La economía peruana se habría estancada en la primera mitad del año, debido a la segunda ola del COVID-19 y la incertidumbre política. Incluso, esta última situación hace prever a los economistas una desaceleración de la inversión privada para el segundo semestre del año. No obstante, un panorama distinto experimentaría el sistema de las microfinanzas.
Prueba de ello es que el saldo de créditos otorgados a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), deducidos de los préstamos del Programa Reactiva, en junio, han alcanzado los niveles previos a la pandemia.
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De acuerdo con el Banco Central de Reserva (BCR), el saldo de colocaciones a las mipymes llegó a S/126.268 millones, al cierre del primer semestre. Si se le resta el crédito de Reactiva, el saldo final alcanza los S/107.207 millones, superando los niveles precrisis.
A decir de Luis Almandoz, gerente general adjunto de Negocios de Mibanco, la recuperación del crédito a los niveles prepandemia se ha alcanzado en Lima, así como en gran parte del interior del país.
El ejecutivo graficó que, solo en julio, el banco especializado en microfinanzas desembolsó créditos por S/1.050 millones, superando las colocaciones de julio del 2019. Esto debido a la recuperación de los negocios de las mipymes.
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“Se está mostrando una contundente recuperación de las microfinanzas. Se viene un cierre de año bastante bueno para Mibanco y las demás instituciones, pero sobre todo para las pymes. Esto es bueno porque da trabajo, permite el crecimiento del país, que sigamos bancarizando y haciendo inclusión financiera”, manifiesta Almandoz.
De acuerdo con el ejecutivo, la recuperación del crédito a las pymes está asociada a sus necesidades de hacer negocios, debido a que viven del día a día, al incremento de la población vacunada, que ha llevado a un mayor tránsito de las personas, así como a la adecuación de un nuevo esquema de comercio digital.
Aunque precisa que la recuperación del crédito se retrasó, debido tanto a la segunda ola del COVID-19 como al entorno político.
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Competencia
Almandoz comenta que el dinamismo que han empezado a experimentar las microfinanzas, ha avivado la competencia en el sector.
Señala que, por ejemplo, jugadores como las cajas municipales se han vuelto muy agresivos en el negocio de créditos y la competencia por precios ha tomado un nuevo giro, sobre todo en el segmento de clientes de mayores ingresos.
De acuerdo con la última información disponible de la SBS, en julio la tasa de interés promedio de los créditos a la mediana empresa de la banca disminuyó en 2,1 puntos porcentuales frente a junio, y en las empresas financieras, la tasa promedio descendió en 7,9 puntos porcentuales.
Si bien no se observó una reducción de similar magnitud en las tasas de interés promedio de los créditos a las pequeñas y microempresas, entre ambos periodos, los niveles vigentes son inferiores a los de febrero del 2020, cuando aún no había pandemia.
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Además, los niveles promedio de las tasas de interés de las cajas municipales para los créditos a las pequeñas y microempresas son cada vez más similares a los de la banca, que, en promedio, enfrenta menores costos operativos frente a los primeros.
Almandoz agrega que en el resto de pymes, la competencia entre las entidades es por quién llega primera a los clientes con una mejor oferta.
Señala que en el segmento de las pymes más pequeñas, también participa en la competencia el sector informal, que opera con una oferta de financiamiento de muy corto plazo, en los mercados de abastos.
Lo que se viene
A decir de Almandoz de no mediar inconvenientes con una eventual tercera ola del COVID-19, que es el principal riesgo para las pymes, el crédito podría llegar a crecer entre 5% y 8% en comparación con el 2019.
Precisa que Mibanco espera colocar, en el último trimestre del año , S/3.400 millones por la campaña navideña.
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