Al cierre del primer trimestre del 2024, el consumo privado registró su mayor crecimiento desde fines del 2022, en un contexto de menor conflictividad social y la disipación de choques climáticos. Para el resto del año, se espera que continúe fortaleciéndose ante la recuperación del dinamismo del mercado laboral y del poder adquisitivo de las familias. Para consolidar esta tendencia, es clave promover un mayor crecimiento de la inversión privada que permita acelerar la generación de empleos formales y reactivar la economía.
Recuperación inicial
Tras un crecimiento casi nulo en el 2023, el consumo privado mostró una clara recuperación en el primer trimestre del 2024, con un avance interanual de 1,2%. No obstante, aún está por debajo del crecimiento promedio del consumo privado (2,6%) de sus pares de América Latina (Brasil, Chile, Colombia y México), lo que ocurre desde finales del 2021. Este avance se relaciona con el mayor crecimiento que presenta la masa salarial (suma de todos los salarios) desde fines del 2023. Además, la menor conflictividad social y la disipación de los choques climáticos impulsaron un mayor gasto de los hogares, reflejado en un mejor desempeño de los sectores vinculados al consumo, como comercio y servicios.
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Según las cifras de ventas minoristas del Ministerio de la Producción, casi todas las categorías de consumo presentan un mejor desempeño en el primer trimestre del 2024.
Avance en el 2T
Los indicadores adelantados del consumo privado dan cuenta de una mayor recuperación durante el segundo trimestre del año. Por un lado, las ventas de pollo en Lima Metropolitana crecieron 20% en abril, alcanzando su mayor incremento desde mediados del 2021, en línea con la mayor disponibilidad de pollo tras la epidemia de gripe aviar del 2023. Por otro lado, la importación de bienes de consumo y la venta de vehículos livianos también muestran señales de recuperación, con crecimientos en abril de 3,9% y 5,1%, respectivamente, dejando atrás el desempeño negativo de los trimestres anteriores.
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Mirada retrospectiva
Para lo que resta del 2024, el consumo privado continuaría recuperándose, impulsado por un mayor dinamismo del mercado laboral y una mejora de la capacidad adquisitiva de las familias, favorecidas también –aunque a costa de su desprotección frente al desempleo y la jubilación– por el retiro de fondos extraordinarios provenientes de AFP y CTS. Así, las expectativas empresariales de contratación y las de situación familiar a 12 meses alcanzaron en los primeros cuatro meses del 2024 sus niveles más altos desde inicios del 2020. Aunque el empleo formal en el sector privado cayó ligeramente en el primer trimestre (-0,5%), se prevé una aceleración durante la segunda mitad del año, principalmente en los sectores vinculados al consumo, cuyos niveles de actividad y empleo se verán favorecidos por una menor inflación y condiciones monetarias menos restrictivas.
En efecto, la inflación en Lima Metropolitana se redujo a 2,4% en abril, su menor nivel en tres años, y se proyecta que siga favoreciendo a la recuperación de la capacidad de gasto de las familias en el año. Junto con las menores expectativas de inflación, el BCR ha rebajado su tasa de referencia desde 7,75% en agosto del 2023 a 5,75% en mayo último. Según la última Encuesta de Expectativas Macroeconómicas de abril, se espera que esta tasa se ubique en 4,75% al finalizar el año, reduciendo el costo del financiamiento.
En el 2024, el mayor dinamismo del consumo de los hogares impulsaría en gran medida el crecimiento de la economía. No obstante, para asegurar este incremento, es esencial lograr un mayor impulso en la generación de empleos de calidad a través de una mayor inversión privada. Para ello, es crucial que el Ejecutivo y Legislativo prioricen el fortalecimiento del entorno político e institucional, que se configura como una de sus principales limitantes.
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