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En febrero, el Índice de Confianza del Consumidor (Indicca) se ubicó en 47 puntos, cifra que consolida la tendencia de mejora en los últimos meses y representa el nivel más alto desde febrero del 2020.
Pablo del Águila, jefe de Investigación de Apoyo Consultoría, explicó que la mejora ha sido generalizada entre todos los niveles socioeconómicos y rangos de edad. Así, la cifra refleja la recuperación en la situación económica de los consumidores y sus expectativas en esta primera parte del año.
“La mejora en la situación económica de los consumidores se debe primero, a que ha continuado disminuyendo el porcentaje que percibe condiciones más difíciles para encontrar empleo, principalmente entre los jóvenes. En segundo lugar, a que la inflación ha continuado disminuyendo de manera generalizada”, dijo.
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Según el informe, la percepción de quienes piensan que las condiciones para encontrar empleo son más difíciles ha alcanzado sus niveles más bajos en los últimos cuatro años.
Esto guarda relación con algunos indicadores del mercado laboral que dan cuenta de que el año habría empezado con mayor dinamismo del empleo formal.
Entre estos indicadores se encuentran las contribuciones a EsSalud, así como el pago del impuesto a la renta de quinta categoría, que experimentaron aumentos significativos en enero, señala Del Águila, alcanzando cifras que no se habían observado desde el 2022.
“Este es un indicador que refleja la evolución de la masa salarial -o la suma de todos los ingresos laborales- del sector formal”, comentó.
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Por otro lado, el porcentaje de rubros de la canasta del consumidor limeño con inflación por encima del 3%, se encuentra ya cerca de su promedio de los últimos 25 años.
“Adicionalmente a la percepción de mejora en las condiciones actuales para el consumidor, sus expectativas para los siguientes doce meses han continuado mejorando. Este mes se observó que el porcentaje de consumidores que espera que su situación económica mejore se incrementó hasta 59%, su mayor nivel en cuatro años”,
añadió María Roncal, asistente del Servicio de Asesoría Empresarial de Apoyo Consultoría.
Esto se explica por el menor riesgo de enfrentar un Fenómeno de El Niño (FEN) fuerte, anotó.
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Para el 2024
Según Del Águila, esta tendencia podría continuar durante el resto del año siempre que se den las condiciones propicias, como que continúe el retroceso de la inflación, el FEN se mantenga en condición débil a moderada y que el rebote de la actividad económica se vaya consolidando en el mercado laboral en los siguientes meses.
Así también, reconoce que existen riesgos de diferentes frentes que pueden limitar la recuperación económica y afectar la situación económica de las familias.
“Las sequías, por ejemplo, podrían generar presión sobre los precios y generación de ingresos y retrasar su recuperación en la zona sur. La expansión de las economías ilegales que hemos visto en el último año también podría representar una limitación hacia adelante. Finalmente, vemos un entorno político menos caótico que el del año pasado y esperamos que eso siga así, pero de gatillarse un escenario disruptivo, veríamos un freno”, explicó el especialista.
