Los Juegos Panamericanos y el gasto en las obras del proceso de reconstrucción van a dinamizar la inversión pública este y el próximo año, sostiene Arbe. (Foto: El Comercio)
Los Juegos Panamericanos y el gasto en las obras del proceso de reconstrucción van a dinamizar la inversión pública este y el próximo año, sostiene Arbe. (Foto: El Comercio)

La podría convertirse en el motor de crecimiento de la economía de los próximos años si el gasto público avanza a la velocidad prevista en el corto plazo, proyecta Guillermo Arbe, gerente de Estudios Económicos de Scotiabank. A continuación, los detalles de sus estimaciones.

—¿Qué indicios ve sobre la recuperación de la inversión privada?
Lo bueno es que ya no está cayendo. Ya se ha estabilizado. Hablamos con empresas y observamos que la actitud está cambiando. Hace seis meses la discusión era reducción de costos y reducción de personal. Ahora ya hay un poco más de expectativa de lo que viene. Eso me confirma a mí que todo es una cuestión de demanda interna porque la expectativa viene por el lado de que habrá más gasto y más demanda interna. La preocupación simplemente es por los tiempos, sobre qué tan rápido se va a dar el ajuste fiscal de los próximos años. Pero uno nota un cambio de ánimos.

—¿Cuánto puede crecer la inversión privada?
Siempre existe el riesgo de que el gasto público no se dé en la magnitud que se espera, por eso somos muy cautelosos sobre cuánto puede acompañar la inversión privada. Esperamos que esta crezca 4% el próximo año. Pero la inversión privada es algo que se puede mover mucho más rápido si es que las empresas ven que las cosas empiezan a funcionar.

—¿El gasto público es suficiente como para reactivar la inversión privada?
Los proyectos de infraestructura debieron haber sido el motor de crecimiento, pero no se ha concretado por el problema del Caso Lava Jato y una serie de dificultades institucionales que tomarán su tiempo. Si bien vemos que el gobierno trabaja en el tema, no creemos que sea un factor importante antes del 2018. En el 2018 vamos a depender más del gasto público. Y si con este las cosas van bien, la inversión privada debe responder, sobre todo, si es acompañada por los precios de los metales como hoy lo hace.

—¿Cree que los fundamentos de los metales harán que los precios acompañen a la inversión privada?
Una primera cosa que debemos tomar en cuenta son los límites de las subidas que podamos esperar del precio de los metales. Estos no van a dar una trepada como en el 2002 y el 2009, porque no va a haber una situación en que China crezca en base a infraestructura. Los fundamentos han mejorado porque todo el mundo está creciendo bien. Sin embargo, en este momento, los precios de los metales se han adelantado a los fundamentos. Uno ve que, en los mercados financieros, las posiciones de cobre y oro están largas y eso se tiene que corregir. Pero será una corrección dentro de una tendencia al alza moderada.

— Considerando los actuales niveles de ejecución, ¿se puede alcanzar un crecimiento de la inversión pública de 7,5% al cierre del año?
Lo que va a dinamizar este y el próximo año son los Juegos Panamericanos y el gasto en reconstrucción; y en estos puede haber razones para dudar por la historia que tenemos. Pero, también tenemos razones para tener un poco más de esperanza. Los Juegos Panamericanos no van a depender de la institucionalidad peruana, debido a la forma en la que han sido planificados. El Gobierno Británico es el que se encargará de hacer las licitaciones con poderes especiales y ahí tenemos más confianza de que se pueda realizar en los términos que se espera.

—¿Qué problemas podrían afectar el gasto de la reconstrucción?
Es una gran ayuda el haber constituido la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, pero esta no va a ejecutar los proyectos. La ejecución estará en manos de los gobiernos locales, regionales y ministerios. Eso significa un poco de pérdida de control. Entiendo que se van a entregar los proyectos y los recursos y cuando se vea que no están ejecutando bien se van a elevar a otra instancia. Pero ese es un proceso que toma su tiempo.

—¿El crecimiento de 3,7% el próximo año esperado por ustedes es sobre un escenario optimista?
Es sobre nuestro escenario base. Podemos formular escenarios más optimistas si es que la inversión privada reacciona mejor que lo que estamos previendo y si es que la inversión pública se comporta como estamos esperando.

—¿Cuál es su opinión respecto a las medidas que llevará a cabo el MEF para aumentar los ingresos fiscales?
Las medidas son solo un ordenamiento, que es bueno que se haga. No me preocupa el impacto que pueda tener el gasto público en la situación fiscal, en el 2018, porque no es tan fácil pasar de un déficit fiscal de 2,9% como el actual al 3,5% previsto para el próximo año. Lo que me preocupa es lo que viene a partir del 2019. La tendencia de la recaudación con los precios de los ‘commodities’ actuales hace que el 2019 y el 2020 se vean un poco más retadores. Pero veamos qué pasa primero, porque si se dinamiza bien la economía y aumenta el IGV, eso genera recaudación.

—¿Cuáles son sus proyecciones después del 2018?
El 2019 y el 2020 va a depender del 2018, que realmente crezcamos y que se gatille el crecimiento. Más o menos, entre el 2019 y el 2021 podemos crecer entre 4% y 4,5%. Tenemos un balance macroeconómico positivo, estabilidad de precios, un sistema financiero sólido y no tenemos problemas de inflación ni de una depreciación del sol. Hemos pasado por una desaceleración desastrosa, pero las empresas no han quebrado. Tenemos una institucionalidad económica que es bien sólida, muy buena para crecer. Lo único que necesitamos es que la inversión privada vuelva a ser el motor de crecimiento.

—¿Cuánto se puede repatriar de capitales?
El único tema de repatriación de capitales es que es difícil estimar cuál va a ser el impacto porque estamos abriendo la puerta a una cantidad de recursos financieros desconocidos y a un comportamiento desconocido. La verdad es que todo este tema de incertidumbre política que hay no ayuda. Ahí hay que tener un poco de cuidado. Creemos que la repatriación tendrá un impacto interesante para el sistema financiero, para los recursos fiscales, pero preferimos ser más cautelosos hasta ver cómo están respondiendo.

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