Luego de que las operaciones del aeropuerto Jorge Chávez se paralizaran por más de 10 horas debido a fallas con el sistema eléctrico de su pista de aterrizaje, todavía quedan puntos por resolver. Martín La Rosa, Area Manager de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) en Perú y Bolivia, advierte que la falta de infraestructura adecuada para operar la segunda pista y la nueva torre de control y que la ausencia de un plan de contingencia para este tipo de hechos ya perjudican la imagen internacional de nuestro país.
—¿Cuál es el balance de vuelos afectados debido a las fallas eléctricas en la pista del Jorge Chávez?
Son 215 vuelos cancelados, 38 vuelos que fueron derivados a otros aeropuertos y muchos más afectados con reprogramaciones y cambios de itinerario. Esa última cifra todavía no la tenemos.
—En un primer momento, con cifras menores, se hablaba de una afectación de alrededor de 8 mil pasajeros. ¿A cuánto podría aumentar esa cifra?
Creo que esos cambios de itinerario afectaron a más del doble de pasajeros.
" Lo concreto es que no se están tomando decisiones y se está dejando mucho a la liberalidad de los prestadores de servicios sobre la infraestructura sin que se imponga un principio de autoridad"
—¿Quién o quiénes tienen la responsabilidad de indemnizar a los pasajeros afectados por los retrasos?
Yo también creo que tiene que haber un responsable. Este es un tema que escapa de las líneas aéreas, pero quién indemniza a las líneas aéreas, que también han respondido y apoyado a los pasajeros. Entonces evidentemente es algo que hay que ver y que se mueve en dos niveles. El mismo presidente de Corpac lo mencionó: ellos son responsables de la iluminación y hubo una falla en sus equipos. En todo caso tendrán que demostrar si esa falla fue una falla excepcional realmente, un caso fortuito o de fuerza mayor, o si era previsible por tema de antigüedad y otro tipo de cosas.
En segundo lugar, hay que hablar de por qué no se ha podido implementar un plan B, particularmente teniendo una nueva pista y una nueva torreo de control. La nueva pista no se puede operar desde la torre de control antigua, el problema con la torre de control nueva es que nunca ha podido operar plenamente.
—¿También se debe definir al responsable por la demora en la recuperación del suministro eléctrico?
Hoy hay una desavenencia entre LAP y Corpac sobre el ‘backup’ de electricidad en la torre, que no se usa ni de noche ni de día desde noviembre del año pasado. En todo caso ahí tendrán que ver entre los dos, Corpac y LAP, para repartir la responsabilidad.
—¿La falta de operatividad de la segunda torre en esta situación le correspondería a LAP por las demoras en el cambio de los vidrios?
LAP es responsable de los vidrios. No se puede utilizar la torre con esos vidrios y el cambio de los mismos todavía no se da. No soy tan drástico de decir que esto no tiene matices o grises porque sí los tiene. Lo concreto es que no se están tomando decisiones y se está dejando mucho a la liberalidad de los prestadores de servicios sobre la infraestructura sin que se imponga un principio de autoridad.
Y esto es algo que lamentablemente es consecuencia no de la situación excepcional que sucedió el día de ayer, sino de esto que venimos advirtiendo los actores de la industria desde hace mucho tiempo. [...] Hoy contamos con esa infraestructura que fue inaugurada, pero no se utiliza porque hay conflicto entre ambas partes sobre distintas situaciones y se prolonga donde alguien tiene que sentar posiciones. Ahí falta el principio de autoridad y ya estamos viendo las consecuencias.
—Raúl Pérez-Reyes, ministro de Transportes y Comunicaciones, también mencionó que LAP tendría responsabilidad por la imposibilidad de utilizar la segunda pista. Desde la concesionaria calificaron dicha versión como una “excusa”. Por lo que usted refiere, ¿LAP sí tiene responsabilidad?
Hay responsabilidades mezcladas sobre la infraestructura del aeropuerto. Las luces que han fallado son de Corpac. Es complicado, también porque es un contrato de concesión engorroso, definir si estas luces son de uno o del otro. Incluso es complicado [pedir] que LAP asumiese todo el reemplazo de las luces que esto luego sea reconocido por Corpac, eso generaría problemas.
—Entonces es una responsabilidad compartida.
Nosotros reclamamos que el servicio sea eficiente. Hay una infraestructura que no se utiliza. ¿Por qué no se utiliza? Porque hay unos vidrios instalados en la nueva torre de control que generan duplicidad de imagen para los aviones que transitan la nueva pista de aterrizaje y no han sido reemplazados. Esto va más allá del tema de la electricidad.
Para las aerolíneas es un pilar impostergable el tema de la seguridad. Si tienes un informe que dice que no podemos operar de noche de forma segura, no podemos ir contra eso. Se debe tener un reemplazo, ahí tenemos que ver por qué no todavía no se tiene. La situación está tardando más de lo que debería. Si la segunda pista hubiera estado lista para uso nocturno, el corte de luz no hubiera afectado tanto como afectó.
" Se viene la apertura del Jorge Chávez y hay muchas cosas que no están listas y hay autoridades que indicaron que esos procesos no van a estar listos para la fecha propuesta por LAP [18 de diciembre de este año]"
—¿Cuánto cuesta para las aerolíneas cancelar o reprogramar vuelos? ¿Qué implica cancelar un vuelo?
En primer lugar hay que brindar la información adecuada a los pasajeros, atender a los pasajeros. Luego es generar las reprogramaciones que requerirán que haya personal adicional que puedan mencionarlo o que estén al tanto de esa información. No escapamos a esa responsabilidad. Pero se trata de que las programaciones de vuelos y los equipos funcionen como un reloj suizo.
Las programaciones y el uso de los equipos que se tienen, que son limitados se hace con seis meses de anticipación. Cualquier interrupción, como una bola de nieve, genera que se haga una avalancha de problemas. Si comienzas retrasando cinco minutos un vuelo, al final del día no se pierden minutos, sino horas.
Eso genera que se tenga que rearmar todo el inventario buscando un balance para afectar lo menos posible a los pasajeros afectados, pero también a los pasajeros futuros que tienen vuelos programados.
—Y eso no depende solo de ustedes, sino de la capacidad del aeropuerto.
Depende de la capacidad que se tenga para incluir más vuelos. Hoy Lima está limitado a 35 operaciones por hora, que están copadas en horarios críticos. No es fácil poner un vuelo en marcha.
"Estamos tratando de atraer más turismo y más comercio. Definitivamente perdemos seriedad y confiabilidad con este tipo de situaciones"
—Ustedes constantemente han pedido reuniones con el ministro de Transportes o con altos funcionarios del Gobierno debido a los problemas de fondo que identifican en la puesta en marcha del nuevo aeropuerto. ¿Han recibido algún llamado o novedad?
Nosotros pedimos una reunión porque al tema del aeropuerto se le debe dar prioridad de Estado. Se viene la apertura del Jorge Chávez y hay muchas cosas que no están listas y hay autoridades que indicaron que esos procesos no van a estar listos para la fecha propuesta por LAP [18 de diciembre de este año]. Más allá de eso, no solo es la apertura, sino que debe de haber un plan país. Se requiere de un planeamiento de otro nivel que no termina de concretarse.
Hoy nos invitaron a una mesa de trabajo multisectorial, que fue anunciada por el Presidente del Consejo de Ministros. Pero nosotros sabemos que ningún ministro participó de estas mesas. No han participado ni viceministros. En la práctica no han sido lo que se prometió.
—En noviembre se realizará la APEC este año. ¿Esta situación afecta a la imagen del país de cara a la cumbre?
Si bien la cumbre es en noviembre, hay eventos previos que ya se vienen realizando. Me consta que hay vuelos de funcionarios que ayer viajaban al Perú en relación a la APEC. Esos pasajeros fueron afectados o van a ser afectados por el cambio de itinerarios.
Entonces ya se está dañando la imagen del Perú con participantes de la APEC aunque estemos a casi seis meses del evento.
Estamos tratando de atraer más turismo y más comercio. Definitivamente perdemos seriedad y confiabilidad con este tipo de situaciones. Esos pasajeros afectados, esos turistas o quienes tenían un evento particular ya perdieron el tiempo. Hay un boca a boca que se va a dar, porque es increíble que no se tenga un plan de contingencia, un ‘backup’ de la segunda pista. Eso llama la atención de aerolíneas y pasajeros.