuevo impulso al valor del oro. Creemos que el oro seguirá ganado relevancia en los portafolios ya que llegaría el inicio de ciclo de reducción de tasas donde habrá espacio para nuevas valorizaciones.
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Decisiones de la Fed
La Reserva Federal de Estados Unidos informó en una conferencia de prensa el 22 de marzo que la tasa de interés era incrementada en 0,25 puntos básicos en medio de una crisis del sistema financiero que tenía la esperanza de que la tasa se mantuviera. Pese a que esto no se cumplió, un aumento de 0,25% frente a los aumentos de 0,5% y 0,75% anteriores fueron un alivio.
Un claro ejemplo de ello fue que el oro, a pesar de la subida de la tasa de interés por parte de la Fed, mantuvo su tendencia y precio por encima de los US$1.900.
Para Romero, la reacción del mercado se debió a que el alza de la tasa de interés de la Fed fue menor a lo que se esperaba inicialmente en febrero, cuando se creía que sería 0,50%.
Camacho agregó que, además de la tasa de interés y la caída de los bancos, también se han visto a bancos en Asia acumulando grandes reservas de oro, contribuyendo al alza del precio del oro.
La cuestión es: ¿se mantendrá la tendencia o veremos de nuevo al dólar descender su precio y al mercado retomar la calma y dejar de lado el nerviosismo?
Romero consideró que la tendencia alcista debería continuar en el corto plazo. Esto por la posibilidad de caída de tasas en ese mismo período de tiempo. A mediano plazo, dependerá de hasta qué punto la Fed reduzca nuevamente tasas.
Romero y Camacho coincidieron en que la siguiente resistencia del oro (como se le llama a un nivel de precios que se detiene, frena o tiene un descanso en la misma escala) se observaría sobre los US$2.000, aunque no habría mayor despegue.