Ernesto Revilla, economista jefe de América Latina de Citi Research comenta sobre el precio de los ‘commodities’ y la posibilidad creciente de que la recesión alcance a la economía estadounidense durante durante el Citi LatamMedia Summit que realizado en Nueva York a finales de junio.
MIRA | SPH: Ley de masificación del gas natural aprobada por el Congreso excluye a 1 millón de peruanos
Sobre los precios del cobre y del petróleo, ¿qué podemos esperar para este año y el siguiente?
El escenario central de Citi es que los precios están alcanzando ya sus máximos y que deben estabilizarse en el resto de 2022; y empezar a bajar de manera más contundente en el 2023. Esto por una combinación de menor demanda, porque la economía global se está desacelerando, particularmente China. Pero, también porque vemos más oferta en algunos de estos mercados, particularmente el petróleo.
El Perú es uno de los de los principales mercados de cobre en Latinoamérica, después de Chile. Dado que el precio del cobre se estabilizaría este año y bajaría en el 2023, ¿impactará esto al Perú? ¿Qué tan significativo podría ser este golpe?
Sin duda, los países productores y exportadores de ‘commodities’, como el Perú en el caso del cobre, prefieren precios altos porque menores precios afectan sus términos de intercambio, desaceleran un poco el crecimiento y deprecian un poco sus monedas. Pero, en el caso particular del Perú, hacia el 2023 el efecto de la estabilización del precio del petróleo y la ligera baja, que esperamos no debería ser muy grande, porque no vemos una caída significativa en el precio del cobre, [dará paso] más bien una estabilización y un suavizamiento. Eso debería ser compensado con el fin de la restricción monetaria, que se dará sobre todo en el 2022, y con una economía que empieza a encontrar más dinamismo y más momentum. Entonces, no vemos que, por el momento, sea una causa de preocupación la estabilización y bajada de precios que vemos para los países que lo exportan.
"Creo que ya vivimos la estanflación. No es algo del futuro, sino que estuvo en el pasado reciente".
¿Cuál es la perspectiva de los inversores hacia la situación política y económica en Latinoamérica?
Los inversionistas siempre han comentado y han visto que afortunadamente en el Perú el ruido político no muchas veces se ha traducido a ruido económico. Ha sido el caso durante muchos años y esperamos que siga siendo [así]. Aunque, por supuesto, toda incertidumbre política genera una menor confianza de la inversión, porque sabemos que lo que más necesitan los mercados y lo que más necesita la inversión son reglas claras, un ambiente estable y poco ruido político.
¿El Perú se ve de esta manera en este momento?
El Perú se sigue viendo con fundamentos muy fuertes que se mantienen aislados del ruido político. El Perú es uno de los países que tiene fundamentos más fuertes en la región, en el monto de deuda pública, en la calidad de su banca central, en el déficit y eso, afortunadamente, puede contener algo del ruido político. Por supuesto, eso no dura para siempre, pero los inversionistas y el mercado pone atención en qué va pasando con la política en cada país, pero el Perú no lo pondría yo en la lista de donde haya mucha preocupación por el momento.
LEE TAMBIÉN | Los bancos ganan la guerra por los ahorros a plazo y sube tasas a los niveles de las microfinancieras, ¿qué se viene?
Internamente sí la hay, sobre todo para la inversión privada. El BCR proyecta 0% de crecimiento para la inversión privada este año.
Correcto. Para América Latina, su peor perspectiva en el 2022 y 2023 es la tasa de crecimiento, que es menor al promedio de los últimos 20 años, fundamentalmente por el canal de la inversión que se mantiene a la baja en toda la región, por algún tipo de ruido político que existe en cada uno de los países. Para que América Latina pueda encontrar mayores tasas de crecimiento, sobre todo en un mundo en donde China y Estados Unidos van a crecer menos, necesitamos un ambiente de mayor confianza a la inversión y de mayor dinámica del consumo doméstico.
Este menor crecimiento viene de la mano con una alta inflación. ¿Esta última terminára también este año suavizándose?
La naturaleza de los choques que estamos viendo, que son muchos -la pandemia, la desaceleración de China, la alza tasas de la Fed y la guerra Rusia y Ucrania-, todos son de naturaleza estanflacionaria, combinándose el bajo crecimiento con alta inflación, como es el caso de muchos países de América Latina y del Perú. Vemos que la inflación comienza a bajar a partir de la segunda mitad de este 2022, en el tercer trimestre y cuarto trimestre, y que para el cierre de 2023 la inflación en la mayor parte de los países, incluido el Perú, se encuentra cerca del objetivo del Banco Central.
"Desafortunadamente, una parte de la inflación que tenemos ahora es de alimentos, que afecta a la población de manera más desproporcionada. Los países están estudiando diferentes medidas de acuerdo con sus posibilidades, sus instrumentos y su espacio fiscal".
¿Entonces no hay un riesgo de estanflación, en general en América Latina?
Creo que ya vivimos la estanflación. No es algo del futuro, sino que estuvo en el pasado reciente. Ya tuvimos caídas de crecimiento y alta inflación, pero en el escenario base, donde Estados Unidos no tiene una recesión y América Latina empieza a ver una inflación disminuida, deberíamos ir a un escenario de mayor crecimiento y menor inflación hacia adelante.
Sin embargo, también hay un riesgo de que, más bien, la inflación no termine cediendo y que Estados Unidos entre en una recesión. ¿Este es un escenario alternativo que contemplan?
Por supuesto, es un escenario alternativo que tenemos los analistas y el mercado. Se incrementan, desafortunadamente, las probabilidades de recesión en Estados Unidos, porque la inflación no cede y eso le va a provocar volatilidad a América Latina y, probablemente, una presión al alza en la inflación; porque cuando Estados Unidos sube tasa, se deprecian las monedas de América Latina y eso contribuye a que la inflación se mantenga elevada.
Comentó usted que existe evidencia sobre el desenlace de la historia económica que vivimos hoy. Cuando el crecimiento es menor al 4% y el tema laboral también está por debajo del 4%, históricamente, no ha habido un aterrizaje suave para Estados Unidos.
Exactamente. Esa es la evidencia histórica y al que hay que citar es a quien produjo esa investigación, Larry Summers. El hizo un documento de investigación con un coautor […] en el que analizan los episodios históricos y ven que, en Estados Unidos, cada vez que la inflación está arriba de 4% y cada vez que el desempleo está abajo de 4% -condiciones que se cumplen ahora- nunca hubo un aterrizaje suave y siempre la Fed ha llevado a la economía a una recesión.
Por supuesto, la experiencia pasada no garantiza el futuro, pero es evidencia de que se incrementan las probabilidades.
ENCUENTRA EN ECONOMÍA | Banco Central Europeo alista alza de tasas de interés para frenar inflación por primera vez en 11 años
Además del manejo de expectativas por parte del mercado en adelante.
Exacto.
Regresando a la inflación, el tema del alza del precio en los alimentos es un problema mundial. ¿Hay algún tema externo que podría aparecer como un riesgo en este momento?
Desafortunadamente, una parte de la inflación que tenemos ahora es de alimentos, que afecta a la población de manera más desproporcionada. Los países están estudiando diferentes medidas de acuerdo con sus posibilidades, sus instrumentos y su espacio fiscal. Mucho de la inflación de alimentos ahora viene por el conflicto de Rusia y Ucrania, porque son productores importantes de trigo y maíz; y por los fertilizantes que también subieron de precio por el conflicto Rusia y Ucrania.
Ese es el problema que tenemos, sobre todo de agricultura de subsistencia en el Perú.
Exactamente, y las perspectivas son que bajen los precios de fertilizantes, de alimentos...
¿Este año?
Más hacia el primer trimestre de 2023, pero depende enteramente del conflicto de Rusia y Ucrania. Nosotros no hacemos predicciones sobre ello, es muy difícil de predecir.